Epílogo.

330 26 3
                                    

Podía escuchar los sonidos a su alrededor, el monitor de signos vitales, las voces murmurando, dolía todo su cuerpo.

—¿Ale...ksan...dra?

Murmuró en voz baja, la chica rubia se colocó de pie en un salto mirando a su hermanito.

—Tranquilo, tranquilo, estoy acá. ¡Nikolai! ¡Nikolai!

El doctor entró rápidamente, su pareja se movió para dejar que le revisará.

—Viktor, mira esta luz, síguela ¿Qué te duele?
—El cuerpo, la cabeza ¿Qué pasó?
—¿Qué es lo último que recuerdas?
—¿El atentado en el norte?

Nikolai suspiró, le dedico una sonrisa y apagó la linterna para poder mirar a Aleksandra.

—Está bien, por lo que puedo notar no tiene daño cerebral, le enviaré hacer un scanner

—Gracias, amor, de verdad.

Murmuró con una sonrisa Aleksandra para acercarse a su hermano y darle un beso en la frente, se separó de él y fue el momento en que la puerta se abrió, Horacio entro a la habitación con un café en su mano, miró a Nikolai, luego Aleksandra

—¿D-despertó?
—Si corazón, ve a verlo yo te tengo ese café.

El moreno le entregó el café a Aleksandra para acercarse a Volkov, le tomó de las mejillas para mirarle a los ojos.

—Nunca más vuelvas a ser eso, por favor, te lo pido.
—Horacio...
—Casi me morí cuando no te encontraban pulso, Viktor, por favor. Se qué estábamos peleados, pero no tenías que arriesgar asi tú vida, menos por alguien como yo.

El moreno lloraba mientras seguía mirando aquellos ojos grises que amaba tanto, fue entonces que a Viktor le llegaron imágenes a su cabeza.

"Greta, respira que te voy acomodar el hueso"

"Volkov te necesitamos aquí atrás"

"¡No vengas!"

"¡Le vuelo la cabeza a este hijo de puta si no vienes!"

Dos disparos, en su abdomen y cayó al suelo entre los gritos de todos los agentes federales, lo último que recuerda fue ver cómo Gustabo le pegaba un tiro en la cabeza a Claudio.

Entonces, la muerte de Alanna, todo lo que había pasado entre Horacio y él, lo que hizo Claudio, todo fue un simple sueño

—¿Sloan?
—¿Cómo? -preguntó Horacio-
—¿Dónde está Sloan?
—Le quitaron el título y está en federal por cuasidelito de homicidio en mi contra, Víktor.
—¿Alanna?
—Está afuera, está preocupada por ti.
—Viktor, cariño -murmuro Aleksandra acercándose para tomarle la mano izquierda- no nos hemos separado de ti todas estas dos semanas, él que no se ha movido para nada ha sido Horacio, le hemos tenido que traer ropa, comida, se ha plantado aquí y no se ha querido ir hasta que tú despiertes.

Los ojos del peligris se llenaron de lágrimas, se colocó a llorar para abrazar a Horacio quién le abrazo de vuelta en medio de un llanto.

—Perdón
—Perdóname tú a mí, pero ya está todo bien, Víktor, los dos ya están dónde deberían de estar, no te van a hostigar más, no habrá más humillaciones ¿Sí?
—Te quiero, Horacio.
—También te quiero.

—1 año después—

Abrió sus ojos cuando sintió el sol molestando, los primeros sentidos en despertar fue el tacto, sentía su piel desnuda baja aquellas sábanas de seda limpias, además de otro ser a su lado, sonrió al moverse un poco y ver que Horacio tenía su cabeza recostada en su pecho, alargó su mano para poder acariciar los cabellos revueltos de su chico, le encantaba el aroma que de mezclaba luego del sexo, Horacio mezclaba su olor con el suyo propio y era algo tan delicioso de oler, tan suyo, tan de ellos dos.

