Capítulo 64. Rabia

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Abajo en el salón Austin miró al anciano y se sintió de nuevo como un niño pequeño, era como cuando sus padres le regañaban por pasarse el día tocando la guitarra en vez de estudiar.

—Yo no pensaba que estaba tan mal.

—El doctor dijo que las medicación ralentizaría el avance de su enfermedad, pero también dijo que no lo iba a parar en absoluto.

—Pero...

Austin se pasó las manos por la cara una y otra vez intentando encontrar las palabras que pudieran expresar la duda y el miedo que estaba sintiendo en ese momento.

—Siento no haber estado con vosotros tanto como debería últimamente— dijo mirando a su padre a los ojos —quizás eso le hubiera venido bien.

—Hijo has pasado por algo horrible... soy yo quien debería haber estado más a tu lado— Mike puso la mano en el hombro de Austin mientras le comunicaba con los ojos todo lo que no podía expresar con palabras —¿qué tal está Ally?

—Ella... es muy fuerte— el rubio no sabía qué decir —o al menos eso aparenta.

Desde que sufrió el aborto Ally no había mostrado sus sentimientos ante su familia o amigos. Austin sabía que debía estar tan destrozada como él, no, muchísimo más. Pero sobre todo desde que había salido del hospital había vuelto a ser la misma persona alegre de siempre. Delante de sus hijos fingía que nada había pasado y aunque le habían dicho que tenía que guardar mucho reposo no paraba de hacer cosas en casa, jugaba con los niños, les preparaba sus platos favoritos y en definitiva hacía que sus vidas fuesen mucho mejores.

La amaba con locura, de eso Austin estaba seguro. Pasase lo que pasase iban a estar juntos, porque no podían ser el uno sin el otro.

—He pensado que tu madre y yo podríamos irnos a vivir a una residencia— dijo Mike sacándole de sus ensoñaciones.

—¡No!— exclamó el rubio indignado —¡No, no y no!

—Pero Austin, lo he pensado bien— explicó su padre pacientemente —Mimi recibiría los cuidados que necesita y podríamos estar juntos sin que yo tuviese que estar todo el día preocupado.

Se levantó y fue hasta un armario de donde sacó unos folletos que le mostró a su hijo. En ellos una pareja de ancianos sonreía y se abrazaba frente a un edificio con un jardín lleno de árboles, flores y hasta una fuente.

—Aquí solo trabajan profesionales, hay cursos de todo tipo, algunos que le pueden venir bien a tu madre. Además solo está a una hora de Miami así que podéis venir cuando queráis, mira, está todo aquí— explicó tendiéndole los folletos.

Austin se puso en pie y rechazó los papeles que su padre le intentaba dar, resoplando intentó formar una frase pero lo único que salían de su boca eran bufidos de furia.

—¡He dicho que no! ¡Mamá y tú os quedáis aquí! ¡En casa!— consiguió exclamar finalmente.

Mike estaba lívido, pensaba que a su hijo le gustaría la idea, que estaría de acuerdo, por nada del mundo se imaginaba una reacción así por su parte. ¿Acaso no quería entender la gravedad de la situación? De la sorpresa pasó también a la furia y olvidando que su mujer dormía en la planta de arriba hizo que su hijo se quedase pálido en un instante.

—¡Austin Monica Moon! ¡Sigues siendo un idiota que solo piensa en si mismo! ¡Tu madre y yo vamos a ir a este lugar, te guste o no!— gritó furioso —de hecho ya he reservado dos plazas, la decisión está tomada.

Su hijo quiso responder pero se mordió la lengua y salió de su antigua casa dando un portazo.

—¿Hola? ¿Qué ocurre?— el señor  Moon escuchó una voz que venía desde lo alto de las escaleras —¿Mark es usted?

When Future Becomes Past.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang