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Pasó un día de lo acontecido; Tina había salido del trabajo, tenía asegurado que su novio volvería en 4 días así que invitó a Julian a su departamento.
Jules había tenido una junta sobre el disco y luego fue al departamento de Tina eran las ocho y media de la tarde. Tenía un jean negro, botas, camisa roja, corbata negra y una campera de cuero.

Apenas entró al departamento, Tina se avalanchó sobre el dándole un abrazo para luego continuar con un desenfrenado beso. Él le quitó la ropa para solo dejarla con su ropa interior, la cuál era toda negra con encaje blanco, hacía un contraste perfecto con su piel.
Ella le sacó la campera de cuero y la corbata, la cual se colgó en el cuello.
Él la alzó y la acostó en la cama con una extrema delicadeza, ella fue desabrochando botón por botón de la camisa de Jules hasta llegar a la mitad.
Le había revuelto todo el pelo, ella empezó a acariciarle la espalda con suavidad pero empezando a besarlo más apasionadamente.
Jules se dejó caer arriba de ella, con cuidado así no la aplastaba.
Todo era el ambiente perfecto, ambos se atraían físicamente. Ella había preparado unas cosas para cenar, pero terminó cenando a Julian apenas entró al departamento.
Tocaron la puerta, ambos se separaron del desenfrenado beso y se miraron.

- ¿Esperas a alguien? - Dijo Jules extrañado.
- No, solo te esperaba a ti. Voy a atender... - Dijo Tina igual de extrañada que él.
- No.
- ¿Cómo que "No"?
- ¿Vas a salir así?
- ¿Así cómo?
- Ay "¿Isí cími?" - Dijo Julian en tono burlón - Tina, maldita sea, estas desnuda prácticamente.
- JSJAJAJ, está bien, ve rápido. - Dijo Tina en un susurro, como si la persona al otro lado de la puerta pudiera oír la conversación.

Jules abre la puerta, tenía el pantalon desabrochando, al igual que la camisa, el pelo revuelto y una sola bota.
- Hola... venía a dejarle estos cafés a Tina... - Dijo un muchacho colorado que tenia el mismo delantal que Tina, trabajaba en el mismo lugar, solo que el cubría los turnos que ella no estaba y a veces se los encontraba juntos por la demanda allí.
- Oh, claro, dejamelos a mí. - Dijo Julian confiado.
- Perdón, pero no pareces Tina... ¿M-me confundí de departamento?
- No, tranquilo. Es este, puedes dejarmelo a mí, Tina está durmiendo aquí atrás.
- Va... dile a Tina que su novio preparó un viaje para mañana y viene para aquí. A eso de las 6, creo que la pasa a buscar al trabajo... - Dijo el Colorado mientras le entregaba las cosas a Jules.
- Espera, ¿Cómo tienes idea de eso? - Preguntó Julian desconcertado
- Me pidió que le preparara 2 cafés especiales, la tarta favorita de Tina y le moviera las maletas con mi auto. Ya me voy, todavía tengo pedidos por hacer, te me haces conocido pero no recuerdo de donde...
- Jaja, gracias por todo, hasta luego! - Respondió Jules y cerró la puerta.

Creyó por un momento que lo reconocería, era raro que aquel chico no se diera cuenta que estaban en medio de algo. Aunque era notorio que estaba demasiado nervioso como para conectar un par de neuronas.
Julian apoyó las cosas en la cocina, se sacó la camisa y la apoyo sobre una silla.
De pronto sale Tina caminando, se arreglaba el pelo en un moño mal hecho. Agarró la camisa de Jules y se la pusó mientras se sento en la isla de la cocina.

- No hace falta que expliques nada, ya escuché todo. Era Mateo, mi compañero, que por cierto es argentino. Sentemonos a comer unas cosas de la cafetería si gustas...
- Está bien... Mateo parecía muy nervioso, dudo de cual de ustedes es el más grande - Jules sonrió y Tina se rió fuertemente - Mañana llega tu novio... llámame si algo sucede, por dios.
- Lo haré.
- Me encantaría que dejes de sufrir.
- No estoy sufriendo, Ju. - Espeto Tina mientras comía una pequeña galleta de limón.
- Sí, estás. Solo llámame, Ti... - Él la tomó de la mano.
Ella sonrió ante aquel acto.

Después de comer decidieron acomodar su ropa, Tina antes de ser desnudada salvajemente por Jules, llevaba la remera que él le había regalado y unos jeans negros.
Acomodaron su ropa como para ponérsela lo más rápido posible en la mañana.
Ambos se fueron a dormir, él quería quedarse entonces Tina lo dejó.

¿𝘌𝘴... 𝘳𝘦𝘢𝘭? - 𝘑𝘶𝘭𝘪𝘢𝘯 𝘊𝘢𝘴𝘢𝘣𝘭𝘢𝘯𝘤𝘢𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora