El partido de fútbol (Dia 295)

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16 Junio 2019

Creo que lo había mencionado con anterioridad Gerry le encanta jugar fútbol y hacer deporte, siempre me a dicho que hacer actividad física ayuda a desestresarse y sentirse mejor, a lo cual debo admitir es muy bueno en lo que hace pues e escuchado muchos comentarios incluso de los maestros de deportes dentro de la escuela decirme
— Tu novio es muy buen jugador
Pues Gerry con frecuencia en los descansos juega fútbol con compañeros y maestros.
Y hablando de este el fin de semana jugará una final por la cual se encuentra sumamente emocionado y me a pedido acompañarlo a lo cual acepte, no asisto con frecuencia pues ya saben cómo son los hombres aficionados algunas veces y en ocasiones esto termina en conflicto.
Por la mañana paso por mí como todas las ovaciones que salíamos claro no sin antes pedir permiso a mis tíos, salimos temprano para antes ir a desayunar algo rico, nos pusimos unos lentes de sol que compramos juntos en nuestra visita a la feria de las culturas porque el sol estaba terriblemente fuerte, Gerry se veía guapísimo con esa camisa blanca sin una sola arruga y como siempre su delicioso aroma a perfume que tanto me encanta.
Cuando llegamos al campo lo espere bajo un árbol mientras entraba a jugar, me dio la pulsera de distancia que le regale porque para jugar se la quitaba pues tenía miedo que fuera a romperse
— Corre equipo, ve a triunfar como los grandes le dije dando una palmada en su espalda
Me dio un beso en la frente y lo vi irse corriendo con la emoción de un niño pequeño, en cuanto comenzó saqué mi celular que tía Lupe y tío Miguel me habían comprado justamente dos semanas antes como regalo después de que me habían robado el otro y comencé a tomarle fotografías, se veía tan feliz.
Al finalizar y después de haber ganado llegó a mi lado sumamente rojo, pues es lo malo de tener la piel muy clara que unos minutos bajo la exposición solar y terminas más colorado que un jitomate.
Me abrazo y coloco en mi cuello una medalla dorada con listón amarillo mientras el cargaba un enorme trofeo para tomar una bonita foto de recuerdo.
— Ganamos preciosa, ven te presentaré a mis amigos dijo mientras sostenía mi mano para que conociera a los chicos con los que jugó pues Gerry tenía como cinco equipos y este era uno de los que aún no conocía
De inmediato me presento como su novia ante todos sus amigos los cuales fueron muy amistosos conmigo y nos invitaron a comer por haber ganado, tras un rato de convivencia le comenzaron a hacer comentarios a Gerry acerca de que parecía ser "Asalta Cunas" pues mi complexión es de baja estatura, delgada y bueno siempre han dicho que tengo carita de niña en cambio su estatura es mucho más grande, tras aquellos comentarios yo solo reía disimuladamente pues siempre e sido tímida y me provocaba vergüenza, incluso Gerry me dijo
— Mi amor, saca tu credencial para que vean que no miento y tienes 18 años
Solo lo mire apenada y le dije que estaba en mi bolso que él cargaba
Saco mi credencial y se las mostró a lo cual todos le dijeron al mismo tiempo: — ¡ES FALSA!!
   Entre risas y bromas todos me decían — Ya dinos si te tiene amenazada, nosotros te defendemos
Ante dichos comentarios sólo sentía mi cara roja y caliente de la pena pues yo no soy muy social y no suelo hablar tanto con la gente a menos que haya entrado en confianza, ahí Gema parece un perico.
Después de unas bromas y unos deliciosos tacos llegó la hora de irnos, primero pasamos a casa de Gerry en donde se bañaría y cambiaría pues parecía que se había revolcado en un arenero y a él no le gusta estar sucio, se tomó su tiempo balándose mientras yo esperaba sentada en el sillón café de su sala mientras convivía con su verde perico "Remi" quien siempre se encontraba en su enorme Jaula blanca en medio de su casa.
