O29

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be my mistake.

Eva's pov.

Sentí varias cosquillas en mi cara y brazos haciendo que con vagancia abriera los ojos, me encontré con Enzo y como los rayos de sol que entraron por la ventana lo iluminaban, como si fuera un ángel. Sonreí aún dormida y dedicó un beso en mi frente para acostarse otra vez en la almohada. Me sorprendía bastante como incluso de mañana se veía tan hermoso como lo es durante todo el día.

—Buenos días, rubia. — Dijo en un suspiro y pasó su brazo por su nuca.

—Buen día. — Me tapé aún más con la sábana transparente y volvió a mirarme con una sonrisa.

Sus ojos se achicaban más cuando recién se despertaba y eso me tenía mal. Aunque no quería, en mi cabeza permanecía el sentimiento de culpa por Licha, si bien me había causado bastantes emociones esa noche con él, mi debilidad y mi error era Enzo.

—Te extrañaba muchísimo, mi amor. — Dijo estirandose en la cama y acercándose a mí, quedé en shock al escuchar esa pequeña palabra.

—¿Cómo me dijiste? — Sonreí sentandome en la cama con una expresión de sorpresa.

Mi amor. — Repitió con una sonrisa y me abrazó con sus manos en mi cintura volviendo a besarme.

Mi corazón se volvió un tambor al verlo quererme de esa manera, sin embargo era mi mejor error. La alarma de mi celular sonó haciendo que nos separemos indicando que era hora de ir al plantel. Por suerte, teníamos tiempo para desayunar con los chicos en el restaurante del hotel, la puerta sonó haciéndome sobre saltar en la cama justo antes de levantarme para irme a bañar.

—¡Eva! — La voz de Oriana se hizo presente. — ¡No quiero interrumpir pero necesito cambiarme!

Enzo se empezó a reír al verme sonrojada de cabeza a pies por el comentario de Oriana. Dejó un beso juguetón en mis labios mientras seguía riéndose, rápidamente escondí mi cabeza abajo de las sábanas.

—¿Te pensas que ella no hizo lo mismo con Dybala? — Susurró en mi oído y le pegué un manotazo en su brazo.

—¡Ya voy! — Grité avergonzada y me puse lo primero que encontré que era lo que estaba a mí alcance mientras Enzo se ponía a revisar su celular.

Verlo recostado en el respaldo de la cama me hacía querer verlo así todas las mañanas posibles. Me despabilé y abrí la puerta con el calor en mi cara de la vergüenza, ella pasó con una sonrisa juguetona a buscar su ropa y salió lo más rápido que pudo.

Cuando terminé de bañarme y Enzo también, bajamos a desayunar con él resto de la selección. Las miradas se desviaron a nosotros y posiblemente era de imaginarse porque veníamos juntos, la vergüenza se apoderó de mi cara y me senté al lado de Lean Paredes, Enzo se sentó a mí lado como para disimular (Nótese el sarcasmo).

—¡Eeepa! — Gritó Paredes junto con una sonrisa y me miró con detención poniéndome más nerviosa. — ¡¿Y ese chupón?!

Señaló hacia mi cuello sin disimular y todos se empezaron a reír menos Lisandro, gritaron como locos sin evitar que me ponga tímida ante eso. Tapé mi cuello con mi pelo como pude pero ya todos habían visto la marca que Enzo me había dejado.

—¿Quién fue el vampiro? — Preguntó en joda El Dibu con una sonrisa.

Enzo simplemente se reía de los chistes que los chicos decían, mi mirada se levantó hacía Lisandro que sólo se mantenía serio y con la vista en su comida. El sentimiento de culpa se volvió más fuerte después de ese momento, me sorprendió no encontrar a Sofía por ningún lado y ver a Olivia con Julián. Me mantuve en silencio por el resto del desayuno después del momento tan vergonzoso que pasé junto a Enzo.

Tenía que tapar ese chupón como fuera.

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Estaba sentada en el muelle que había en la playa cerca del hotel, se necesitaba un momento para pensar en frío las cosas y que decisión debía tomar, una nueva en donde definiría todo. Me encontraba nuevamente teniendo que decidir si quedarme con Enzo o con alguien más, parecía que era un patrón bastante común en mi vida, siempre decidiendo por los demás y nunca por mí. 

