UNA LUZ EN MI OSCURIDAD/No. 2 De La Serie: HERMANOS

CAPÍTULO 7 ERES MI HERMANO

Fabián
Hoy es un día como cualquiera, me levanto con ánimo, aún no amanece, pero yo ya estoy de pie, me gusta ser el primero, porque siempre procuro ser el ejemplo para quienes están bajo mis órdenes.

Mentiría si dijera que desde que Nick no está, todo ha sido de color de rosa, las cosas no son así, él dejo muchas situaciones que resolver y explicaciones que dar, mucha gente fue afectada por sus acciones, ahora soy yo quien está dando la cara y no estoy diciendo que estoy solo en esto, mis jefes, los padres de Mateo y Georgina me han apoyado incondicionalmente y cuando ha sido necesario ellos han estado ahí, y no se diga Georgina, es una mujer increíble, en estos tiempos nos hemos vuelto inseparables, trabajando claro, y aunque mi corazón me dice que está loco por ella, mi mente me dice que es una locura, jamás una mujer como ella pondría sus ojos en alguien como yo.

Soy realista, nuestros mundos distan, como de aquí a la luna, como el día y la noche, o como el blanco y el negro, ella es tan hermosa, tan sofisticada, tan preparada y yo un hombre sin educación, mis estudios no son los convencionales, porque aunque sé mucho, no hay ningún papel que avale mis conocimientos, así que cualquiera puede tacharme de ignorante. Yo sé que no lo soy, porque he ido aprendiendo como he podido y como la vida me lo ha permitido, pero disto mucho de ser alguien apropiado para ella, tan dulce y delicada, tan hermosa, y yo tan rústico y falto de entendimiento de como desenvolverme en esta sociedad, yo soy ranchero, soy del campo y no entiendo la mayoría de las reglas de urbanidad, ni de sociedad.

Solo de imaginarme lo avergonzada que ella se sentiría con sus amistades de mi, de mi ignorancia, de mi conducta, quizás incluso de mi vestimenta, es que no me atrevo a insinuarle, mucho menos a mostrarle, siquiera mis sentimientos, solo debo conformarme con su sincera amistad y brindarle yo la mía.

Es por eso, que cada día, como hoy, me levanto agradecido, agradecido por un día más que respiro, por una oportunidad más de verla, de estar junto a ella, de tratar de solucionar juntos el mundo, jajaja una sonrisa asoma a mis labios. A lo más que llegamos es a tratar de solucionar los problemas que surgen en el día a día del rancho, pero para nosotros es como si solucionaramos los del mundo entero. Y como dije antes, no es fácil, porque queda alguna de la gente que le era fiel a Nick y de vez en cuando quieren hacer de las suyas, pero he mantenido mano firme con todos, porque soy yo quien respondo ante mis jefes y créanme, no deseo fallarles, y menos a Georgina.

Ella me ha impresionado tanto, que he hecho lo que jamás pensé que haría, aún cuando no tengo intensiones de declararle lo que siento, ni espero algún día tener oportunidad con ella. He solicitado el divorcio.

Si, como lo oyen, ya mandé los papeles, yo creo que Dolores, mi ex mujer, estará brincando de gusto, porque ahora podrá formalizar su relación con el hombre con el que está. Hasta hace poco todavía me dolía el solo pensar en ella, pero creo que eso está cambiando, lo que nunca cambiará, será el dolor de perder a mis hijos, pero cuando son ellos los que no me quieren ver, no puedo hacer mas, si no resignarme.

No puedo hacer otra cosa, aún recuerdo el día que se marcharon, ese hombre Math, vino por ellos y los tres se fueron encantados, ni siquiera voltearon para atrás, subieron a ese auto lujoso y ni un adiós me dijeron, de ella lo esperaba, pero no de mis hijos. Incluso Math me miró por el retrovisor cuando partían, y no fue burla o prepotencia lo que vi en su mirada, era lástima, lo que me dolió aún más, seguramente pensando lo poco hombre que yo era, para tan gran mujer y para tan hermosos niños, Elsa mi pequeña tenía 8 años y José 10, ahora de 11 y 13.