Movió un poco su cabeza para poder darle un beso en la frente, no quería despertarlo, pero aquel día le habían prometido a Helena que irían adoptar una mascota y sabía que la pequeña se despertaría pronto exigiendo su biberón y sus galletas con crema.

—Horacio
—Mmmh
—Amor, que hay que levantarnos
—Mmmh, no...
—Venga amor, que le prometimos a Helena ir por la mascota

El moreno soltó un suspiro cuando sintió los besos de Volkov por todo su rostro.

—De verdad que me va a matar un día de estos, subdirector del Mounth zone.
—Bueno y yo que quería salvarle la vida al director del buró federal cada vez que se coloca en peligro innecesariamente porque no puede tomar una patrulla e ir a verme, él lo hace a su estilo.
—Es un buen estilo, no puedes decir que no, Víktor.
—Joder, Horacio.

El peliazul se acomodó para poder sentarse encima de su pareja totalmente despierto, Víktor llevó sus manos a las piernas del menor con una sonrisa de alegría al verlo tan feliz, acarició lentamente sus muslos sin ninguna otra intención.

—Buenos días, Mon chéri.
—Buenos días, Мое солнце.

El aludido sonrió feliz al escuchar ese tono ruso que adoraba, suspiró enamorado para acercarse y darle un beso en los labios a Viktor.

—¡Papá!
—Y ahí está tu alarma
—Joder y yo que quería un poco de acción, rusito.
—La acción la tuviste anoche, venga ve a ver a tu hija que yo iré hacer el desayuno
—¡Papi Ví!
—Que también es tu hija, ruso, eh.

El peligris se rio feliz mientras pasaba un brazo tras su cabeza viendo cómo su novio se levantaba buscando sus boxers.

—Buenas vistas tengo, eh.
—No me busques que me encuentras Víktor Volkov y anoche yo también tenía unas maravillosas vistas.

El ruso carcajeo cuando sintió una almohada en su rostro. Era feliz.

—¡Papi Hodacio, vamos!
—Venga, Horacio, apresura

Víktor tenía en brazos a Helena quién esperaba que Horacio saliese del auto para ir a la tienda de mascotas. El moreno bajó del auto para poder caminar al lado de Víktor, tomó su mano para poder entrelazar sus dedos.

—Ya estoy acá, desesperados
—Te queda bonito ese maquillaje
—¡Te ves bonito, papi!
—Uy, que me lo digan ustedes dos les creo, eh.

Caminaban lento por el camino de la playa que daba hacia la tienda.

—Venga, vamos por Webonauta
—¿Cómo sabes que le quiero colocar Webonauta? ¿Te lo contó Gustabo? ¡Qué perro es!
—No, me lo contaste tú, en mi coma.
—Mentiroso eres, perro. Pero venga, vamos por MI Webonauta
—¡Eh! Que también será mi cachorro
—Nop, desde ahora será solo mío y de Helena.
—Helena, no te vayas a ir con tu padre en esto, eh

La pequeña miró a los dos y se colocó a reír para abrazar a Viktor por el cuello.

—¡Y me quitas a mi hija! Voy por MI Webonauta solo.

Horacio se deshizo del agarre de sus manos para caminar rápido hacia el lugar, Víktor se colocó a reír para seguirlo, lo alcanzó abrazándole por detrás y dándole besos en la mejilla.

Sí las personas viesen eso hace un año atrás, se sorprenderían que el guapo médico del Mounth zone Víktor Volkov y el agente federal H estuviesen dándose amor públicamente con una niña. Pero, luego de ver el juego de anillo y que se supo que hace 2 meses atrás habrían contraído matrimonio, ya era normal en los residentes de Los Santos.

Ellos eran felices después de todo y era lo que importaba, lo demás solo era un cuento que Horacio y Víktor les contarían a sus nietos.

Ellos eran felices después de todo y era lo que importaba, lo demás solo era un cuento que Horacio y Víktor les contarían a sus nietos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
The Nights [Volkacio]Where stories live. Discover now