CAPITULO 6

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Advertencia por exceso de idiotez.

* * *

—¿Qué sucede? —preguntó el pelirrojo al ver que su compañero se acercaba de nuevo al montículo de basura.

—Me pareció ver algo... —murmuró mientras se ponía en cuclillas y con su mano removía un poco de basura. Kirishima lo miró con curiosidad, preguntándose porqué Sero, siendo una persona que se asqueaba con facilidad, se encontraba metiendo los brazos en una pila de desechos. Se sobresaltó cuando el pelinegro soltó un grito—. ¡Ajá!

Kirishima se acercó a ver lo que su amigo sostenía entre sus manos. Sus ojos se abrieron al ver el brillante brazalete dorado con la letra K impresa en el. Era el brazalete que usaron para pedir la droga, y solo había dos personas que tenían la misma inicial de apellido.

—¡Es el de Kaminari! —Kirishima cayó dramáticamente de rodillas y arrebató la delgada joya de las manos de Sero—. Seguramente se le cayó al salir.

Sero lo miró con seriedad, colocando una mano sobre su barbilla de forma pensativa.

—O tal vez... La dejó apropósito.

Kirishima negó con preocupación.

—¿Qué? ¿Por qué lo haría? —Sus pequeñas cejas se juntaron mientras su cerebro intentaba razonar una respuesta. Sero parecía cada vez más desesperado, como si hubiera conectado todos los hilos.

—No lo entiendes, Kirishima. —La mirada de Sero le envío escalofríos—. Ese brazalete tiene un mecanismo complejo para ser abierto. Bakugou y yo nos aseguramos de que ninguno de ustedes lo supiera. —Palmeó el hombro de Kirishima cuando vio como el pelirrojo le lanzaba una mirada indignada—. No me mires así, lo hicimos para que no los perdieran. La droga de Mirio está cara y no queríamos eh... problemas innecesarios.

Kirishima hizo un puchero, sin entender muy bien porque su novio y su amigo habían querido ocultar un dato tan importante como ese. Sabía que Bakugou a veces dudaba de su capacidad intelectual y la de sus amigos, y bueno, Kirishima no es la persona más brillante, lo sabe, pero al menos es bueno siguiendo órdenes ¿verdad?

Volviendo al tema principal, Kirishima seguía sin entender el punto de vista de su amigo pelinegro.

—¿Y eso que tiene que ver con la desaparición de Kami? —preguntó mientras sus ojos seguían con concentración a una mosca que volaba sobre una de las bolsas negras. Observó como el animal se posaba sobre una de ellas y se frotaba las patas como si tuviera un plan malévolo en mente.

Sero suspiró cansado al verlo y pidió a Dios que le diera paciencia, porque si le daba fuerzas seguro que mataba al pelirrojo.

—Mira, Kirishima. Lo que trato de decir es que... ¡Ya deja de mirar esa puta mosca! —gritó dando manotazos para ahuyentar a la molesta criatura.

El pelirrojo puso de nuevo sus ojos sobre Sero y sonrió.

—Oh, lo siento. Continua por favor.

—No lo repetiré así que escucha. Estoy seguro de que Kaminari le pidió a uno de esos tres que se lo quitaran porque de alguna manera que no entiendo, él sabía que adentro había un chip GPS y no quería que lo rastreáramos de alguna forma. Lo que me lleva a la conclusión de que no se perdió sino que huyó ¿A dónde? No lo sé, pudo haber ido a cualquier lado.

Kirishima había perdido el hilo a la mitad de la explicación.

—Espera, espera, espera. ¡¿GPS, rastrear?! ¿Por qué pusieron un-?

—Si, todas las preguntas que tengas se las haces a Bakugou ¿de acuerdo? Ya me está dando migraña. —Sero se tocó la frente y cerró los ojos fastidiado. Kirishima solo asintió y se levantó cuando vio que Sero lo hizo. Los dos caminaron de vuelta en silencio.

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⏰ Última atualização: May 24, 2023 ⏰

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