11. Peligro inminente

68 7 6
                                    

—Y con banda te refieres a

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Y con banda te refieres a...

El ceño de Polly se frunce.

—¿No habías oído de Kést hasta ahora?

Niego. —Pues no. Además, recuerda que soy nueva en esta ciudad.

Ella parece entenderlo todo con eso. Antes de continuar, me hace una seña con dos dedos para que me acerque.

—¿Te gustan los grafitis que viste regados por toda la ciudad? —asiento, confundida al no entender qué tiene que ver eso con lo que estamos hablando—. Bueno, ese supuesto arte realmente es una manera de marcar los territorios de las bandas.

Alzo ambas cejas, ahora entendiéndolo todo. Solo hay tres tipos de grafitis regados por la ciudad. El primero, y el menos común, una especie de halcón con plumas rojas y una presa pequeña entre sus garras. El segundo, un poco más concurrido y menos colorido que el anterior, una carabela con una serpiente negra saliendo por uno de sus orificios oculares. Y, por último, la que más se puede encontrar en las calles, pero a la vez la más discreta, un simple cuchillo de carnicero con el reflejo de unos ojos marrones en él. Nada más.

—Entiendo. No solo Wenderwall está podrido, sino también Wonderwall.

—Así es —ella me da la razón—. La única diferencia es que aquí fingen ser decentes, mientras cuando cae la noche en "casa del diablo", sacan sus más bajos instintos.

Parpadeo un par de veces, intentando procesar toda la información obtenida, cuando un sonido a nuestras espaldas nos sobresalta a ambas. Asustadas, miramos atrás, pero solo resulta ser un chico que había dejado caer una lata de refresco cerca de nosotras.

—Ya deberíamos irnos —murmura Polly.

—Si, yo también lo creo.

Nos ponemos en pie al mismo tiempo, pero antes de irnos, ella me detiene por el antebrazo. La miro, y hay algo de inquietud en sus ojos.

—Cualquiera que este junto a él se encuentra en un peligro inminente, Astrid —jamás menciona su nombre, pero sé de quien habla perfectamente.

—Lo sé. Y por eso voy a intentar salir de su radar a toda costa.

· I · 

Termino de colocar mis bolígrafos en mi mochila antes de cerrarla y ponérmela en el hombro. La última clase del día fue introducción a la matemática, y si bien no se me dan mal las matemáticas, tengo tantas cosas en la cabeza que apenas pude prestar algo de atención a clases. Ahora vuelvo a casa para prepararme antes de recibir a Collin, no pudiendo evitar maldecir en mi mente haber devuelto las llaves del coche de esa manera.

—¡Astrid! —alguien grita mi nombre una vez he salido de las instalaciones de la universidad. Del otro lado de la calle veo el pequeño coche de la pelirrosa—. ¡Aquí!

Perfecta atracciónWhere stories live. Discover now