EXTRA 2: Feliz año nuevo, rubia

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Holaaa, este extra no tiene nada que ver con el embarazo y la boda, de hecho es de mucho antes, de cuando Jess y Pablo empezaron de nuevo después del mundial. Pero quería hacer algún extra de año nuevo que me dio la idea una seguidora, graciaas❤️

•••

Pablo.

—Jess, Jess, Jess, Jess —pronuncié el nombre de mi novia repetidas veces llamando a la puerta del baño.

—¿Qué quieres pesadilla? —me dijo ella desde dentro.

—Que llevas ahí dentro media hora y tengo mucho pis —volví a llamarle a la puerta.

—Me estoy planchando el pelo, por eso tardo tanto.

—Me da igual, ¿me dejas entrar porfa? —pregunté meándome.

Mi novia soltó una carcajada dentro del baño y abrió la puerta, allí dentro la vi perfectamente maquillada, con un vestido negro de lentejuelas brillantes que se ceñía a su cuerpo y dejaba su espalda desnuda. Estaba planchándose su pelo rubio mirándose al espejo.

—¿No tenías tanto pis? Te me has quedado mirando —cerró la puerta de nuevo sonriendo.

—Como para no. Menuda novia tengo, joder. Se me ha puesto dura solo de verte —bromeé dándole un beso en la espalda.

—¡Pablo! —Jessica se empezó a reír pasándose la plancha por un mechón.

—Es que menudo culo, mi niña —le di una palmada en su trasero haciendo que ella se girase a verme enfadada—. Vale, vale ya paro, perdón —me reí desabrochándome los pantalones para mear.

—Procura no salpicar —bromeó Jessica riendo.

—Vale pero no mires eh, que me da vergüenza —me hice el tímido.

—Madre mía pero qué falso eres, si te la he visto mil veces.

Me empecé a reír a no poder más y Jessica siguió a lo suyo con la plancha. Cuando acabé me subí los pantalones y tiré de la cadena.

—Ah, joder —se quejó Jessica moviendo la mano.

—¿Estás bien? —le miré preocupado.

—Si, me he quemado un poco el dedo pero ya está.

—¿Te puedo planchar yo el pelo? —le pregunté con una sonrisa.

—Miedo me das.

—Vamos, tampoco tiene que ser tan difícil...

—Vale, pero como me hagas algo en el pelo te juro que...

—Ey, confía en mí —le di un beso en los labios y cogí la plancha.

La miré con cautela y luego empecé a plancharle un mechón de atrás. Jessica me miraba con gracia mientras yo estaba concentrado para no hacerle daño.

—Oye, pues no se te da nada mal...

—En otra vida yo sería peluquero, rubia —reí dándole de nuevo la plancha.

Salí del baño cerrando la puerta y baje las escaleras hasta llegar al salón donde estaban algunos de mis familiares.

Estábamos en mi pueblo de Sevilla. Jess y yo habíamos venido a pasar año nuevo aquí con mi familia y hoy era Noche Vieja. Íbamos a cenar con mis familiares y luego nos iríamos por ahí con mis amigos de aquí.

EXTRAS de DebilidadWhere stories live. Discover now