FEMME FATALE

23 1 0
                                    

La lucha se prolongó demasiado, no podía  negar que era más que entretenido, en cierto modo, me resultaba halagador su disputa por mi atención, a mi lado, el señor Luppo fumaba nervioso, era natural que los hombres bestia se sintieran intimidados por un par tan dominante, ninguno tenía ánimos de ceder una mínima ventaja al otro.
Ma estaba furiosa para variar, sus facciones que suelen ser austeras y frías se tornan irreconocibles, como un animal  rabioso, podría jurar que sus voces en ese cuadrilátero se habían tornado similares a esos gruñidos que hizo Goku aquella vez, con esa luna.
al parecer el que su oponente fuera una mujer no era motivo para que Goku fuera "cuidadoso", ambos comenzaron a sangrar, algo impensable, Goku ganó una fea cortada sobre su ceja izquierda esta le molestaba.

_Kk...no puedo ver, se me mete en el ojo...

Se limpió con el reverso de su mano sonriente, instante que Ma aprovecho para darle un golpe en la quijada, pero no fue tan rápida.

_Deberías considerar rendirte, maldita sabandija y reconocer mi superioridad en esta arena, de todos modos, te dejaré  tan mal trecho que serás pan comido para mi pequeño...

Goku sujetaba con fuerza el puño cerrado de Ma, que segundos atrás, pudo haberle costado muy caro.

_Pff!!, crees que eso le agrade!? Pense que lo conocía bastante...

Presionó más fuerte provocándole una mueca de dolor.
Finalmente ella se soltó, dando un salto hacia atrás, tomando distancia con los puños erguidos al estilo pugilista, preparándose para un nuevo ataque.

_No eres digno de respirar el mismo aire que MI PICCOLO!
Cómo te atreves a ponerte a su altura!?

Lo señaló de forma desafiante .

_Creo que se lo está tomando demasiado personal,  el demonio frecuenta a quien quiere, ya es bastante grande y sabe defenderse  bastante bien.

Pude ver la cara de fastidio que puso al escucharlo, casi las mismas palabras que le solía decir.

_Sabes quién  soy!?

Le preguntó con su acostumbrada altanería, era evidente  de que cada vez le caía más "gorda" a Goku, un tipo que tenía  un humor  tranquilo y siempre sociable.

_No, debería!?, Piccolo no me hablado nada sobre usted...señora.

Se cruzó de brazos con una sonrisa torcida.

_Otra vez con eso de señora!?, estoy en la primavera de mi vida!!, facilmente podríamos tener la misma edad!

Una palabra que para algunos hubiera significado una sentencia de muerte, salía de los labios de mi némesis con cierto disfrute.

_He..hee...creo que es hora de ponerse serios.

_Maldito fanfarrón.

Estaba consciente de que no estaba en uno de esos torneos, usó muy bien frases y gestos altaneros  parara provocar y desconcentrar a su oponente por mera diversión,

__ y yo que lo creí un campesino  simplón con buenos modales__.

Decidió cerrar sus ojos, no los necesitaba para aleccionar a mi autoproclamada "tutora".
Uno a uno los golpes de ella fueron eludidos y contrarrestados, Ma estaba muy sorprendida, pero no menos determinada a borrarle esa sonrisa.
Su ropa ya estaba degastada, debió usar dogi, pero era  algo  inconcebible para ella por  su vanidad a esa edad, solía  decir "antes muerta que sencilla",
Los jeans del pelos tiesos ya estaban salpicados de rojo.
El público rugía exaltado, lo que temía estaba a punto de pasar, ya había  dejado de ser una lucha para medir fuerza, estabamos en la misma situación que con los luchadores caninos.
Se miraban fijamente, la cortada en la ceja de Goku había  dejado se sangrar tanto.
Siempre caminando en círculo antes de arremeter una y otra vez, sus golpes ya creaban una gran onda expansiva, el lugar literalmente vibraba, pero a diferencia de los humanos, que comenzaron a tomar distancia del cuadrilátero y otros a dejar el lugar atemorizados, los hombres bestia no querían hacerlo, es más, los que retrocedían un milímetro durante el estruendo, eran objeto de burla entre los machos.
Fue casi irresistible, tenía que bajar allí, de un salto fuí a dar a un lugar más interesante, Luppo también bajó, supongo que no podía  dejar de preocuparse por como terminaría  este enfrentamiento.
Los tambores ceremoniales empezaron a sonar más fuerte.
Aunque no quisiera admitirlo, también empecé a inquietarme, puesto que ni yo podía intervenir una vez que se iniciaba la pelea.
El sabandija me hacía ojitos cada tanto.

RECUERDOSWhere stories live. Discover now