8_ Nada puede sobrevivir solo

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- ¿Se sienten mejor? - dijo mamá mientras me acariciaba la cabeza y a Mia el brazo. Ella estaba acostada en su hombro y yo en sus piernas. - Dijeron que estaban en la Isla Peregrine y mencionaron a una chica llamada Midge.

- No lo sé. Creo que ya nada es real - dijo Mia mientras dudaba de lo que vivimos en la isla.

- No te preocupes, tendremos tiempo para descubrirlo. Su padre está viniendo a verlas.

- ¿Va a venir? - pregunté emocionada mientras me incorporaba en el sillón.

- Sí, claro que sí... Se preocupa por ustedes - en eso se escuchó un golpe en la puerta - justo a tiempo.

Mamá fue a abrir la puerta mientras Mia y yo nos levantamos. Ella se fue a ver al espejo y yo me quedé viendo a la entrada. Cuando se abrió la puerta, papá entró.

- Mia, Elena - dijo con una sonrisa en su rostro. Nosotras fuimos a abrazarlo y él nos correspondió.

- Estás aquí - dijimos al mismo tiempo con Mia.

- Lo estoy.

- Creo que hemos perdido la cabeza - dijo Mia con voz preocupada.

- Tranquila, "Mamá Mia" - dijo mi padre en un intento de abrazarnos a las dos. Pero antes de que pudiera hacerlo, me separé y terminó abrazando solo a Mia, quien se notaba confundida por el apodo. - Creo que deberían ir con la doctora Sarpentin y hablarlo.

En ese momento, mamá entró y puso sus manos en mis hombros mientras apoyaba su cabeza en la mía. Mia seguía confundida, ella me miró y notó que yo también estaba perdida en mis pensamientos.

- ¿Qué es esa música? - preguntó Mia.

- Es la radio en la cocina - respondió mamá de forma dura. Casi al instante, salió de la habitación para ir a apagar la radio.

- Su mamá dijo que mencionaron a Midge - mencionó papá mientras nos agarraba de las manos y nos llevaba al sillón para sentarnos, con él en el medio. - ¿Quién es ella?

- Estuvo en la isla, pero también había otra chica... Amber - dijo Mia.

- ¿Vieron a Midge? - Ninguna respondió, entonces papá me tocó la pierna y solté un "mmm..." - Estaban hablando de Midge.

- Hablemos de ella y podrán descansar - dijo mamá entrando a la habitación. Caminaba de forma amenazante. Ambos nos miraron y de repente las luces se apagaron, había menos luz que al principio.

- Midge ya no está - dije respondiendo nerviosa. - Ella... Murió hace un año.

- Gracias Elena - dijo papá. - Me dijiste lo que querías saber. Miré al espejo y en vez de mostrar el reflejo de la sala mostró hojas, al igual que la ventana.

- ¿Qué es esto? - preguntó asustada Mia, agarrándome de la mano y haciéndonos levantar para quedarnos una al lado de la otra.

- No las escucho - dijo mamá acercándose. Mia miró al espejo y me imitó. Logré ver que decía "Odio a Mia y a Elena". Volvimos a la realidad, estábamos en el bosque y se volvió a escuchar - no te escucho - pero del otro lado de la línea - ¿Quién habla?

- Somos nosotras, Mia y Elena.

- ¿Cuáles Mia y Elena? - preguntó mamá por el teléfono.

- ¡Tus hijas! - grité desesperada.

- No tengo hijas - dijo mamá con voz fuerte - no tengo...

- Una hija - terminó la frase Amber. Nos encontrábamos en la oficina del campamento. Nunca nos habíamos ido. Empecé a llorar más fuerte de lo que ya estaba, soltando el teléfono y llevándome la mano a la boca.

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