EXTRA 3: Sí, quiero

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Pablo.

10 de Mayo de 2027

Era hoy. Había llegado el día por fin. Después de dos años de espera, me iba a casar con el amor de mi vida y con la mujer de mi vida. Y todavía no me lo creía.

La espera había sido larga pero había una explicación para eso. Jess dio a luz a Marco dos semanas después de que yo le pidiese matrimonio. Entre que Marco era un trasto, las complicaciones con la boda y con el vestido de Jess, habíamos tenido que alargarla dos años pero había valido la pena la espera.

Escuché unos pasos detrás de mí, mi madre me miraba mientras los estilistas me acomodaban el traje que iba a llevar, sonreí y me acerqué a ella.

—Ay cariño mío que no me creo que te vayas a casar —me puso sus manos en mis mejillas con los ojos llorosos.

—Mamá, no llores todavía por favor —me reí.

—Es inevitable, Pablo. Este día lo vas a recordar toda tu vida, es muy especial.

—Lo sé y estoy un poco nervioso.

—Normal, cariño. Pero aquí estoy yo para tranquilizarte, lo vas a hacer genial —me dio un beso en la mejilla y yo sonreí.

—¿Cómo va vestida Jess? ¿La has visto?

—No te voy a decir nada, ya la verás en la iglesia —mi madre rio—, pero esta preciosa y nerviosa como tú.

—Ella siempre está preciosa, mamá —sonreí.

—Ay qué enamorado estás, me alegro tanto —me volvió a dar besos en la mejilla hasta que escuchamos la puerta de la habitación en la que estaban arreglándome.

Eran Pedri y Ansu los que estaban entrando. Pedri llevaba en sus brazos a mi hijo de dos años que todo el mundo decía que era igual a mí.

Jess y yo nos casábamos en Sevilla, así lo habíamos decidido mi novia y yo. La ceremonia iba a ser muy bonita a las afueras de la ciudad. Y lo íbamos a celebrar en un restaurante situado en un cortijo que contaba con catering, un jardín bastante grande. Habíamos invitado a bastante gente así que era necesario todo ese espacio.

—Marco es un trasto, ya van cuatro veces que me ha tirado del pelo y casi me deja calvo —entró Pedri quejándose.

Tanto Ansu como Pedri estaban muy elegantes, ambos llevaban trajes arreglados.

—¿Pero no estaba con mi padre? —me acerqué a él para coger a mi hijo en brazos.

—Si pero nos lo ha tenido que dejar porque le habían llamado por algo unos amigos suyos —me contestó Ansu—. ¡Hemano, que hoy te casas! —me dijo abrazándome con una sonrisa.

—No me puedo creer que te vayas a casar antes que todos nosotros, tú eras el pequeño del grupo tío —dijo Pedri dándome unas palmaditas en la mejilla que me hicieron sonreír.

Marco pegó a Pedri en la cabeza haciendo que el canario se quejase y mi hijo se riera como loco.

—Qué buen hijo tengo que me defiende en todo —me reí yo también.

—Papá, quiero ir con mami —me dijo abrazándome mi hijo.

—Con mami no puedes ir ahora Marco, luego la verás igual que yo.

—Pero yo quiero ver a mami.

—Y yo también —hice un puchero mirando a mi hijo y escuché como mis amigos y mi madre se reían.

—Si es que sois tal para cual —Ansu nos miró con una sonrisa.

—E igual de agresivos también —afirmó Pedri—. Pero en verdad Marquito me quiere —dijo Pedri haciéndole cosquillas y Marco siguió riendo.

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