¿Cómo le diría a Lisandro que amaba a Enzo?, pensé para mí misma con mi mentón en mis brazos mirando hacia el mar. Escuché como las tablas del puente se empezaron a mover y divisé a Olivia corriendo hacia mí con la famosa camiseta del 24, atrás de ella estaba Julián inclinado hacia adelante.

—¡Mamá! — Gritó se lanzó a mis brazos con una sonrisa, la misma que tenía Enzo.

—Hola mi vida. — La senté sobre mis piernas y Julián no tardó mucho en sentarse a mí lado. — ¿Qué hago?

Dije con una sonrisa viendo como él alzaba los hombros, parecía tener el mismo pensamiento que yo, tanto que hasta él estaba confundido por todo lo que pasaba. Ambos miramos al frente donde el sol se escondía en el mar lentamente, tan lento que me mataba de ansias que ya se escondiera.

—Está vez no sé, pulga. — Dijo subiendo sus piernas a la tabla y apoyando su mentón en sus brazos. — Estas muy jugada está vez, más que en la anterior.

—¿Por qué el amor es tan difícil? — Pregunté echando mi cabeza hacia atrás frustrada.

Julián alzó los hombros pensativo, aún seguía sin saber la respuesta y probablemente no sabía cómo responder, nadie sabía cómo responder a tal pregunta.

—Dicen que lo que cuesta vale. — Me miró con una sonrisa siendo iluminado por el resto del sol que quedaba. — No lo dejes ir está vez.

Terminó acariciando el pelo de Oli y mirandola con un amor tan lindo, me recordaba a aquellos días en los que los cuatro éramos una familia unida, nada nos separaba. Sonreí un poco al verlo y acaricié con mi mano su mejilla.

—¿Todo bien con Julieta? — Lo miré con una sonrisa juguetona y este se rió con nerviosismo asintiendo.

Julieta era la nueva novia de Julián, era un amor y comprendía nuestra situación, a diferencia de Emilia. Se conocieron durante un recital de Harry Styles al que le insistí a Julián para ir, solía salir a pasear con ella y juntarnos a hacer pijamadas cuando estábamos en Inglaterra.

—Quiero estar con ella toda la vida, pulga. — Suspiró.

—Y hacelo. — Despeiné su pelo en forma de juego. — Ella es la mejor opción de todas.

Me sonrió al saber que tenía razón con lo que había dicho.

—Habla con él. — Dijo refiriéndose al Licha y aprobando mi relación futura con Enzo. — Y tapate eso pendeja atrevida. 

Quiso tocar mi cuello refiriéndose al chupón pero me corrí antes de que lo hiciera en medio de una risa, este se levantó y se fue dejándome a solas con Oli, quien ya estaba a punto de dormirse en mis brazos. La miré con cada detalle viendo que era una mini versión de Enzo, capaz por eso la amaba tanto también. Sentía una alegría inmensa al escucharla decir que yo era su mamá, era un poco difícil de imaginar eso hace un año atrás, pero hoy puedo decir que me volvió el alma al cuerpo.

Volteé a ver como Enzo se acercaba a  nosotras con una sonrisa, se agachó en cuclillas y dejó un beso en mi cuello. Miró fijamente a Olivia dormir en mis brazos y se rió un poco al ver que su chupete se estaba por caer, estaba oscureciendo y él simplemente apoyó su mentón en mi hombro para admirar como el sol se escondía en el mar nuevamente.

—¿Sabes que es lo que más me gusta de vos? — Me reí ante su pregunta y miré hacia el frente escuchando con atención. — Que sos la mujer perfecta para mí y para Olivia.

Culminó acariciando la cabeza de la nena que ya estaba profundamente dormida en mis brazos, sonreí y volví a recibir un beso en mi cuello para luego sentir sus labios en mi mejilla.

—¿Vos decís que está vez va a funcionar? — Pregunté con una mirada serena.

—Y muchas veces más... — Dijo con una sonrisa. — No importa si lo intentamos muchas veces, en todas vamos a estar juntos, los tres.

Los tres...

𝗦𝗜𝗡𝗚𝗟𝗘 | 𝙚𝙣𝙯𝙤 𝙛𝙚𝙧𝙣𝙖𝙣𝙙𝙚𝙯 ©Where stories live. Discover now