⁵Alicia y la Orden del Fénix [LRYEA]

1¬DEMENTORS

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↻Dementores

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━━━━━━━ALICIA BLACK Y HARRY POTTER eran dos adolescentes de quince años que llevaban saliendo casi dos años. A simple vista parecían una pareja normal, pero claro, realmente no lo eran. Si lo fuesen, esta historia no tendría lugar.

Alicia y Harry estudiaban en Hogwarts: colegio de magia y hechicería. Y en vez de poder disfrutar de su verano como dos adolescentes normarles, debían estar alerta en todo momento. Ambos eran conscientes de la situación actual del mundo mágico, y también eran conscientes de que combatir no era una idea muy descabellada.

De todos modos, Alicia agradeció que el verano se mostrara relativamente normal. Exceptuando el hecho de que no lo había pasado en su casa por seguridad. Había pasado todo el verano en casa de Hermione Granger, su mejor amiga, y no podía quejarse. Se lo habían pasado la mar de bien.

Pero ambas comenzaban ya a echar de menos a su amigos. Habían hecho de todo este verano, habían ido a la piscina, al cine, se habían ido de compras e incluso habían salido a comer. Pero de noche no, de noche debían salir. No era muy seguro para ellas dos. Así que todas las noches hacían los deberes que les habían mandado y cenaban juntas con alguna película.

Hasta que Minerva McGonagall se presentó un día en la casa de los Granger junto a Albus Dumbledore con una extraña demanda.

No podían enviarle a Harry ninguna carta en todo el verano.

Y eso indignó a Alicia. Tanto ella como Hermione se quedaron muy confundidas ante las palabras de Dumbledore, pero sabían que debían hacerle caso.

Minerva, en cambio, había ido hasta allí para llevarse a Alicia. Hermione y ella se trasladarían a otro lugar, uno más seguro, donde estaban los Weasley y más magos conocidos. Y no era una opción, era obligación. Hermione y Alicia se despidieron muy a su pesar, pero la idea de que se verían al día siguiente los animó. Alicia hizo su maleta y se despidió de los Granger efusivamente, agradeciéndoles por todo.

McGonagall y Alicia desaparecieron y aparecieron en su propia casa.

—Descansa esta noche, mañana por la mañana nos iremos, ¿vale? Haz una maleta más grande —avisó Minerva a Alicia, dándole un beso en la frente.

—Minnie, son las doce del mediodía y hace un sol radiante. ¿No puedo salir a dar un paseo?

Minerva resopló.

—Está bien, puedes salir. Pero en cuanto caiga la tarde te quiero en casa, ¿vale? Y harás la maleta antes de acostarte. Y llévate la varita.

—¡Gracias! No tardaré, lo prometo —le dijo Alicia antes de salir de casa.

Supongo que la promesa se quedó en meras palabras.