-Dinero.

-¿Les debes dinero?

-Yo no, pero mis viejos sí.

-Me dijiste que tu madre había muerto.

-Para mi sí, escucha, deja eso, ¿ok? Hablemos de algo más. ¿Qué decía el mensaje?

-Que necesitabas ayuda, con la ubicación de ese lugar adjuntada.

-Vale. Cierra los ojos.

-Uhum.

Lo estaba tratando como niño pequeño, y se sentía raro. Podía caminar, mantenerse de pié incluso, sin embargo, estaba cuidando de él como si de un inválido se tratara. Quitó el shampoo y, nuevamente, volvió a echar. Esta vez duró menos tiempo antes de retirarlo.

-¿Haces algo en específico para mantener los rizos? ¿Algún masaje o qué sé yo?

-Si, lo desenredo con el acondicionador y luego lo dejo así un rato.

-Ok.

Siguió los pasos que le dijo el chico, y mientras aún tenía el suavizador untado, procedió a lavarse él su cabello un tanto ensangrentado y a enjabonar lo que pudo del resto del cuerpo del pecoso y el suyo. A Izuku le hacía gracia ver como el pelo de Katsuki, incluso estando mojado, se mantenía rebelde. Solo unos cuantos mechones cedían y se dejaban caer, pegándose a su sien. El suyo se veía ondulado, y caía en su totalidad, cubriendo su frente y parte de sus orejas. Debería cortarlo pronto.

Estaban en silencio, Midoriya rojo cual manzana madura y el ojirrubí intentando ocultar su impotencia.

-Oye... Lo siento.

-¿Qué?

-Por todo. Te pusiste en peligro por mi, desconfíe de ti, te golpeé...

-¿Pero qué mierda hablas, nerd estúpido? -se detuvo, y quitó sus manos del cuerpo del menor -El que debería disculparse soy yo.

-Ya, pero estaba seguro que no lo dirías primero, por eso empecé yo pori parte.

-No, ni primero ni nunca. Es cierto que es culpa de mis viejos, por eso debería pedir disculpas en nombre de ellos, pero no tengo ni idea de dónde está él, y ella... No debe querer que sepan dónde está.

-¿No te gustaría buscarla?

-Me da igual.

Le ayudó a ponerse de pie en para lavarle la espalda y procedió a echar agua desde el cabello para quitar el acondicionador que aún tenía. De la cabeza de Katsuki brotaba todavía un pequeño hilo de sangre que preocupaba al peliverde, y los moretones en sus brazos y pecho se oscurecían más.

-¿Te duelen?

-No -le dio la espalda a Deku, para que se desnudara del todo y se lavase donde le faltaba sin incomodarlo por su vista, quería evitar todo tipo problemas - ¿Ya?

-Casi -estaba sujetado del hombro del mayor para no tener que esforzar tanto su tobillo.

Se sentía rígido, Bakugō estaba tenso y era notable. Tal vez era por el sentimiento de culpa, no quiere pensar en ello porque no lo había dicho, pero era lo más probable, incluso obvio.

El Asesino De Mi Inocencia [KatsuDeku]Where stories live. Discover now