Dejó de comprar lo que le vendían esos que la llamaban "bella", y entendió que quien vale la pena es quien tenga el coraje de quitarle la b y la trate como "ella". Dejó de subastar sus besos al mejor postor, dejó de regalar el cuerpo con el alma anestesiada, de gastar noches pensando en quien no la piensa, llorando por quien no la llora, extrañando a quien siempre la trató como opción, nunca como prioridad... Y todo cambió. Se entendió a sí misma. Tantas lágrimas hicieron que la venda de sus ojos resbalara por sus mejillas, volvió a ver claro por primera vez en mucho tiempo y se vio a sí misma, parada ahí, frente al espejo, entera, sin ser la mitad de nadie, de nada, entera y lista para no volver a sentirse sola nunca más... Se tiene a sí misma... para siempre. Se entendió a sí misma y dejó de esperar ese mensaje que no llega, dejó de creer en el "¿cuándo nos vemos?". Y empezó a confiar en el "Abrime, estoy en la puerta". Dejó de regalarle a un tonto la magia de acostarse con ella, para quererse primero y encontrar con quien dormir juntos.
Entendió que no necesita que la entiendan, quiere compartir, quiere que la amen así, siendo ella, así como es, con sus mambos y fantasmas, con sus miedos y sus ganas... Quiere que alguien se dé cuenta de una vez por todas que ella nació para ser con alguien, que para estar hay muchas otras, pero no son ella. Quiere que una vez en la vida alguien se dé cuenta de que ella es un rompecabeza disfrazado de princesa. Ella es puro rock and roll. #DelCansancioNoSeVuelve
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