CAPÍTULO 2 ACOSO

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Fabián
Tengo un mes trabajando en el rancho de los padres de Mateo, Juan el antiguo encargado, que por cierto, es mucho mayor que yo, me ha tratado muy bien y con mucha paciencia, me está enseñando todo lo que sabe y la verdad no sé me ha hecho difícil, cualquiera diría que, como es que puedo, si además de ser un analfabeta, no se hablar inglés, ni entenderlo.

Pues se llevarían una gran sorpresa si les dijera que si sé leer, si sé escribir, que también sé hablar inglés, aunque no tan bien, claro, y puedo entenderlo, lo que se me dificulta es escribirlo.

Lo sé, es algo de no creerse, pero a pesar de que mis padres no nos dieron ninguna oportunidad a Elisa y a mi, la vida se encargó de darmela de la forma menos esperada.

No lo busqué, simplemente se dio, cuando me hice amigo del hijo del dueño del más grande rancho de la región, eran unos americanos, que me acogieron con cariño, yo aprovechaba todo el tiempo libre del que pudiera disponer, que la verdad no era mucho y lo pasaba con ellos.

Él padre de él tenía una gran biblioteca en su casa y me encantaba estar ahí, tenía muchos libros en español y en inglés, fue esa hermosa familia la que se preocupó porque aprendiera y se dieron a la tarea de enseñarme y luego validar mis estudios, con ellos logré terminar el nivel medio superior, claro que no aprendí tanto como si hubiese asistido a una escuela regular, pero obtuve mis certificados, además, leía todo lo que caía en mis manos, por lo que me atrevo a decir que quizás sepa muchas cosas que otros no saben, porque aprendí de todo un poco, lo que ya no pude, fue inscribirme a la universidad, porque mis múltiples ocupaciones no me lo permitieron, obviamente, mientras más crecía más grandes eran mis obligaciones, pero ahora me estoy planteando el hacerlo, dicen que nunca es tarde y yo lo creo.

Con mi amigo Dan y su familia, también aprendí el inglés, la verdad es, que no me fue difícil, siempre me ha gustado aprender de los demás y aprovecho todas las oportunidades, al final ellos tuvieron que abandonar su rancho a causa de las constantes amenazas y de un intento de secuestro para el padre de mi amigo, un día se despidieron de mi y se marcharon, nunca volví a saber de ellos, pero espero que estén bien. Prácticamente a ellos les debo lo que soy. Su rancho y todo lo que tenían ahí paso a manos de gente criminal. Por suerte ellos pudieron escapar, lo que no se puede decir de tantas otras familias, que también fueron despojadas.

De el padre de Dan, fue que aprendí a administrar el rancho de mi jefe, el me asesoraba cada vez que lo necesitaba y me enseñó tantas cosas, todos creían que era un don nato el que tenía, quienes me rodeaban, pensaban que apenas sabía leer y que solo podia escribir unas cuantas palabras, los demás pensaban que era un analfabeta y que todo lo que hacía lo hacia por instinto, lo que sí, es que era bueno con las cuentas y para administrar, eso vale mucho. También conocía al revés y al derecho el rancho y su manejo, desde que tengo uso de razón, mi padre me llevaba a trabajar con él, así que sabía de su manejo, más que mi propio jefe.

Georgina
Salgo corriendo de la casa, supe que Fabián acompañaría a Juan a la ciudad y quería ir con ellos, pero ya no los alcancé, la camioneta ya había partido.

_ ¡Por fin nos vemos! - escuché a mis espaldas aquella voz que me provocó escalofrío. Me volví con rapidez y frente a mi estaba Nick, el hombre que desde que era una jovencita no me quitaba la vista de encima y del cual huia siempre que estaba en el rancho.

A causa de ese hombre era que había dejado de estar ahí a pesar de que me encantaba ese lugar, no era la primera vez que se me acercaba, nunca me había atacado, pero si se había insinuado y su mirada era de deseo.

Habían pasado tres meses de que Fabián llegara ahí y mi hermano me había pedido que colaborara con él y lo ayudara en lo que fuera necesitando, porque iba a ser el nuevo administrador y yo conocía del rancho y sabía de negocios. Con gusto lo había hecho.

Fabián resultó ser un gran hombre, a muchos les agradó que él se fuese a hacer cargo, otros lo veían con desconfianza, y unos pocos lo miraron con envidia y coraje, entre ellos estaba Nick, que lo veía como si quisiera matarlo.

No dije nada a su comentario, no deseaba estar cerca de él, ni darle pie a qué tomara más confianza conmigo de la que ya se tomaba. La verdad es que me asustaba y mucho porque era el segundo al mando del rancho, después de Juan y todos le tenían confianza, el me había hecho notar que estaba tan cerca de mi familia, que si yo hablaba de sus intenciones, alguien podía salir lastimado antes de que pudiera hacer cualquier cosa para evitarlo, así que lo único que podía hacer era mantenerme alejada de él. De verdad le temía, yo no tenía secretos para mí familia, lo hablabamos todo, pero esto me tenía asustada y no quería ser la causante de que Nick cumpliera su palabra y los lastimara, no me lo perdonaría

Por desgracia, al salir con tanta prisa, no me cercioré de que él no estuviera por los alrededores y ahora lamentaba haber sido tan impulsiva.

Cuando me di la vuelta para marcharme el me detuvo por el brazo.

_ ¡No tan de prisa! - su expresión burlona me asustó más. _ cuando menos merezco tu saludo.

_ ¡Buenos días! - dije cortante, intentando soltarme.

_ ¡Así me gusta! - se acercó más a mí. ¿acaso yo no merezco tu saludo? Con ese idiota. - dijo refiriéndose a Fabián. _ no tienes ningún reparo.

_ ¡Eso no es algo que a ti te importe! - dije haciéndome la valiente.

_ ¡Me importa más de lo que tú quisieras pensar! - apretó su agarre lastimandome. _ ¿crees que no he visto como miras a ese tipo? Te aseguro que no va a durar por mucho tiempo, de eso me encargo yo. - sonrió con maldad. _ si piensan que va a dirigir este lugar, están muy equivocados, seguramente es un cobarde, que huirá a la primer dificultad, se ve que es un completo ignorante, además, dudo de que esté aquí legalmente, y si no puedo por ahí, es cuestión de que hable con la gente y si nadie lo obedece, entonces su estancia aquí es en vano, ¿Me entiendes?

Yo asentí y por fin me soltó, no quería discutir porque eso lo pondría peor.

_ Me da gusto que lo entiendas. - pareció relajarse. _ ahora ven, vamos a dar un paseo. - intentó llevarme con él.

_ ¡En este momento estoy muy ocupada! - me solté de su mano. _ ¡será en otra ocación!

_ ¡Parece que no entiendes! - iba a tomarme de nuevo del brazo, cuando escuché otra voz.

_ ¡Parece que el que no entiende eres tú! - vi como Fabián se acercaba a nosotros. _ ¡ella dijo que no puede ir contigo!

UNA LUZ EN MI OSCURIDAD/No. 2 De La Serie: HERMANOSWhere stories live. Discover now