En casa no había nadie pues Gerry me había comentado que todos los domingos su mamá se va a casa de su madre ósea la señora Lucrecia la abuela de Gerry así que ya estábamos a punto de salir para venirme a dejar a mi casa hasta que de su idea salió decirme no muy convencido — ¿O quieres que vallamos a casa de mi abuela?
A lo cual accedí sin problema alguno
La casa de doña Lucrecia una señora de largo cabello rojo y chino quedaba a pocos minutos así que decidimos caminar, cuando estábamos por llegar Gerry se desapareció de mi lado en cuestión de segundos y fue suficiente mirar hacia la carretera para darme cuenta que me había dejado parada sola para ayudar a una señora de edad mayor a cruzar la calle, a lo cual sólo sonreí pues no era la primera vez que algo así me hacía, recuerdo cuando fuimos a Six Flags que me dejó en el camión por ayudar a una señora a cargar sus pesadas bolsas, pues el siempre me da la mano para bajar de cualquier auto y esa ocasión se olvidó de mí por la señora que lo necesitaba, lo esperé unos minutos hasta que lo vi volver hacia mi con su enorme sonrisa, me da tanto gusto cada que tiene ese tipo de acciones pues tiene un corazón tan noble, a él le sale tan natural eso de ayudar gente.
Cuando llegamos su madre Graciela nos ofreció de comer a lo cual Gerry no necesito de dos invitaciones mientras que yo ya no podía con lo mucho que habíamos comido en el campo pero por su puesto Mi bello novio nunca acepta un no por respuesta cuando de comida se trata siempre con su frase — "Gema, a la comida no se le rechaza, se agradece por tenerla" así que si, volvimos a comer como si no hubiera un mañana. Mientas comíamos lo fotografiaba y el solo sonreía, siempre me encanto su bella sonrisa.
Su madre Graciela me parecía agradable, no entendía tanto él porque Gerry no tenía buena relación con ella o él porque ni siquiera llamarla mamá.
Cuando comenzó a atardecer salimos de aquella casa para regresar a la mía, con el cinturón dos agujeros más afuera que por la mañana por todo lo que habíamos comido, en el trayecto me nació la curiosidad por preguntarle a Gerry acerca de la relación con su madre lo cual le borró la sonrisa y el brillo de los ojos contestándome con palabras muy breves — Han pasado muchas cosas Gema, pero sólo te pediré algo.
     — ¿Que? Pregunté curioso
    — NUNCA pero nunca confíes en Gabriela, podrá verse agradable y lo que quieras pero de verdad nunca confíes en ella y cree sólo la mitad de lo que te diga, no le des tu número ni le digas donde vives ni mucho menos le platiques cosas.
    — ¿Porque me dices todo esto? Pregunté confundía
     — Porque la conozco y quizá ahora no es el momento para hablarlo pero sólo te pido eso, no confíes en ella.
Pude notar la incomodidad que le provocaba a Gerry hablar de ese tema así que sólo accedí y cambiamos el tema de conversación por algo más agradable, como lo era que al día siguiente me acompañaría a la mejor universidad para maestros en la que era mi sueño entrar, me acompañaría a presentar papeles para poder hacer mi examen de admisión en pocos días más, platicamos acerca de cómo llegaríamos pues el trayecto era largo pero ya saben, uno de los talentos de mi novio es ser un mapa así que confiaba plenamente en sus habilidades de ubicación para el día siguiente, el único problema que teníamos es que los documentos teníamos que llevarlos por la tarde, en hura río escolar y en mi caso se justificaría mi falta presentando el comprobante de que asistí a la universidad pero no era el caso de Gerry. El problema se solucionó fácilmente pues tía Lupe es doctora así que con una receta falsa justificaría su inasistencia en la preparatoria para poder acompañarme, pues sin él estaría perdida, de verdad perdida.

1460 días junto a él Donde viven las historias. Descúbrelo ahora