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Siguiendo con los eventos anteriores el osezno seguía su camino junto al chico de doradas alas, ambos estaban en completo silencio después de todo seguían mal, seguían tristes e impotentes, ¿Por qué el esqueleto no pidió ayuda? Esa pregunta inundaba la mente de ambos, Quackity perdió a su amigo, a si compañero de la misma nacionalidad que entendía cualquier chiste, el esqueleto que guardaba su secreto y se acompañaban en aquella base, Spreen perdió a su compañero, a su hermano, la persona que sabía sus sentimientos, quién ayudaba su destrozado ser.

Ambos perdieron algo importante y ambos se culpaban por ello, la impotencia recorría cada parte de su cuerpo; enojo, tristeza, desesperación, negación, en solo minutos sentían todo aquello que en algún momento de esas semanas debían sentir, pero, no esperaban que fuese tan repentino, tan fugaz que ni quiera lo puedan procesar, su cabeza repetía una y otra vez que todo era mentira, que jamás paso, que cuando lleguen a su base ahí estará el calavera sonriendo esperandolos con los brazos abiertos, pero no pues el ya no está y no hay nada que puedan hacer ahora, por más fuertes que sean es imposible traerlo de nuevo a la vida.

Era difícil saber que a partir de mañana ese joven hará falta, no podía evitar sentirse con miedo, miedo que al abrir las puertas en osezno y el francés lo culpen por ser el más fuerte de los tres y dejar morir a su compañero, sus palmas apretaban el mango de su espada com fuerza, lo odiaba y se odiaba aunque eso todos lo sabíamos a la perfección, fue un camino largo pero cuando por fin llegaron ambos se miraron mutuamente, estaban inseguros pues no deseaban entrar a escuchar los posibles gritos y discusión.

Ambos jovenes entraron y lo primero que encontraron fue a los otros dos miembros mirándolos, estaban serios y claramente enojados, su sola mirada causaba escalofríos que recorrían todo su cuerpo, ambos chicos caminaron a la sala de cofres dejando todo aquello que llevaban encima antes de la difícil plática que se avecinaba, no había salvación, no iba a revivir Missa y decir que todo estaba bien, debían afrontarlo y solucionar que pasará con la ausencia del esqueleto.

— Entonces —. Murmuró el osezno café cuando los dos lideres se miraban fijamente.

— ¿Qué sucedió?  —. Preguntó el ente esperando entender como todo sucedio, no podía creer que estando al cuidado del híbrido y compañero el esqueleto muriera de esa forma.

— Tenias que cuidarlo —. Dijo enojado el castaño, claro ahora era su culpa cuando también estaba el híbrido de pato, ¿No?.

— No entiendo cómo sucedio, estábamos todos juntos solamente sucedio —. Contesto Spreen incomodo, incluso inseguro de la situación, ¿Por qué no le llaman la atención a él también?.

— ¿Estás seguro que lo estabas cuidando? Siempre te confías y te pones a hacer tus cosas —. Volvió a hablar el otro oso frunciendo su ceño y juzgado con solo verlo, el ente de humo solo miró está vez no pregunto nada.

— Te dije que no hablo —. Dijo gruñendo el oso menor.

Ambos jóvenes miraron a Quackity quién agitó sus plumosas alas al sentir la penetrante mirada de ambos jóvenes sobre el “¿Afirmas eso?” Preguntaron haciendo que tragase saliva de los nervios, estaba seguro que temblaba bajo su mirada, temía por dar una mala respuesta y sufrir las consecuencias. — El solo pescaba cuando sucedio, no lo estaban atacando las brujas entonces estaba bien y yo estaba luchando contra una bruja —. Spreen volteó a verlo al escucharlo, pensaba que le ayudaría si ambos estaban enojados con lo que pasó pero parece que no.

— ¡¿Y por qué no lo ayudaste?! —. Gritó el osezno mayor haciendo que el otro se encogiera, sentía miedo tal cual como cuando era un cachorro, odiaba las peleas y hasta ahora lo sigue haciendo, odiaba escuchar como alzaban la voz en gritos y eran contestados de la misma forma, le recordaba a ellos, a sus padres quienes aún no salían de sus recuerdos.

𝗜 𝘄𝗶𝘀𝗵 𝘆𝗼𝘂'𝗹𝗹 𝗹𝗼𝘃𝗲 𝗺𝗲 𔔁 ៹ ࣪🚧Where stories live. Discover now