Capítulo 37 ✔️

Start from the beginning
                                    

—Fue un fin de semana... inusual— comenté haciendo una mueca por una sonrisa.

—Sí, imaginó cuán inusual fue...— manifestó mirando a Kiara —¿Por qué no intentas llevarte mejor con ella? La convivencia será más llevadera si lo haces— aconsejó.

—Lo intentaré— mentí.

<< ¿Cómo puedo llevarme bien con ella cuando lo único que deseo es matarla?>>

Miré a Kiara para que supiera que ya era hora de marcharnos, debíamos reintegrarnos al trabajo.

***

El viaje con la mocosa fue tranquilo, no hemos hablado desde la noche anterior, pero es evidente que entre nosotros existe una tensión más que meramente sexual.

Luego de casi cuatro horas de vuelo nos encontrábamos en Minnesota, específicamente en frente del edificio donde vivimos.

—Buenas noches, señora Davis— saludó James, después de abrirle la puerta del auto.

—Buenas noches, James— dijo Kiara saliendo del auto caminando al edificio.

—Señor Davis— me saludó mi chófer, asentí levemente con mi cabeza recibiendo su saludo mientras caminaba detrás de la mocosa.

James se quedó afuera encargándose de nuestro equipaje.

Subimos por el ascensor del edificio; quería mantener mis ojos fijos en otra cosa que no sea Kiara, pero me era difícil no mirarla de reojo mientras esperaba que las puertas del ascensor se abrieran en nuestro piso, la mocosa respiraba lentamente, y no sé por qué de todas las cosas las cuales podía ver de ella, está era una de las que más me gusta, la manera en la cual su pecho se inflaba para llenarse de aire, soltándolo gradualmente.

¿Qué persona se fijaba en la manera de pestañear de otra persona? No conocía a ninguna, sin embargo, me deleitaba cuando cerraba sus ojos abriéndolo nuevamente, sus largas pestañas eran como abanicos, podía verla haciéndolo una y otra vez y no me cansaría de ello, la manera en la que abría sus labios delicadamente para tararear la letra de alguna canción me provocaba cogérmela en este mismo ascensor; llevaba sus audífonos puestos desde que bajamos del avión, sé que lo hacía solo para ignorarme.

Las puertas del ascensor se abrieron, ella salió rápidamente caminando por el pasillo a grandes zancadas como si mi cercanía la tortura.

Se detuvo delante de la puerta del departamento moviendo su cuerpo al ritmo de la canción que escuchaba, no sabía qué escuchaba, pero verla mover su cuerpo libremente y sin vergüenza delante de mí solo hacía que me diera cuenta de que era más que solo deseo lo que estaba sintiendo por ella.

Sonreí como idiota.

La mocosa sacó su llave, tuve que darle una, luego de que se quejara por varios días diciendo que necesitaba tener acceso a mi departamento, ya que vive aquí.

Continuaba mirándola cuando escuché la voz de James detrás de mí.

—Señor— expresó.

—Sí— respondí, con mi mirada aún fija en la mocosa.

—El guardaespaldas de Erick Walton me informa que la señorita Allison está desaparecida — anunció.

— ¿Qué? — expuse volteando mi cara —¿La novia de Erick? ¿La señorita Foster? — indagué algo sorprendido.

—Sí, la última vez que la vieron fue en la inauguración de su estudio de Ballet, desde entonces no han podido dar con su paradero— comunicó James.

—De acuerdo, debo ir a ver al idiota de Erick, quizás me necesite, he hecho algunas investigaciones para él sobre un caso de intento de violación contra la señorita Foster—comenté.

James asintió para luego hacerme seña con sus ojos. Me giré.

—¿Sucede algo? — preguntó Kiara desde el umbral de la puerta.

—Entra al departamento mocosa, necesitas descansar— indiqué. Kiara rodó sus ojos suspirando, dándose vuelta para desaparecer dentro del departamento.

—Quédate en casa James, y no pierdas a Kiara de vista, al parecer no soy el único en Minnesota con intención de vengarse de un Walton. Si Kiara se entera, no la dejes salir, estoy seguro de que querrá ver a Erick— mandé.

Mi guardaespaldas asintió. Me dirigí al ascensor, debo averiguar qué está sucediendo.

****

Erick Walton era uno de los pocos Walton con el que podía entablar una conversación sin desear destrozar su cara, tenemos algunos negocios en común, a veces me busca para asuntos personales en los cuales necesita ayuda legal.

—Bastián Davis— anunció Frank, al verme entrar al departamento de Erick, la puerta estaba abierta.

Frank Caflin era un amigo cercano de Erick, y encargado de uno de sus equipos de proyectos en Walton & Walton.

—¿Qué pasó? — indagué.

—No sé si sea buena idea que Erick te vea en este momento— se excusó él.

—Quizás yo sea la única persona que en este momento puede ayudar al idiota de tu jefe— aseguré entrando mis manos en los bolsillos de mi pantalón.

—De acuerdo, está en su oficina— indicó Frank, señalando un pasillo.

No perdí tiempo, me introduje por el pasillo que me señaló Caflin, la puerta se encontraba entreabierta, entré lentamente viendo a Erick sentado en su silla mirando por el ventanal, aún no se había dado cuenta de que estaba en el lugar.

Caminé tomando asiento en una de las sillas delante del escritorio.

—¿Qué haces aquí? — preguntó sin voltearse.

—Tengo información que puede interesarte sobre el caso de la señorita Foster— anuncié.

Erick se puso de pie, pegando su frente al cristal del ventanal.

—¡Maldición! ¡Maldición! — gritó cerrando su puño y golpeando con fuerza el cristal del ventanal.

—Erick— lo llamé.

Él se giró tomando el vaso en su escritorio con algo que probablemente era alcohol, lanzándolo al piso detrás de mí.

<<Estaba fuera de sí>>

Por primera vez en mi vida veía a Erick perder el control, y era por una mujer, una mujer que era una drogodependiente.

Apoyó sus manos en el escritorio clavando sus ojos rojos en mí, quizás estuvo llorando o era la ira. Esto nadie lo creería, si no lo presenciara con sus propios ojos.

Un hombre como él, como yo, no son de los que se enamoran, pero algo hizo esta chica Allison para que él estuviese de esta manera. Erick parecía transformado.

—Mataré al que la toqué, lo juró— gruñó él.

No era mi amigo, sin embargo, no podía verlo así.

La MenorWhere stories live. Discover now