¿Qué pasaría sí...? Duskwood

24-Advertencia

Lilly y yo habíamos hecho todo lo posible para zanjar el tema y ayudar a su hermano. A Jake.

Cuando me enteré de quién era en realidad, no pude en evitar llorar todas las noches. Había dicho cosas horribles de sus hermanas ¿cómo iba a mirarle a la cara ahora? ¿Insinuado que Hannah había podido suicidarse? O peor: Que había hecho algo terrible. Y había hablado mal de Lilly, de haberlo sabido desde un principio, quizás no habría dicho nada de esas cosas.
Pero ya no podía ir atrás en el tiempo, tan solo podía arreglar el ahora.

Hice que todos descartasen a Phil como sospechoso. No encontré nada extraño y además, me gané una copa gratis, lo que ha Richy no le gustó... ¿Le molestaría a Jake saberlo?

Trato de hacer una vida normal mientras que esperamos noticias de Jake. Ya van a hacer dos meses sin saber de él. Dos meses sin un mensaje.
Me da miedo pensar que algo le ha podido pasar.

A veces iba a la cafetería donde hablamos por primera vez, con la esperanza que volviera a buscarme. Pero sé que es peligroso regresar al lugar donde huiste.
   — ¿Puedo sentarme? —levanto la vista del móvil y veo a Brian, señalando la silla.
   —Sí, claro —contesto, apagando la pantalla.
    Estaba mirando el chat de Nymos. Hasta ahora, es un chat bastante enigmático para mí.
Brian se sienta y llama a la camarera. Escucho como se pide el café y luego se queda mirándome.
   —Es un lugar acogedor —me dice, arreglándose el traje.
   —Lian y yo veníamos aquí bastante —contesto, con nostalgia—, hasta que te conoció a ti y las cafeterías de lujo.
   —Vaya, lo siento.
   —No pasa nada.
    Hacía bastante tiempo que no le veía. La verdad es que no sé qué decir. Volver a verle sabiendo que está detrás de Jake, no me ayuda a mis emociones.
   — ¿Alguna razón por la que estés aquí? —pregunto, cruzándome de brazos por encima de la mesa.
   —Bueno, sé que te interesa mi caso —la camarera le da su taza de café y se lo agradece, regresando a la conversación—, pensé que querías una actualización.
    Frunzo el ceño, analizándole. No sé qué intenta hacer ahora, tendría que saber que no puede darle información a una civil.
   — ¿Te dejan hablarlo? —pregunto, tomando mi tercera taza de café de hoy.
   —Estoy haciendo una excepción contigo por... Razones obvias.
De nuevo insinuando que conozco a Jake. Recuerdo que me dijo que me delató mis lágrimas. Creo que nadie sería capaz de aguantar sus lágrimas de saber que la persona que quiere corre peligro.
   —Bueno, pues dime qué nuevas noticias tienes.
    Brian mira su café antes de darle un sorbo. Se está preparando para hablar.
   —Hace dos meses, logramos acorralarlo.
    Intento mantener la calma, aunque mi corazón late demasiado deprisa, preocupada.
   — ¿En serio? —le dedico una sonrisa. Falsa— Vaya.
   —Sí, pero logró escapar... No sin antes haber recibido un disparo —es entonces que mis emociones salen a la luz. Me tiembla la mano—. Actualmente no sabemos su paradero.
    Se me cae la taza, derribando el café.
Maldita sea, está usando mis sentimientos en mi contra para averiguarlo.
Me levanto cogiendo mis cosas, enfadada, asustada, preocupada.
   — ¡Macie, regresa! —escucho a Brian gritarme, siguiéndome.
    Le ignoro por completo llegando a mi coche, pero antes de entrar me agarra del brazo, por suerte, no con fuerza.
   — ¡Suéltame! —le grito, librándome de él.
   —Tienes que escucharme-
   — ¿Escucharte por qué? ¡Enhorabuena Brian! —Aplaudo con sarcasmo— ¡Lo has conseguido! ¡Ya puedes promocionarte como al mejor cabrón que existe!
   —Estás montando un espectáculo-
   — ¿En serio? —claro que lo estaba montando. Cada día que pasaba estaba más desesperada. Ahora me enteraba de esto, de que Jake muy posiblemente podría estar muerto ¿Cómo pensaba que iba a reaccionar?— Vienes a verme y me dices que le has disparado ¿Cómo quieres que reaccione?
   — ¿Es tu confesión? —me pregunta, colocando los brazos en jarra.
   — ¡Adelante! ¡Detenme! —Le desafío— ¡Detenme y haz que tus compañeros me interroguen para sacarme información! ¡¿Es lo que querías?! ¡¿Es lo que más deseabas?! Conmigo podrías terminarlo, ¿verdad? Es eso lo que piensas.
    Brian me mira dolido, para luego negar con la cabeza.
Extiendo mis manos, esperando a unas esposas.
   — ¿A qué esperas? —Le pongo mis manos en su cara— ¡Vamos!
    Entonces hace algo que me sorprende.