2 - Advertencias (Día 0) [Jade]

6 0 0
                                    

La mayoría de las veces, las migrañas tienen unos síntomas antes de que se produzca el dolor irritante de cabeza, antes de que todo estalle. Uno para ejemplificar sería como un dolor alrededor de los ojos que no es dolor, pero tampoco molestia. Es como si cuando enfocas o mueves los ojos hacia una dirección sientes sensibilidad a los movimientos, que los párpados son más pesados y notas cómo ruedas los ojos hacia dónde quieres observar. Hasta te da la impresión de que te estás poniendo bizco de lo irritante que es la sensación.

Si no tienes medicación recetada o no te tomas tu pastilla de rescate a tiempo, ya es imparable. El dolor de cabeza comienza gradualmente y hasta casi te olvidas que te molestan los ojos porque te estás concentrando en el dolor de cabeza. Deseas haber hecho algo antes para no tener que estar con un paño mojado en la frente y refunfuñando, irritado.

Lo mismo pasa con las emociones.

Perrie de nuevo estaba parada a unos pasos de mí, ambas solo con una única arma: la presencia. Parecía un concurso de miradas en el que la suya era determinada y sin miedo, enfrentándome pero sin dar señales de querer atacar, con una actitud sumisa pero esperando a lo que yo haría. En cambio, mi mirada era dura, fría. Tenía la ira concentrada en mi interior y hacía que mis dedos se retorcieran con espasmos, ruidos de huesos rotos que volvían a ubicarse en su lugar escuchándose ahogadamente, luchando contra la transformación de la que no podría dominarme.

- ¿Qué rayos estás haciendo aquí? – pregunté con brusquedad, mis ojos aun naranjas por el lobo interior que quería liberarse y perder los estribos -. Este no es tu territorio, y tampoco eres bienvenida.

- Por fin te encuentro – exclamó formándose una sonrisa en sus labios, ignorando mi descontento.

Pero cuando me di cuenta que estaba caminando hacia mí, el vello de mi cuerpo se erizó por completo, mis músculos tensándose y por dentro poniéndome en guardia.

- Juro que nunca antes me había desesperado tanto por cruzar-

No dejé que me tocara. Estaba loca si se atrevía a ponerme una mano encima, doblando su muñeca y obligándola a agacharse hincada en una rodilla con un grito ronco de dolor.

- ¿¡Cuál es tu puto problema!? – vociferó mirándome con los ojos fluorescentes que estaban dilatados de la ira.

Lo que sí no me esperaba era que diera un giro para desenredarse, ahora retorciendo mis brazos y yo quedando en una situación de sumisión. Me negué. Me negué a que mis recuerdos sobre ella y ella misma me vencieran, dando una patada en la espinilla que no me soltó del todo, pero fue lo suficiente para alcanzar un codazo en su nariz que la hizo trastabillar hacia atrás, liberándome de su agarre y poniéndome en posición de defensa respirando pesadamente, atravesándose unos mechones salvajes delante de mi rostro que los movía con mis exhalaciones bruscas.

Como bien había dicho, una vez que los síntomas comienzan ya no hay vuelta atrás. Puedes sentir los latidos de tu corazón haciendo presión en tu cráneo, doliéndote hasta pensar. Te cuesta hasta estar parado porque tu cuerpo a veces tiembla del esfuerzo extra que hace para concentrarse en hacer algo por vez, por lo que no quieres volver a sentarte. Implicaría en girar la cabeza para ver dónde te vas a sentar, después mirar al frente para retroceder al mismo tiempo y sentarse, eso sin mencionar que a la vez tus ojos se mueven constantemente.

El cerebro puede mandar muchos comandos al mismo tiempo, hacer varias cosas en un solo momento, pero cuando estás en ese estado crítico que todo va a empeorando es como si tuvieses que tomarte el tiempo de enfocar tus energías en tan solo una actividad por vez, y también tomas consciencia de lo mucho que trabaja tu cuerpo en una sola acción que resultan ser como cuatro simultáneamente.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 12, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

She Wolf: Her Blood [ACTIVO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora