El boca

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Mi viejo es una persona dura, de esos criados en el campo. Hoy, a sus cincuenta y siete años, es un carpintero excelente.
un día, esto ya hace un par de años, se agarró la mano izquierda con una máquina, perdió dos terceras partes de las falanges de los dedos, pero su mayor preocupación era perder demasiado tiempo, y atrasarse en los pedidos.
Una tarde en que transcurría su recuperación, me contó una historia, y yo voy a compartirlas...
Cuando era joven y todavía vivía en el campo, fue a un baile en un club, se entretuvo y no tuvo más remedio que volver tarde noche.
él vivía solo, únicamente acompañado de su perro "El Boca". su rancho quedaba muy adentro, en el monte. podía llegar únicamente por un camino de tierra, esquivado por los supersticiosos, quienes decían que una criatura fantasmagórica, con la apariencia de un animal, habitaba la zona y atacaba a los viajeros. Llamaban a ese lugar "el camino del perro".
él me contó:
"Nunca creí en esas cosas, jamás ví nada, pero se hablaba tanto del lugar que sinceramente me daba un poco de nervios, de miedo.
Me acuerdo que esa tarde había llovido, y al ser un camino de tierra, la única parte firme eran las huellas que dejaron los camiones y carros.
Ya había pasado un kilómetro cuando la linterna dejó de funcionar, era una linterna vieja, y las pilas ya pedían un cambio.
caminé con cuidado de no caerme por un rato, cuando escuche unos ruidos en los yuyos, en mi derecha.
el miedo o los nervios, no se, me hicieron rogar que sea una figura familiar. lo único que atine a decir fue: "¿Boca? veni...".
El alma me volvió al cuerpo cuando entre los yuyos se escuchó al boca salir a mi encuentro. Me reí un poco y comencé a palmearme la pierna, para que se pegara a mi, y así salir más rápido del camino. Realmente no se veía nada, así que la presencia del boca ahí era realmente tranquilizante, su cuerpo húmedo y embarrado ensuciandome el pantalón, en otro momento me hubiera puesto loco, pero ahora no había sensación más tranquilizadora..
aunque la calma no duró mucho, ya que entre los yuyos todavía se seguía escuchando ruidos, y El Boca estaba muy intranquilo. gruño dos o tres veces a los pastizales. yo lo calmaba y seguía. pasamos así masomenos una hora. cuando el boca finalmente atacó a lo que merodeaba entre los pastizales. Yo me quedé parado un rato, llamando a los gritos al Boca. Pero no volvió más. un ratito después empezó a amanecer.
Al no volver supuse que habría vuelto al rancho, y al ya notarse algo del camino, pude avanzar rápido.
Faltando algo de 300 metros y ya con la clara de la mañana,chifle al Boca, para saber si ya había vuelto. salió de abajo de unas chapas que usaba como cucha. pero no se acercaba, me espero sentado ahí. lo llamé varias veces, pero no se movía.
Cuando llegue a darle una caricia en la cabeza, me percate: No solo estaba seco, sino que además estaba atado. porque se habían quejado por atacar unas gallinas. me quedé helado. porque pudo ser cualquier perro, pero justo ahí, en ese camino.
Cuando entre a casa, dejé las cosas en la mesa y vi que mi linterna estaba prendida.
esa tarde, junte mis cosas, fui hasta la casa del dueño del campo donde estaba cosechando, renuncié. Le pedí a Don Luque que me llevara las cosas."
Después de contarme esto, se rió y tomó un mate con la mano vendada.
se que suena a historia de un tipo del campo, pero realmente le creo. Con la mano vendada, por haber perdido casi 4 dedos, tomaba mates y no le molestaba.
Pero al hablar de un simple perro en el camino, noté realmente el miedo en sus ojos.

Pero al hablar de un simple perro en el camino, noté realmente el miedo en sus ojos

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De Estación A EstaciónWhere stories live. Discover now