Divide mi corazón en tres || Hijas Dimitrescu

Capítulo 9

—¡Maldita sea, sácala! —Cassandra murmuró enojada mientras luchaba por mantener tu cabeza a flote.

—¡Lo estoy intentando! —Daniela gruñó mientras hacía todo lo posible por sacarte del baño. Un baño según el estándar Dimitrescu. En verdad, parecía más una pequeña piscina llena de agua caliente.

—Cassandra, yo la sostendré. Sube y sácala del baño con Daniela —instruyó Bela. ¿Por qué era la más joven la que te sacó cuando Cassandra debería haber sido la candidata más obvia?

Cassandra no lo cuestionó, porque, en primer lugar, ¿por qué no lo hizo? Inmediatamente hizo lo que Bela le indicó. Con su ayuda a Daniela, te sacaron fácilmente del agua y te acostaron sobre los azulejos del baño.

Lamentablemente, no terminaste siendo la cena o el postre de las trillizas. Te desmayaste en la bañera con forma de piscina sobre Daniela. El agua caliente no ayudó con tu mente ya nerviosa. Unos minutos en el agua caliente y rápidamente te mareaste, desmayándote en el brazo de Daniela después de que ella te engañó para que tocaras su seno. Qué pena que no llegaste a sentir más.

Daniela se puso a trabajar en secarte mientras Bela se fue a buscarte algo de ropa. —Pensé que estas cosas solo pasaban en mis novelas —murmuró Daniela decepcionada. Las cosas iban tan bien.

—Bueno, aparentemente no porque nuestra bebé se desmayó antes de que pudiéramos convencerla de divertirse con nosotras —respondió Cassandra. Tan pronto como te secaste, te recogió y te llevó a la habitación de Daniela.

—No puedes culparla por esto. —Bela defendió, luego colocó la ropa que encontró sobre la cama—. Ella ya estaba hecha un desastre antes del baño. El agua caliente probablemente no ayudó. Y luego tenías que hacer que te tocara —Bela le dio a Daniela una mirada mordaz.

—Tú habrías hecho lo mismo. Solo que yo llegué a ella primero. —Daniela murmuró, pero se sentía culpable por cómo resultaron las cosas.

Bela solo suspiró porque no podía negarlo. Probablemente lo habría hecho, pero eso no era importante. Bela se centró en ti. Una vez que Cassandra te acostó en la cama de Daniela, te ayudó a vestirte.

—Qué vergüenza... —Daniela hizo una pausa antes de abotonarse tu, técnicamente suyo, pijama. —Ella me quiere.

—Disculpa, eres solo una ocurrencia tardía de lo que ella siente por mí —Cassandra le gruñó a Daniela.

Bela escuchó discutir a sus hermanas. Normalmente, ella corregiría sus ideas falsas, pero estaba demasiado preocupada por ti para que le importara. —¿Quieren dejarlo ustedes dos? —Ella siseó, tratando de no despertarte. —Sus disputas la despertarán. Ya le hemos causado suficientes problemas esta noche. Entonces, vayamos a la cocina a cenar y traigamos algo para que ella coma.

—Bien, pero si ella no se despierta. Voy a dormir aquí esta noche, Dani —exigió Cassandra—. No hay forma de que te deje sola con ella.

—Yo también. No confío en ninguna de ustedes con ella. —Bela agregó mientras las tres salían de la habitación de Daniela.

—Bien. De todos modos, ustedes dos seguirían molestándome con eso toda la noche.

No hace falta decir que cualquier pensamiento de confesión fue olvidado. Las hermanas bromean durante su cena privada, pero cada una sintió la culpa de presionarte demasiado esta noche. No importa cómo lo miren, su naturaleza competitiva podría estar causando algún daño. Claro que fue encantador bromear y mantenerte nerviosa, pero esta noche fueron demasiado lejos.

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