Si supieras.

¿ Es el cielo ?

Narra  Scott:

Desperté, y las paredes blancas invadían el cuarto no habia ni cuadros, ni una mancha de suciedad ¿estaba en cielo?, o, no lo creo que tenga  olor a medicamentos, ni angeles vestidas de enfermeras.
Estaba aturdido no sabia que sucedía, me sentía cansado y adolorido, pero mi angustia no era por mi, si no, por Ani, mi Ani, observe  por toda la habitacion si mi ángel estaba aqui, pero no.
Estaba solo, me sentia devastado quería saber si Ani se encontraba bien, intente levantarme pero no podía en ese mismo instante llega una enfermera rubia y me trae la comida.

— Al fin te despiertas. —dice mientras baja la bandeja de comida.— tienes visitas ¿quieres que los dejen entrar ahora o luego de almorzar?. — pregunta con una sonrisa, claro que quiero tal vez sea Ani.

— Si, por supuesto dejalos entrar.— No era quien creí, era mi madre y mi hermanito y detras de ellos entraron Sam y Jonathan pero la enfermera les dijo que esperaran hasta que mi madre y hermano salgan.

— Hola hijo ¿como te sientes?. — me agarra de la mano .

— Bien mama, ¿ y tu?.

— Ahora estoy bien.— empieza a echar algunas lagrimas y mi hermano estaba a su lado con la cabeza agachada.

— Mm... vieja, no llores estoy bien ¿que no ves?. — ella sonríe.

— Bueno mi rey, te dejo asi entran tus amigos.

— Espera.— le sostengo del brazo y ella me mira atenta.— ¿Que paso con Gonzalo?. — ella cambia su mirada.

— De seguro en estos momentos estará en la cárcel,bueno ahora ya salgo, vamos cariño.— salen de la habitacion y en ese momento entran Sam y Jonathan.

— Hola.— dicen al mismo tiempo.

— ¿Y Ani, por que no esta con ustedes?. — ellos se miran. — ¿que pasa?. — mi corazon se acelero por que no me acuerdo de nada, no se si cuando cerré mis ojos Gonzalo le disparo o algo asi. — ¡Respondan!.

— Lo siento Scott .— dice Sam.

— ¡Dilo mujer!.

— Es que tu no despertabas en estos dos dias y no pudimos hacer nada.— no la deje terminar.

— Ve al grano.

— Ella se fue a España con sus padres.

— ¿Que?.

Narra Analia :

Voy hasta Scott y lo vi ahi tirado, con dos agujeros de balas en su pecho y sangre saliendo de ahi, no pude evitarlo pero creo que aun lo amaba, lloré, lloré hasta sentir que me secaba, solo lo miraba y el a mi, él acerco su mano a mi y dijo.- lo siento mi Ani, nunca quise hacerte daño, yo, te amo. - y cerro los ojos.
En eso se acerca uno de los policias y me pregunta si me encontraba bien, creo que era obvio que el que estaba peor se encontraba en el piso, en eso vienen dos policias mas y lo cargan.
Yo voy detras de ellos y vi que habia una ambulancia y trajeron una camilla y lo acostaron ahi.
Fui  hasta un policia y le pedí encarecidamente que me preste su móvil para llamar a Sam.
Vi como le sacaban del deposito a Gonzalo con las manos hacia atras y le metían en el auto para luego marcharse.

— ¿Hola?.— escucho la dulce voz de Sam.

— Sam.

— ¿Quien habla?.

— Soy Ani, por favor llama a mis padres y dile que hay dos hombre afuera de su edificio que Esperame que salga para matarlos y dile tambien que el causante de esto fue Gonzalo.

—¿!QUE!?...ok les digo, no..no lo puedo creer ¿te encuentras bien  y Mónica?.

— No..no se, si solo tengo un rasguño en el tobillo. — mentí. — el que esta mal es Scott.— empecé a sollozar.

**
Llegamos al hospital y yo no paraba de llorar,  Scott  no despertaba y ademas estaba en cirugía, me encontraba sola y aturdida quería gritar, estaba temblando de los nervios no quiero perderle al amor de mi vida.
En eso le veo llegar a Sam, Jonathan y la mama de Scott.
Me levanto y voy junto a Sam, me tiro en sus brazos y no dije nada solo lloré,  ella me contuvo y solo acariciaba mi espalda.

— ¿¡ Donde esta mi hijo!?. — dice desesperada la madre.

— Esta en cirugía señora.

**

Desperté y aun Scott no despertaba, no tenia apetito, ni sed, solo quería oir la voz de Scott.
En eso le veo a Mónica venir hacia mi.

— ¿ Monica ?.

— Ani. — me abraza, estaba llorando. — Estad herida.

— Ya estoy mejor.

— Nunca pensé que Gonzalo haría esto. Ah tus padres están llegando.

— ¿ Como ? .

— Si, anoche me llamaron y me dijeron que vendrían aqui para llevarnos.

— No, yo no voy a ir a ningún lado hasta saber de Scott.