El Gran Lobo Sif (Nueva Version)

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Narración de Sif

No recordaba muchas cosas desde que nací. Solo sé que vine al mundo y que mi madre estaba ahí para mí. Ella era la líder de la manada, ella cuidaba de mí y de mis otros 4 hermanos. Nunca tuvimos nombres, ya que no era una necesidad tenerlos, todos tenemos un olor único, y así era como nos identificabamos.

Un día, mientras acompañaba a mi madre de cacería, unos hombres llegaron al bosque en donde vivíamos. Era joven, pero aún así podía distinguir el olor que esos hombres desprendían, era uno tan nauseabundo que me daban ganas de vomitar, y con el tiempo aprendí que ese era el olor de hombres y mujeres carentes de lo que los humanos llaman alma. Mi madre reconoció ese olor al instante, por lo que me dijo que me fuera de ahí.

Fingí hacerle caso, disfrazando mi olor con nieve y tierra del suelo, la empecé a seguir. Pronto escuche unos fuertes ruidos, y el aullido agonizante de mi madre. No lo pensé, y empecé a correr en dirección de donde había escuchado el aullido. Empecé a aullar para que mis hermanos me escucharan y vinieran a donde me encontraba. Pero pronto algo agarró mi pata delantera, una trampa de metal. Dolía, en serio dolía mucho, empecé a aullar en busca de ayuda, para que mis hermanos llegaran a ayudar.

Pronto escuche a alguien llegar, y vi a un hombre frente a mi. Venía vestido de forma extraña, su pelo era del mismo color que mi pelaje, tenía unos ojos rojos, llevaba un arma consigo, y desprendía parte de ese olor que olí antes de que me separara de mi madre. Naturalmente empecé a gruñir, no confiaba en él, no podía confiar en él, no sabía cuáles eran sus intenciones "¿Quieres callarte? Tus aullidos de dolor van a hacer que los bastardos a los que tengo que atrapar se vayan" No supe qué significaban sus palabras, así que las tome como amenaza y me lance contra él cuando vi que se acercaba.

El humano me esquivo como si no fuera nada, y cuando volví a tocar el suelo pude sentir como la trampa se enterraba más profundo en mi pata, al mismo tiempo que el humano me agarraba del cuello evitando que me moviera "Muy bien maldito idiota, te lastimaste más de lo que ya estabas" El humano me dijo mientras acercaba su brazo a la trampa, empezando a abrirla mientras intentaba ignorar el dolor que sentia "No te vayas a mover, de lo que contrario te vas a joder la pierna aún más" Seguia hablando mientras lograba abrir finalmente la trampa "Muy bien, ahora intenta no hacer mucho ruido" Me dijo antes de ponerme un liquido extraño en mi pata, para después ponerme una hoja blanca larga alrededor de ella "Listo, ya estas bien" Me dijo antes de levantarse y sacar carne de una parte de su traje y lanzarla al suelo "Ya puedes irte" Fue lo ultimo que me dijo antes de irse del lugar

Mientras veía al humano irse, mis hermanos llegaron de entre los árboles e igual veían al humano que me había ayudado. Una vez estuvo lo bastante lejos, yo y mis hermanos nos fuimos del lugar y empezamos a buscar a nuestra madre. Después de unos minutos, llegamos hasta su cadáver, tenía varias heridas en su cuerpo, y la vida la había abandonado hace tiempo. Mis hermanos empezaron a aullar en forma de lamento, yo igual queria aullar y lamentar su muerte, pero no podía hacerlo, ahora yo era el líder de la manada y debía mantenerme fuerte por ellos. Mi hermano albino pareció entender eso ya que se unió a mi silencio y se quedó a mi lado mientras el resto de mis hermanos seguían lamentando la pérdida de nuestra madre.

Después de que mis hermano terminaran de aullar, olí el cuerpo de mi madre, notando los diferentes olores que tenía. No tardé mucho en notar el olor de los hombres que la mataron, y rápidamente empecé a rastrear el olor hasta el origen. Mis hermanos me siguieron, y no tardamos mucho en encontrar el lugar de donde provenía el olor. Note algo extraño, el olor del humano que me ayudó también se encontraba por el lugar, y se volvía más fuerte mientras más me acercaba al olor del asesino de mi madre.

Cuando llegué al lugar donde se encontraba el olor del asesino de mi madre, vi al tipo que desprende aquel olor tan repulsivo ahorcando al humano que me salvó. Su cara se estaba volviendo de un color azulado, por lo que me lance al brazo del tipo empezando a morderlo liberando al humano en el proceso. Entre el humano y yo terminamos de matar al humano que mató a mi madre, mi venganza estaba hecha.

La Pesadilla Del InfiernoWhere stories live. Discover now