Ni un peso (Dia 370)

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1 de septiembre 2019

Después de ir a mi consulta psicológica de cada fin de semana desde que mamá se fue, acompañada de mis tíos fuimos a tomar un helado, mientras pasábamos pudimos percibir un llamativo anuncio color naranja en donde solicitaban una empleada en la heladería lo cual llamó mi atención pues al entrar a la universidad debía buscar un empleo y estaba a exactamente una semana de entrar a la escuela así que me acerqué al dueño quien se encontraba platicando con una de las chicas que trabajaban ahí y pedí informes, amablemente me explico los horarios y días de trabajo los cuales se ajustaban perfectamente a mis horarios escolares pues buscaba trabajo por las mañanas ya que a la universidad asistiría por las tardes.
— Excelente, te espero mañana con tu solicitud de empleo y te puedes presentar el lunes.
¡Genial! Eso fue fácil exclame mientras salía de la Paleteria, era mi primer empleo y fue fácil conseguirlo, nunca había trabajado de nada pues mamá siempre me había dado todo pero ahora tenía que conseguir las cosas por mi misma, aún recuerdo a Gerry decirme mil veces que aunque mamá no estuviera yo lo lograría, me recuerdo llegar llorando a la escuela muchos días y a él esperándome con los brazos abiertos para decirme las mismas palabras de siempre "Tú vas a poder" y su último consejo fue ese "Busca un empleo y has las cosas por ti" esas palabras sonaban en mi cabeza cuando salía de la nevería con un empleo asegurado.
Al salir mire a mis tíos y con una sonrisa les mencione — Ya tengo trabajo, comienzo el lunes
Ellos me abrazaron y nos fuimos del lugar, pasamos un día juntos en casa de sus papás como cada fin de semana después de mis consultas, al llegar a casa Justo a punto de darle la noticia a Gerry me llegó una llamada de el
— ¡Preciosa! ¿Que crees? ¡Te tengo una noticia!
— Yo también mi Jesús, te tengo una noticia — Dime tu primero
— ¡Ya tengo empleo! Dijo con tono de voz emocionado
— ¿Enserio? Platícame ¿En donde es? ¿De que se trata? ¿Como lo conseguiste? ¡Platícame lo todo! Compartí su emoción
— ¿Recuerdas la mueblería, en donde trabajé las vacaciones pasadas?
— Si....
— Pues resulta que fui a buscar al señor para preguntarle si tenía trabajo por las mañanas para poder asistir a la universidad en las tardes y me dijo que no pues todo su trabajo era durante la tarde pero me contacto con un amigo suyo que tiene un mini súper el cual está a una calle de mi casa, así que fui esta mañana y ahora tengo empleo y lo mejor es que no interfiere con mis horarios de la escuela pues ya estoy a pocos días de entrar, algunos días trabajaré por las mañanas y otros por las noches.
— Me da muchísimo gusto, ya verás que con ese empleo te irá muy bien para la escuela ¡Muchas felicidades!
— Ahora tu preciosa, dime que noticia tienes que darme.
— Por lo visto coincidimos pues la noticia es exactamente la misma ¡TENGO UN EMPLEO!
En ese momento Gerry emitió un sonido raro el cual expresaba emoción — Platícamelo todo preciosa
— Es en una Heladería, igual por las mañanas, así que también podré asistir a la escuela por las tardes.
— ¡Que emoción! Te dije que tú podías, ahora si comienza esta nueva etapa de nuestras vidas, la universidad y nuestros nuevos trabajos.
— Así es, mi Jesús, tu entras a la universidad mañana y yo ya próxima semana ¡Verás que nos va a ir muy bien!
A la mañana siguiente despierte lo más temprano que me fue posible para enviarle un mensaje deseándole lo mejor en esté comienzo el cual por supuesto fue correspondido de la misma manera, me metí a dar un baño con agua caliente, me puse una bonita ropa y fui directo a mi nuevo trabajo en donde tuve que esperar algunos minutos pues el dueño aún no había llegado, debo admitir que tenía un poco de nervios y miedo pues no sabía como hacer esto... trabajar, tampoco sabía como se portaría el encargado, confieso le tengo un poco de miedo a los hombres mayores por un secreto que guardo, que nadie sabe, ni siquiera a Gerry me e atrevido a contárselo. Después de unos minutos de espera llego un bonito auto blanco del cual de bajo el señor de piel clara que me había atendido días antes, exacto, el dueño.
— Hola ¿Gema? ¿Cierto?
— Así es señor, Gema
— Vamos, pasa.
Entramos juntos a una casa la cual contenía una pequeña puerta blanca la cual nos llevó a la cocina de la heladería, me explico detalladamente los sabores de cada helado, paleta de hielo y agua, así como los precios, abrimos la pesada cortina a las 10 de la mañana en punto, mis labores comenzaron haciendo el aseo en cada rincón de ese lugar, al mismo tiempo que debía atender a las personas que llegaban a comprar. Después de unas horas de limpieza estaba agotada, por suerte faltaban sólo pocas horas para terminar mi turno e ir a casa pues aún tenía una semana de vacaciones antes de entrar a la universidad.
Llegó el tan esperado momento, la salida y salí huyendo de ese lugar con los brazos y piernas cansadas, tomé el transporte público y tras diez minutos llegue a casa, me tiré sobre mi cama y lloré, me sentía realmente cansada, lloré por muchos motivos porque tengo 18 años de edad y nunca e trabajado — No puede ser, me siento inútil, apenas un día y estoy así me dije a mi misma
No sé hacer nada y lo poco que hice hoy me dejo rendida, que tonta soy.
Después de regañarme a mi misma fui a la cama y quedé perdidamente dormida durante varios minutos después de todo no había quien me molestara pues siempre estaba sola en casa, mi abuela estaba trabajando y mi tío Efraín, no lo sé tampoco se encontraba en casa.
Mi sueño se vio interrumpido por mi panza la cual comenzó a crujir pidiendo algo de comer así que me levante de la cama y me dirigí a la cocina, preparé unos huevos con jamón y le di a mi panza lo que pedía.
Mientras me alimentaba le escribía mensajes a Gerry, quería saber cómo había sido su primer día de trabajo y como iba su día en su nueva escuela, charlamos solo un poco por mensajes, pues él no suele tener el celular mientras está en una clase.
— Me va bien, preciosa, por la noche nos llamamos para platicar, cuídate mucho.
Al caer la noche recibí un mensaje de mi novio quien me avisó que estaba saliendo de la escuela, pasaron varios minutos cuando en mi celular entró una videollamada de él la cual contesté de inmediato y pude verlo en la pantalla de mi celular
— ¡Hola guapo! ¿Como te fue el día de hoy?
— En el trabajo me fue muy bien, estuvo muy tranquilo el día, solo debo atender gente y usar una fea playera amarilla con rojo pero me fue muy bien, me pagarán dentro de dos semanas y no esta tan mal el sueldo y en la escuela fue excelente, los maestros que conocí el día de hoy son muy buenos, solo una me dio un poco de miedo pero es muy inteligente, todo excelente solo que vengo muriendo de hambre, creo que saldré para comprar algo para comer.
— Me da mucho gusto que te haya ido bien, verás que aprenderás mucho y serás el mejor en tu carrera ¿Tú mamá no está en casa?
— No, está con su mamá, siempre se va con ella
— ¿Y no te dejo comida?
— No, de hecho le llame para preguntarle y solo me grito que molestaba mucho que todo era mejor cuando yo estaba en Hidalgo, por eso para evitar problemas saldré a comprar algo para comer.
— Claro ve a comer y si quieres hablamos más tarde.
Tras unos minutos volvió a entrar una videollamada, nuevamente era Gerry quien llegó con un enorme plato con tacos recién comprados, hablamos mientras él disfrutaba su comida y nuestra plática acerca del día continuo.
— Oye Gema te propongo algo
— A ver dime...
— El fin de semana vamos al lienzo charro, va a haber montas ¿que te parece?
— No se que sean las montas pero acepto
— Significa que se van a montar caballos y nos vestiremos con una bonita camisa de cuadros nuevamente, me encanto cuando te vi vestida así
— De acuerdo vamos dije llena de emoción
Llegó el tan esperado fin de semana y después de que los dos pidiéramos permiso a mis tíos y aceptaran, llego a casa por mi con sus tan esperados quince minutos tarde.
— Te vez tan guapo, esas botas se te ven preciosas, y esa camisa amarilla de cuadros te queda muy bien.
— Tu también te ves preciosa, ahora dame tu mano y vamos
Tomé su mano y nos fuimos hasta llegar al lugar en donde pagamos nuestra entrada y subimos a las gradas a esperar que el espectáculo comenzara, fue maravilloso, no podía dejar de ver su cara de emoción al mirar a su animal favorito, los caballos.
— Sabes Gema, tengo una historia acerca de las montas cuando era Niño
— Platícame, me encantan tus historias
— En ese momento aprendí que no debía mentirle a mi madrina.

