Cap. 2.

221 30 29
                                    

Abrazado a su novio con brazos y piernas vuelve a su cuarto.

-Comételas o Jin nos matará, a los dos- le señala la montaña de tartaletas de frambuesa que había en una bandeja sobre su cama.

-A veces creo que le tienes más miedo a Jin hyung con la sartén que a cualquier otra cosa en el mundo.

-Casi.

- ¿Casi?

Él asintió, pero besó la frente y dejó de lado el tema, seguía sin permitirse a sí mismo admitirlo en voz alta, así que solo le sonrió.

- ¿Ya te vas? – entendió el gesto.

-Estoy preparando la cena de esta noche.

YoonGi hace un puchero que TaeHyung besa y se aleja un poco de la cama, sabe que no podrá resistirse si le hace ojitos.

-Seré todo tuyo por dos semanas después de esto, sin interrupciones, ni distracciones, solo nosotros- le recuerda.

-Serás mío toda la vida después de mañana.

-Ya soy tuyo.

Y habría tenido un infarto, pero se controló lo suficiente como para saltar de la cama y besarle.

-Te amo, TaeTae- le dijo y su amado le besó la nariz antes de responder.

-Te amo, Yoon.

TaeHyung se fue después de eso y su prometido agradeció que no mencionara la cámara en el broche de JungKook, porque se habría avergonzado demasiado, pero entonces recordó su objetivo para esa noche y el porqué le había pedido a su novio ver una película…Se pone las manos en las mejillas y las siente calientes, sabe que se pone como tomate solo de pensar intimar con su novio, pero eso no significa que no lo desee. En las palabras de su terapeuta “Incluso si no estamos listos para el día, no siempre puede ser de noche” y lo cree, sabe que no va a sentirse listo si no cree en sí mismo y tiene que permitirse ver el cambio, y siempre va a poder sacar una excusa o una larga lista de cosas que hacer antes de permitir que alguien le toque siquiera con una intención sexual, porque le pone muy ansioso la idea y casi siempre esa ansiedad lo acaba llevando a un ataque de pánico, pero está intentando convencerse desde hace años de que no hay nada de malo en que alguien le toque, si él lo desea, solo tiene que estar presente en el momento que está viviendo y recordar que la persona que ama jamás le haría daño.

Recuerda lo orgulloso que estaba cuando besó por primera vez a TaeHyung, recuerda su primer abrazo apretado y como tuvo que contenerse de explorar el cuerpo de su novio por miedo de su propia reacción si él hacía lo mismo. Sabe que toda la terapia y la compañía de su amado lo han cambiado, han logrado que se abra poco a poco, pero todavía le falta dar el gran paso y va a hacerlo, va a conseguirlo, porque ha trabajado por ello, durante años,  puede hacerlo.

¡Puedo hacerlo!

Eso también se lo dice a sí mismo Jin, Kim SeokJin, el encargado del pastel de bodas del día siguiente, que estaba empezando a considerar arrancarse el pelo a puños por no tener suficiente tiempo para ello, a pesar de estar manos a la obra desde las seis de la mañana. Fue contratado hace años por la familia Kim, mayormente para hacer sus postres, pero con el tiempo ya se siente parte del ambiente, por eso se siente tan presionado, no puede fallar, tiene que terminar ese pastel de bodas, es su obra maestra.

-Hola, Jinnie- escuchó una voz detrás de él, que le hizo sobresaltarse y derramar un poco del contenido de su manga pastelera por el apretón que le dio por el susto que se dio.

Volteó asustado y vio a un hombre alto, en un traje que gritaba haber sido hecho a la medida de su cuerpo, porque sabía a dónde ceñirse para resaltarle su esbeltez y musculatura. Tenía el cabello teñido de gris y llevaba unas gafas oscuras cuadradas, tenía una sonrisa de lado que habría derretido los polos en un suspiro de habérselo propuesto, pero nada de eso hizo que Jin abandonase su pose desconfiada y le mirase con menos enojo por estar haciéndole perder el tiempo en contemplarle.

Las ataduras del amor | TaeGiHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin