Capítulo 1: Rojo

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DISCLAIMER: Esta es una TRADUCCIÓN. La obra original le pertenece a LatebutImadeit_09 en AO3

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Abraza tus sueños y hazlos realidad. ¿No era eso lo que todos deseaban hacer? ¿Tener éxito o alcanzar el deseo de su corazón? Bueno, tú lo hacías.

De niña, tus sueños estaban llenos de fantasías, de ser como esas mujeres o princesas de los cuentos de hadas. Donde vivieron felices con su único amor verdadero, y compartieron su felicidad por el resto de sus vidas. Soñaste con eso para ti. Querías enamorarte y ser feliz con alguien.

Sin embargo, rápidamente te diste cuenta de que el amor en los libros no era similar a la realidad. El verdadero amor era doloroso y a menudo podía ser trágico. A diferencia de los libros donde la historia termina con un 'Felices para siempre', el amor real, podría menguar.

Lo has presenciado. Cómo el amor podía volverse tan amargo en un abrir y cerrar de ojos, sin ninguna razón. Cómo aplastó por completo a tu amada madre, cuando tu verdadero Padre las abandonó a ambas por su amante. Las noches que tu madre pasó llorando en los brazos de tu abuela.

Eso fue todo lo que se necesitó para que te inclinaras, que nunca te someterías a ese tipo de dolor. Nunca te permitirías ser tan vulnerable para nadie. Jurando nunca ser víctima del amor. Abandonaste todos los cuentos de hadas que amabas, todas esas historias que soñabas que te pasaran. Los arrojaste a todos a un lado.

Te recreaste a ti misma.

Un nuevo hogar en la villa de tus abuelos. Una granja de frutas, en el territorio de Lord Heisenberg, bajo el reinado de su hermana mayor, la Reina Alcina. Era un reino mejor y próspero que el anterior, donde residían tu padre y su amante. Querías olvidarlo a él y todo lo que te ha hecho a ti y a tu madre.

Ahora, a la edad de diez años, eras nueva. Te volviste solitaria y cautelosa con la gente nueva, hacer amigos se volvió casi imposible ya que no querías incluirte con los hijos de los trabajadores.

El aislamiento debería haber sido solitario, pero descubriste la belleza de la naturaleza. Tan pacífica y vasta, era encantador. Te enamoraste de la naturaleza, de la belleza y del arte. Tu amor por el arte no era como el de los libros o la realidad, era de pasión y entrega. Pero lo más importante, tu amor por el arte no podría hacerte daño. No te dejaría en ruinas, llorando en los brazos de tu madre, preguntándote por qué no eras lo suficientemente buena para ella.

El arte fue un amor que puso a prueba tu determinación pero te pagó por tus esfuerzos. El arte hizo que las agotadoras horas de pintar, dibujar y esculpir valieran la pena. Tu esfuerzo y dedicación hablaban por sí solos una vez realizada una pieza.

Durante los siguientes siete años, perfeccionaste tu habilidad. Nunca olvidaste llevar un lápiz o un cuaderno de bocetos; la inspiración te golpeaba por todas partes y no querías perder la oportunidad de capturarla. Tus abuelos amaban tu pasión y te regalaron un estudio con todo lo que necesitabas. Pudiste desafiarte a ti misma en cualquier medio que desearas.

Tú y tus abuelos estaban satisfechos con tu estilo de vida aislado. Ellos eran felices mientras tú lo eras y tú eras feliz mientras hacías arte, pero madre; quería que tuvieras amigos. Dijo que no podías pasar tu adolescencia aislada y estudiando constantemente. Realmente no viste nada malo en tener diecisiete años y no tener amigos.

También fue este año que un nuevo trabajador se unió a la villa de tu familia. Su nombre era Leonardo, el nuevo jefe de cuadra. Leonardo tenía una hija de tu edad, Elena y, a diferencia de ti, Elena es muy amigable y habladora. Lo aprendiste bastante rápido cuando la conociste.

Divide mi corazón en tres || Hijas DimitrescuWo Geschichten leben. Entdecke jetzt