10 años atrás:
Gerry:
Andele madrinita deme permiso a mi hermana Lucia y a mi de ir a las montas que se van a hacer
— No Gerry, ya te dije que es peligroso, que van a hacer 2 niños solos.
— Pero solo será un rato.
— Yo quiero cuidarlos y eres muy chico para montar otros caballos puedes lastimarte.
— Madrina, le prometo que solo vamos a ver, no montaré yo.
— No, de verdad quisiera darles permiso pero es peligroso.
— Está bien madrina lo que usted diga le dije en tono de voz triste pues realmente quería ir.
Llegó el día de las montas y fui a buscar a mi hermana — Hermana ¿Y si nos vamos a las montas?
— No escuchaste a mi madrina, no quiere que vallamos.
— Pero podemos ir sin que ella sepa
— Ella siempre se da cuenta de todo, no es buena idea, además es peligroso para ti
— Ándale hermana, no se dará cuenta, además no voy a montar, solo quiero ir a ver.
Después de tanto insistir convencía a mi hermana que me acompañará mientras que le dijimos a mi madrina que íbamos a comprar unas cosas que hacían falta, así que salimos de casa llenos de emoción y llegamos al lugar, todo era increíble, había tantos caballos que me era difícil contarlos todos.
— Ahorita vengo hermana voy a montar.
— No, tú dijiste que sólo veníamos a ver
— Solo será un poco dije mientras me alejaba de ella y me acercaba a los animales más bonitos
Monté el caballo y fue un recorrido maravilloso, solo hubo un problema, el caballo me tiro y mi pantalón se rompió y ensució pero eso no me impidió continuar hasta que todo terminó, al finalizar fui de regreso con mi hermana quien ya se encontraba preocupada por mi.
— Vámonos hermana
— Mira como vienes dijo en tono enojado
— No te preocupes ahorita me cambio rápido y mi madrina no sospechara nada.
Llegamos a casa y me metí corriendo a cambiar mi pantalón, mi madrina nos llamo para comer y fuimos, no nos dijo nada, sabía que mi plan sería Perfecto y no se daría cuenta.
Unos días después mientras nos encontrábamos en el campo mi madrina se acercó para decirme algo
— Gerry quiero acerté una pregunta
— Si madrinita, dígame
— ¿Porque me mientes si yo nunca te e mentido a ti?
Esas palabras me pusieron la piel china y la sangre helada pues tenía razón, ella nunca me había engañado con nada
— ¿De que me habla madrina?
— Sabes a lo que me refiero
— Si madrina discúlpeme
— Me di cuenta desde que llegaste con otro pantalón, aparte de que alguien me dijo que mi muchacho era muy bueno con el caballo que te había visto en las montas, quise esperar unos días para ver si tú me decías la verdad pero no fue así.
Mi madrina se miraba decepcionada de nosotros y desde ese día aprendí que no debía mentir y menos a alguien que me quiere.

Después de esa historia termino todo y salimos del lienzo charro en dirección al centro
— Gema tengo que decirte algo dijo sin mirarme a los ojos
— Dime...
— Me da un poco de pena pero el poco dinero que tenía lo gasté esta semana en ir a la escuela y solo me quedan unos pesos, no tengo para invitarte a comer.
— No te preocupes Gerry, no tengo casi hambre, a mi me pagarán hasta el día lunes que cumplo una semana y tampoco tengo dinero pero podemos juntar nuestros pesos y comprar algo para compartir
Ambos nos sentamos sobre una escalera y sacamos de las bolsas de nuestros pantalones algunos pesos los cuales contamos y nos alcanzaba perfecto para una rebanada de pizza y un jugo para los dos y aún nos sobraba para volver a casa así que nos dirigimos a la pizzería compramos una rebanada, caminamos hasta llegar al arbolito del amor en donde nos sentamos, cortamos la rebanada de pizza en dos partes iguales y compartimos una botella de jugo de manzana.
— Gema de verdad me da mucha pena traerte sin comer pero no contaba con que Graciela no me apoyaría con los pasajes
— No te preocupes a mi me encanto compartir la pizza contigo y me gusta tu compañía, soy feliz escuchando tus historias de niño y estando a tu lado
— Gracias por estar conmigo ahora que no tengo nada para ofrecerte, te prometo que cuando tenga algo lo compartiré contigo porque no cualquiera se hubiera quedado después de esto y eso te lo agradezco Gema hermosa dijo mientras se le escapaba una lágrima de su ojo.
— No tienes nada que agradecer, estoy contigo porque te amo, no porque espere algo a cambio, si el día de mañana tú tienes algo y ya no estamos juntos no importa, estamos juntos ahora en el proceso y estoy satisfecha de compartirlo contigo dije mientras secaba su lágrima con mi dedo.

1460 días junto a él Donde viven las historias. Descúbrelo ahora