EXTRA 3: Sí, quiero

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—¡Pepi para! —gritó mi hijo haciéndonos reír a todos los presentes.

—Joder, macho desde que le enseñé ese apodo ya no me llama "Pedri"

—Para él eres el "tío Pepi" —me empecé a reír.

—Anda cariño, dame al niño que al final llegarás tarde a tu boda y todo —dijo mi madre acercándose y cogiendo a Marco en brazos.

—Pues no me extrañaría —dijo Ansu riendo.

—Qué gracioso, tampoco soy tan impuntual.

—¿Que no? Si llegaste tarde a mi cumpleaños —siguió hablando el moreno.

—Qué pesado con eso —rodé los ojos—, que había tráfico, imbécil.

—Qué bien me tratas amigo mío —me dio una colleja.

—Pablo, por aquí hay alguien que te quiere ver —dijo mi madre y miré hacia la puerta. Allí estaban Sara y Sira.

A Sira ya la había visto antes pero a Sara no, así que sonreí. Ambas iban con vestidos largos muy bonitos.

—¡Ay que guapo! —dijo mi mejor amiga y se acercó a abrazarme con ansias.

—Gracias, Sara —le sonreí.

—¿Cómo vas? Te puedo asegurar que Jess está nerviosísima.

—Ahí voy, quiero que empiece ya todo —dije emocionado.

Un estilista se acercó a mí para acabar de colocarme bien la chaqueta y la camisa. Llevaba una pajarita negra que también me la tenía que poner.

—Sara, tú vete con mi hermano anda —le dijo Pedri y yo reí.

—Qué pesado eres Pedri, menudo cuñado me ha tocado —bromeó Sara ganándose una colleja del canario.

—Desde que estás con Fer que ya ni me contesta a los mensajes, chica.

—Lo que tiene ser la mejor novia de todas —Sara sonrió.

—De eso nada —le interrumpí—, la mejor novia de todas es la mía, la mismísima Jessica Arias.

—Alias "la inglesa" —dijo Ansu.

—Alias "mi mujer" —dije yo otra vez y todos rieron.

Los estilistas me llamaron para terminar de prepararme. Los que estaban allí se fueron excepto mi madre que era la que me tenía que acompañar dentro.

Mientras me peinaban no podía dejar de pensar en Jess y en lo guapa que iba a estar. Quería que llegase ya el momento de besarla en el altar, lo había esperado tanto. Sabía que ella ahora mismo estaba nerviosa, de hecho, llevaba ya unas cuantas semanas nerviosa por la boda y porque saliese todo bien. Jess era la persona más perfeccionista que había conocido y yo la verdad que era todo lo contrario. Pero por eso nos complementábamos.

Me hicieron unas cuántas fotos una vez ya estaba totalmente listo y arreglado. Mi madre y yo bajamos las escaleras de ese edificio y fuimos andando hasta la iglesia donde ya estaban todos los invitados esperando. Fuera estaban mis amigos hablando y dentro mis familiares y los de Jessica sentados. Yo había invitado a algunos amigos de Sevillanos y a mis compañeros de equipo. Jess había invitado a sus amigas, que no eran pocas.

—¡Que viene el novio!

Reí ante el grito de mi madre hacia mis amigos los cuales aplaudieron. Negué con la cabeza sonriendo y mi madre y yo empezamos a caminar hasta la entrada de la iglesia.

—¿Estás nervioso? —me preguntó mi madre, yo asentí con la cabeza.

—Tengo ganas de ver a Jess.

EXTRAS de DebilidadWhere stories live. Discover now