Los intentos de Percy por salvar al mundo

1

EL CAMPEÓN DE LAS PARCAS

Percy no tiene idea de cómo sucedió todo. Lo único que sabe es que estaba pensando en los caídos en las guerras cuando, de repente, una luz brillante lo envolvió para después escupirlo en el mar.

No le costó nada orientarse siendo el mar su elemento, tampoco tardó mucho en notar las inconsistencias.

"¡Soy el juguete de las Parcas!", pensó, sintiendo que quería echarse a llorar al recordar por qué y cuánto odia su vida.

Percy siente unas inmensas ganas de ahogarse ante lo que está viendo... y sintiendo, porque aquello frente a sus ojos no debería existir y, maldita sea, ¡solo a él le pasaban esas cosas!

"Nunca es tarde para que el señor D me convierta en delfín. Mamá, nunca quise ser más un delfín que ahora".

Su mente trabaja horas extras para formar un plan. Está decidido, él puede cambiar la historia y evitar un montón de desgracias, cueste lo que cueste. Ya no le importa nada, nadie va a morir otra vez.

Mira el Princesa Andrómeda flotando en el mar, sintiendo a los monstruos rondando por la cubierta. No tiene idea de cómo viajó en el tiempo. Su suerte es la única respuesta que tiene, pero sabe que no permitirá que la historia se repita.

"Prepárate, Luke, voy por ti..."

Con ese pensamiento se impulsa hacia la cubierta para buscar al semidiós, convencido de que este no sabrá qué lo golpeó porque su plan es infalible. Su mente omite por completo cualquier advertencia de Annabeth, Thalia y Nico sobre escuchar los planes e ideas de Apolo y Hermes.

*****

Luke no tiene idea de qué está pasando o lo que se supone que debería estar haciendo. Solo medio entiende que hay un Percy Jackson, bastante mayor que al que está acostumbrado, en medio de su lugar de descanso.

Varias veces abre la boca para decir algo, pero su mente no coopera.

—Por los dioses, ya cállate. ¿Qué demonios estás haciendo?

Es todo lo que puede decir, y no es para menos cuando dicho Percy Jackson-no-tan-pequeño está haciendo poses extrañas contra la pared.

—Dicen que el encanto del mar hipnotiza. ¿Te sientes hipnotizado? —dice moviendo los dedos de sus manos, sonriendo encantadoramente.

Luke necesita sentarse después de eso. No sabe si debe encontrarlo adorable, estúpido, vergonzoso o llamar a los monstruos.

—No sabía que el encanto del mar pudiera estar tan arruinado.

—¡Oye, no seas así! —replica con el ceño fruncido, quitando la mano de su cabello y la otra de su cadera. Parecía estar en esa posición estúpida de mortales que imitan modelos—. Puedo ser muy encantador si quiero serlo.

—Es evidente que ahora no estás queriendo.

No sabe por qué aún no trata de atacarlo para encerrarlo o llamar a algunos monstruos, quizás porque le gusta un poco ver a Percy haciendo el ridículo. También por ese bonito tono rosa que tienen sus mejillas.

Observa como el hijo de Poseidón se acerca mientras rebusca en su bolsillo.

—Hey, hey, ¿tan pronto quieres una pelea de espadas? Sí que eres rápido, Jackson. La cena primero, ¿no? —Alza las cejas repetidas veces solo para molestar.