Capítulo 14: Buena suerte

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La familia Addams estaba ahora en el ático, atada a sillas eléctricas. Mientras Debbie se paraba frente a ellos sosteniendo un control remoto.

—No quiero lastimar a nadie. No disfruto lastimar a nadie —dijo—. No me gustan las armas, las bombas o las sillas eléctricas. ¡Pero a veces las personas no escuchan! Tengo que usar la persuasión. Y las diapositivas.

Debbie presionó un botón en el control remoto y apareció una presentación de diapositivas en una pantalla. Una encantadora pareja estaba parada en el patio delantero de una casa.

—Mis padres. Sharon y Dave.
Generosos, apasionados... ¿o no lo eran? Todo lo que yo quería era una Barbie bailarina, con su tutú rosa. ¡Mi cumpleaños!

Apareció otra diapositiva de una joven
Debbie abriendo sus regalos de cumpleaños.

—Tenía diez. ¿Y saben lo que me dieron? ¡El coche de Barbie! —se enfureció.

—El coche de Barbie —Morticia jadeó.

—La pesadilla —dijo Homero.

—Que horror.

Apareció la siguiente diapositiva y mostró a Debbie rodeada de papel de envolver triturado, con una mirada enfurecida en su rostro.

—¡No era lo que yo quería! ¡No era quien yo era! ¡Yo era una bailarina! ¡Graciosa!
¡Delicada! Tuvieron que irse.

La siguiente diapositiva mostraba su casa completamente envuelta en llamas.

———

Abajo, en la habitación de Pubert, el bebé agarró un cuchillo de su móvil para bebés y comenzó a cortar su cuna.

———

—Mi primer esposo.

Apareció una foto de un médico en la pantalla.

—El cardiólogo. ¡Todo el día, coronarias, trasplantes! —se quejó.

—¿Y tus necesidades? —preguntó la abuela.

—No puedo ir a cenar, linda Debby. Madonna se resfrió —repitió.

La siguiente diapositiva mostraba al médico encogido de miedo con la sombra de un hacha que aparecía en la esquina.

—¡Un hacha! Que talento de muchacha —la abuela suspiró feliz.

Mientras tanto, Pubert había logrado atravesar su cuna y ahora gateaba por el suelo. Mientras salía de la habitación, empujó su tocador y una bala de cañón cayó detrás de él. Rodó fuera de la habitación y por el pasillo.

—Esposo número dos. El Senador.

Apareció una imagen de un hombre sonriente sentado detrás de su escritorio.

—Amaba a su estado, amaba a su asignatura

—Y dime, ¿qué pasó con Debbie? —preguntó la abuela.

—Lo siento, Debbie, ¡no habrá Mercedes este año! ¡Hay que poner el ejemplo! —se quejó—. ¿Oh, sí? ¡Pon esto!

La siguiente imagen mostraba al senador encogido de miedo frente al garaje cuando Debbie estaba a punto de atropellarlo.

———

Pubert se arrastró por el suelo hacia las escaleras. Se acercó a la barandilla y agarró uno de los postes.

———

—Mi reciente esposo.

Apareció una foto de Fester en una cortadora de césped.

—Mi amado esposo. Lucas.

—El fiel —Lucas susurró.

—El calvo —Debbie dijo con dureza, apagando su presentación de diapositiva.

—Y su adorable familia. Me recogieron, me aceptaron. ¿Pero alguno de ustedes me amó? ¿Alguien me amó? —sollozó.

—Votación —dijo Lucas.

Todos miraron a su alrededor, pero nadie levantó la mano.

———

Pubert se subió a la barandilla de la escalera y se deslizó por ella. Mientras tanto, la bala de cañón que Pubert derribó, rodó hacia la barandilla y chocó contra ella, lo que envió a Pubert volando hacia un patín de ruedas y rodó por el suelo.

–——

—Sí, he matado y he mutilado. He destruido vidas inocentes una tras otra. ¿Acaso no soy un ser humano? No me aflijo y me duele y... ¿compro? ¿No me merezco también amor? ¿Y joyas? —despotricó Debbie.

Morticia asintió comprensivamente.

Debbie se dio la vuelta y caminó hacia el interruptor de las sillas eléctricas y colocó su mano sobre él.

La bala de cañón comenzó a rodar por las escaleras mientras Pubert todavía estaba montado en el patín. La bala de cañón aterrizó en el suelo y lo atravesó. Las tablas rotas crearon una rampa y la bala de cañón aterrizó dentro de una olla hirviendo.

—Adiós, mon Cher —Morticia le dijo a su esposo.

—Adiós, Cara Mía —Homero y Morticia se tomaron de las manos.

—Te amo, mon précieux —Merlún se volvió hacia T/n y miró sus hermosos ojos (c/o).

—Yo también te amo, Merlín —T/n susurró, con lágrimas en los ojos.

Merlín alargó el brazo y le cogió la mano, y ella le devolvió el apretón.

—¡Debbie, déjalos ir! ¡Llevate todo mi dinero! Merezco morir por lo que hice —rogó Lucas.

—¡Al menos deja ir a T/n! Ella no se merece esto —Merlín dijo.

Debbie puso los ojos en blanco.

—Morirán —se encogió de hombros.
———

El calor en la olla en la que estaba la bala de cañón estaba aumentando y finalmente se disparó en el aire. Pubert rodó hacia atrás frente a la escalera y aterrizó en el extremo inferior de la rampa. La bala de cañón cayó del cielo y aterrizó en el otro extremo, lanzando a Pubert en el cielo.

Atravesó el tragaluz de cristal hasta donde estaba un avión.

Amanda y sus padres estaban sentados en su fila, cuando vieron la cara de Pubert aparecer en su ventana por un segundo antes de que volviera a caer. No dijeron nada, pero la madre de Amanda cerró la ventana.

———
—¡Adiós a todos! ¡Deséenme suerte! —anunció Debbie.

—¡Buena suerte! —Todos dijeron.

Debbie tiró de la palanca justo cuando Pubert aterrizó en la habitación con ellos.

La corriente eléctrica del interruptor viajó a lo largo de los cables en el piso. Pubert soltó una risita y Debbie lo miró confundida. Pubert levantó dos cables y los conectó, lo que envió la corriente eléctrica de regreso al mango que Debbie aún sostenía.

Debbie se elevó en el aire mientras saltaban chispas a su alrededor. Su cabello sobresalía en todos los ángulos y comenzó a convertirse en un montón de cenizas mientras toda la familia miraba con una sonrisa en sus rostros.

Una vez que se detuvo la electricidad, todo lo que quedó de Debbie fue un montón de cenizas, dos zapatos y un par de tarjetas de crédito.

Los locos Addams 2 (M!Merlina x F!Reader)Where stories live. Discover now