La Pesadilla Del Infierno

Memorias del Pasado

Un Katsuki de no más de 9 años se encontraba viajando con sus padres. Ellos tenían una reunión con empresarios importantes, por lo que no iban a poder hacerse cargo de él, así que iba a tener que quedarse con su abuela paterna. Cuando llegaron, simplemente le explicaron la situación a la abuela de Katsuki y se fueron de ahí, aunque por un momento pudo ver preocupación en los ojos de su padre. Era raro, siempre intentaba que se quedara con la familia de su madre, casi como si evitara que estuviera con su lado de la familia.

Los días pasaron con rapidez, y Katsuki conoció el verdadero rostro de su abuela. Desde que llegó lo había obligado a empezar a estudiar distintas materias. Empezaron por los principios de Álgebra hasta Calculo Avanzado. Pasaban horas enteras sentados en la mesa principal, repasando fórmulas y teorías. Siempre que se equivocaba en algo, recibía un azote en su mano y era obligado a hacerlo de nuevo. Lo peor que le pasó hasta el momento fue que su abuelo rompió un palo de madera en su espalda al equivocarse en una ecuación.

En estos momentos, Katsuki se encontraba siendo jalado por los pelos por su abuela "¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡No volveré a equivocarme!" Katsuki se encontraba suplicando, en su voz se escuchaba el miedo, e incluso unas lágrimas empezaban a formarse en sus ojos mientras era arrastrado por toda la casa

"¡No! ¡Ya tuve suficiente de tus malditas equivocaciones!" Su abuela le gritaba, llegando a una puerta de metal. Una vez abrió la puerta, se pudo ver que era la entrada al sótano, y con fuerza arrojó a Katsuki abajo "¡Hay un escritorio y un libro de cálculo en el capítulo donde nos quedamos! ¡No vas a salir de aquí hasta que termines!"

"¡Abuela!" Katsuki gritó, intentando subir las escaleras lo más rápido posible, pero antes de llegar, su abuela cerró la puerta de metal "¡Abuela! ¡Abre la puerta!" gritaba desde adentro, golpeando la puerta con sus manos "¡Abre la puerta! ¡Por favor!"

Por un día entero, Katsuki se mantuvo golpeando la puerta, esperando que sus súplicas fueran oídas. Después de un día de súplica, Katsuki simplemente bajó las escaleras y vio el escritorio que le dijo su abuela, con el libro y un lápiz, resignado, Katsuki se sentó y empezó a intentar resolver los problemas. El lugar hacía difícil el pensar, no había absolutamente nada ahí abajo más que el escritorio, más libros de escuela, un foco que iluminaba el escritorio, y su persona. La oscuridad hacía que se sintiera más frío de lo que en verdad estaba, por lo que constantemente estaba temblando. Otro día pasó, y Katsuki se encontraba casi desmayado sobre su escritorio, ¿había sido un niño malo? ¿por qué su abuela lo castigaba de esa forma? El solo quería que se sintiera orgullosa de él.

"Ella nos quiere, por eso nos hace esto" Una voz hizo que Katsuki levantara su mirada. Frente a él, se encontraba el mismo, solo que a diferencia de el que usaba una playera negra con una calavera blanca, el otro se encontraba en ropas completamente blancas

"Pero nos hace daño"

"Por que somos débiles, ella quiere hacernos fuertes"

"Aún así... No nos ha dado de comer en dos días, tengo hambre"

"Si logramos resolver esto, entonces ella nos dara un festin"

"¿Tu crees?"

"Si, es como un videojuego, si empiezas en la dificultad más difícil, entonces vas a sufrir al inicio, pero con el tiempo te vas a volver mejor, y te da mejores recompensas que las que te daría jugando en dificultad normal o fácil"

"Entonces... Ella quiere que seamos fuertes, quiere que seamos los más fuertes del mundo"

"Si"

"Si es asi, me esforzare"

El otro Katsuki desapareció, y el verdadero empezó a trabajar nuevamente en los problemas. Unas horas después, tocó la puerta de metal, y unos minutos después su abuela abrió la puerta. Cuando la vio, Katsuki solo le extendió el libro, ahí ella empezó a revisar todos los problemas, todos tenían respuestas correctas, e incluso observó como había resuelto correctamente los primeros diez problemas del siguiente problema.