Lo único que me duele es no tenerlos, no poder verlos cuando menos de vez en cuando y que ellos no quieran saber nada de mi, porque de sobra se que están bien, cuando estaba en el rancho no faltaba quien de sus amigas se acercara a mi, me tenían coraje porque nunca les hice caso, ni cuando vivía con Dolores, ni cuando ella se fue, y se encargaban de contarme con lujo de detalle como les iba, a ella con su nueva pareja, y a ellos con su nuevo papá, se que él les da todo lo que necesitan y aún lo que no, además de que los trata bien y a mi con que los trate bien me deja tranquilo. Después de todo es su vida, y así la quieren vivir. Es lo mismo que pasó con mis hermanos menores, escogieron su camino, aun en contra de todo consejo, y aunque parezca que les va estupendamente bien, temo por su final, porque nada bueno puede salir de las malas decisiones, sin embargo, no se dejan ayudar y al igual que con mi familia, no puedo hacer mas. Ahora soy yo el que estoy empezando una nueva vida, gracias a estas personas maravillosas y no los voy a defraudar. Juro que me esforzaré y daré lo mejor que tengo.

Fabián
Es de noche me siento tan feliz, mi hermana Elisa y Mateo su esposo han estado aquí de visita, Mateo vino en la tarde por mi  personalmente, para invitarme a cenar con ellos.

_ Para mi no eres un trabajador más. - me dijo. _ eres mi cuñado, pero no quiero que seas mi cuñado, quiero que seas mi hermano. - cuando me dijo eso, les juro que un nudo se formó en mi garganta, las ganas de llorar me acompañaron por un buen tiempo, pero los hombres no lloran jajaja, eso decían en mi rancho, yo sé que si lo hacemos y no es malo, pero no quería llorar delante de él. Simplemente no me cabía en la cabeza, que un desconocido me estuviera acogiendo en su casa, en su familia, adoptandome como su hermano, cuando yo tenía nueve y siete de ellos no querían saber nada de mi, porque me consideraban poca cosa, es triste, pero es la realidad.

Y había una pareja ahí adentro, que me estaba tratando como un miembro más de su familia, como si fuera otro hijo para ellos, cuando mis padres se desentendieron de mi y de mi hermana y nos condenaron a la pobreza, y no solo no nos dieron armas para salir adelante, si no que nos las quitaron, condenandonos a la miseria y a la ignorancia total, haciéndonos servir y vivir para los demás, olvidándonos a nosotros mismos, y no lo hecho en cara, jamás lo haría, ni con mis padres, mi con mis hermanos, es simplemente que duele, pero a la vez es sobrecogedor, saber que hay alguien que nos aprecia de verdad y hablo de mi hermana y de mi. Mateo y su familia han venido a ser una gran y enorme bendición para nuestras vidas.

_ Que haces aquí afuera. - me sobresalta la voz de Georgina. No la escuché llegar, pero me alegra verla junto a mi. Desearía poder abrazarla, además hace frío, pero no puedo, ni me atrevo, no creo poder soportar su rechazo, aunque sería uno más en mi larga lista, pero no sé porque, siento que este me afectaría de manera diferente y mucho más profundo.

_ Está frío. - dice abrazándose a si misma. _ deberíamos entrar. Ahi te esperan.

_ Solo quería respirar aire fresco. - miento. Quería estar a solas, y poder asimilar todo esto. Me abruma tanta atención hacia mi, no estoy acostumbrado, más bien soy solitario, quizás un poco ermitaño. La miro temblar y con rapidez me quito mi saco y lo coloco sobre sus hombros. La sonrisa que ilumina su rostro vale mil sacos como ese y que yo me congele de frío.

AVISO:
Para mis hermosas lectoras que se quedaron con ganas de más, estaré subiendo otro capítulo durante el transcurso del día. Espero y les guste. Un fuerte abrazo ❤️