ChanYeol medio esperaba que LuHan estuviera de mal humor en su habitación por el resto del día.
Estaba equivocado.
LuHan salió de su habitación por la noche, vestido de punta en blanco en una gran camisa de color negro y pantalones vaqueros negros que eran tan apretados que parecían pintados sobre sus largas piernas. ChanYeol tuvo que arrastrar los ojos de sus muslos, con el ceño fruncido. Los muslos del chico estaban mejor formados que los de la mayoría de las mujeres.
—Voy a salir —LuHan anunció a la habitación en general, ignorando por completo a ChanYeol.
BaekHyun, que estaba descansando en el sofá delante de la televisión, frunció el ceño.
—¿Estás seguro de que es una buena idea?
LuHan se encogió de hombros.
—No voy a ocultarme por siempre y poner mi vida en suspenso por unos cabrones. Voy a salir.
—Al menos lleva a ChanYeol contigo —dijo BaekHyun.
—Soy tu guardaespaldas, no de él — ChanYeol dijo completamente aburrido.
LuHan no miró en su camino.
—¿Sabes qué? Es una gran idea —dijo a BaekHyun—. ¡Gracias!
—Mi trabajo es tu seguridad —dijo ChanYeol, mirando a BaekHyun—. No ser niñera de callejeros que tú recolectas.
—No lo menciones —dijo BaekHyun, sonriendo y guiñando un ojo a LuHan. Ambos fingieron no haber oído a ChanYeol. Pequeñas mierdas.
—No voy —dijo ChanYeol.
—Tú vas —dijo BaekHyun—.Sabes que yo estoy perfectamente seguro aquí, así que ve con Lu.
—Tú no me puedes ordenar que vaya.
—Yo puedo, en realidad —dijo BaekHyun, bostezando—. Mientras SeHun está fuera del país, yo soy el que da las órdenes. Y te estoy ordenando que vayas con LuHan y te asegures de que no se lastime mientras está fuera.
ChanYeol no estaba seguro de a cuál de ellos odiaba más por el momento.
Se levantó y se fue a su habitación.
Unos momentos más tarde, regresó, poniendo la pistola en su funda y encogiéndose en una chaqueta oscura. No dijo nada a los dos hombres, pero su rostro de piedra debe haber dicho todo porque ambos parecían inciertos.
LuHan lo miró con cautela antes de cuadrar los hombros y salir del departamento. ChanYeol lo siguió en silencio, el ceño fruncido de su nuca. Sus ojos se posaron en el culo de LuHan. Se preguntó cómo el chico incluso se metió en esos pantalones vaqueros. Su culo era muy jodidamente enorme. Y la forma en que LuHan caminaba, sus caderas balanceándose así, estaba claramente diseñado para atraer la atención sobre su culo y los formados muslos. ChanYeol estaba bastante seguro de que la pequeña mierda no llevaba ropa interior.
Los veinte minutos conduciendo pasaron en un silencio pétreo. Si el taxista se dio cuenta de la tensión, no dijo nada.
Una vez que llegaron, ChanYeol siguió en silencio al modelo dentro de un club, a una cierta distancia detrás de él.
El club estaba lleno. LuHan fue barrido de inmediato por la corriente de personas, y estaba bastante seguro de que ChanYeol lo perdió de vista. ChanYeol no lo hizo, por supuesto. Se apoyó contra la pared y lo observaba de lejos, resbalando dentro de la mentalidad de un guardaespaldas: separado, pero vigilante y alerta.
