Capitulo 11

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- Maldita sea Misaki -dijo Chisiya mientras sonreía inconscientemente agarrándola de la mano.

- No me sueltes -dijo ella mirándolo a los ojos.

- Jamás.

Después de eso ambos corrieron todo lo rápido que pudieron aprovechando que el rey de picas había ido tras el coche en el que iban sus amigos, pudieron refugiarse dentro de una pequeña tienda de alimentos bastante alejada del centro donde había sucedido todo.

- Tenemos que volver a ayudarles -dijo Misaki buscando algo con lo que poder defenderse por la tienda sin tener mucho éxito.

- No, ellos saben apañárselas bien, lo mejor será que entremos en otro juego ya que según la lógica no estaría bien que el rey de picas entrara en las zonas de juego de los demás -respondió Chisiya mientras buscaba algo para comer.

- Bien, pues pasaremos aquí lo que queda de noche y al amanecer entraremos en otro juego -dijo Misaki asegurando el sitio para que nadie pudiera entrar.

- Vale, haremos turnos para dormir por ese cabronazo vuelve.

- ¿Te apetece ramen? -preguntó Misaki agitando un par de cuencos de ramen mientras sonreía como una niña, era imposible no fijarse en ella, imposible de no tener los sentimientos que él tenía.

- Claro por qué no.

Misaki improvisó una pequeña zona para comer mientras Chisiya calentaba el ramen en una pequeña hornilla.

- Esto ya está listo - comentó Chisiya.

- Bien pues que aprovecheee.

Ambos comieron en silencio hasta que Misaki lo rompió.

- ¿ Y a que te dedicabas antes de todo esto? -preguntó curiosa.

- Pues era doctor de pediatría -respondió sin más.

- Vaya, salvando vidas eso mola.

- Bueno era lo que intentaba, pero la sociedad era y es una mierda.

- ¿A que te refieres? -preguntó Misaki confundida.

- Déjalo, tiraré esto si ya terminaste de comer -respondió Chisiya recogiéndolo todo y desapareciendo de la vista de la chica confusa.

Mientras tanto Misaki cogió unas mantas que encontró en la trastienda y las tiró al suelo sentándose en ellas, al poco apareció Chisiya sentándose a su lado.

- Duerme tu primera, yo haré la primera guardia.

- Bien, llamamé cuando sea mi turno -respondió Misaki apoyándose contra la pared, Chisiya solo se limitó a asentir mientras los ojos de Misaki se iban cerrando.

Un rayo cegador de la mañana despertó a Misaki abriendo lentamente sus ojos para encontrarse que ella estaba apoyada en el hombro de él y aprovechando eso Chisiya también se había apoyado en Misaki quedándose dormido.

- ¡Maldita sea nos hemos quedado dormidos! -gritó Misaki al darse cuenta de que era peligroso quedarse allí.

Chisiya por su parte se levantó lentamente frotándose los ojos.

- Tenemos que entrar en el juego más cercano oigo disparos -dijo Misaki levantándose mientras cogía una mochila con sus cosas.

- Bien, el más cercanos creo que era un juego de corazones -respondió él levantándose también.

- Pues vamos, y Chisiya... esto no cambia nada, sigo sin perdonar tu traición.

Chisiya simplemente levantó los brazos en señal de rendición, no sabía que iba a hacer con ella pero tenía claro que no la podía perder.

Después de coger unas últimas cosas ambos salieron dirección al próximo juego.

Cuando llegaron vieron que la zona de juegos sería en una cárcel cosa que a Misaki no le gustó nada.

- Vamos entremos -dijo Chisiya avanzando.

- Chisiya, será mejor que vayamos por separado en el juego.

- ¿Puedo preguntar por qué?

- No podría soportar otra traición de tu parte así que prefiero que nos mantengamos alejados -terminó de decir Misaki mirando la suelo, al no obtener respuesta por parte de Chisiya avanzó ella sola hacia el interior de la zona de juegos sin poder mirar atrás.

Cogió uno de los aparatos que se encontraban en medio de la sala y se lo colocó en el cuello.

- Bien, vamos allá.

Misaki se adentró más en la zona hasta llegar a la sala que le habían indicado unos carteles al principio, allí se encontró con con muchas personas a cada cual más peculiar así que simplemente se limitó a apoyarse contra una de las paredes examinando a sus contrincantes, al poco tiempo Chisiya entró a la sala deteniendo por un segundo su mirada en ella pero rápidamente la apartó quedándose en una zona alejada.

El juego dio comienzo y según había entendido Misaki era tiempo indefinido, es decir, se quedarían allí los días que fueran necesarios pero si lo pensaba bien era contradictorio con la temática del juego ya que cada cierto tiempo debían entrar a una celda para decir el palo que tenían en el collar que llevaban en el cuello, lo malo era que no podían verlo y solo podían confiar en que otra persona les dijera el palo correcto pero había truco ya que la jota de corazones se escondía entre ellos y para poder terminar el juego lo que debían era matar a la jota.

Una chica que se daba de aires de inocentes empezó a reclutar gente para hacer equipo y poder decirse los palos de cada uno, le pareció un poco sospechoso a Misaki ya que la actitud de la chica le daba hasta cierta grima pero lo dejó pasar ya que se había dado cuenta que unos ojos llevaban tiempo mirándola fijamente y no eran los de Chisiya sino los de un joven que se encontraba sentado apoyado contra una pared sin hacer ningún movimiento.

Al ver la situación Misaki decidió acercarse al chico.

- Hola, ¿a qué se debe que me mires tanto? -preguntó Misaki de cuclillas mirándole fijamente.

- Solo pensaba que sería una pena que tú fueras la jota y tuvieras que morir -respondió sin más.

- Tranquilo yo no soy la jota sino te aseguro que no duraríais ni más de tres rondas -dijo Misaki sonriendo.

- No se por qué pero te creo, veo potencial en ti me gusta eso y también me gustas tú -dijo el chico levantándose para después besar el dorso de la mano de Misaki mientras sonreía.

Pero de repente jalaron a Misaki desde atrás separandola del tipo ese.

- Ni te acerques a mi novia -dijo un Chisiya enfadado dejando ver una faceta que no había mostrado antes.

Alice in boderland (Chisiya y tú)Where stories live. Discover now