Extra: bromas.

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Este extra va antes de "Mañana"
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— ¡Buenos días mundo! — Guerrero exclamó mientras se levantaba de la cama.

Claro, eso fue antes de que alguien entrara a su cuarto asustandolo de paso.

— ¡Guerre! — Michoacán azotó la puerta.

Guerrero dio un brinco en su lugar.

— ¡No espantes! — reclamó con una mano en su pecho.

— Déjate de cosas, Oax y Veracruz están en la cocina — dijo, como si tal cosa no hubiera sucedido antes.

La expresión de Guerrero cambió, se levantó de la cama en vergiza y salió corriendo junto con Michoacán.

Todos se encontraban afuera de la cocina, la puerta estaba cerrada así que lo que podían ver estaba limitado.

Querían saber el chisme completo entre esos dos.

El día anterior no volvieron a verlos y nadie quiso parecer re metiche así que no los buscaron. La situación cambiaba teniéndolos a los dos en un área común: la cocina compartida.

Guerrero y Michoacán se acomodaron entre el montón de estados para así poder ver lo que pasaba ahí dentro.

Mientras tanto Oaxaca y Veracruz disfrutaban de la vida.

A los dos les gustaba cocinar así que, cómo esa mañana se habían despertado temprano y de buen humor decidieron hacer el desayuno.

Claro que los coqueteos entre los dos no podían quedarse de lado.

— Oax — Veracruz llamó.

Oaxaca probaba la salsa de los chilaquiles así que solo hizo alguna clase de sonido en respuesta.

— ¿Sabías que te ves muy sexy mientras cocinas? — preguntó con gran tranquilidad mientras observaba detenidamente a Oaxaca.

Oaxaca casi se atraganta, comenzó a toser y después observó a Veracruz.

— ¡No digas esas cosas! — sus mejillas estaban sonrojadas.

— ¿No puedo decirle halagos a mi novio? — preguntó está vez mientras mantenía su expresión tranquila.

Oaxaca no sabía que responder, sus mejillas seguían igual de calientes.

Desvió un poco la mirada de Veracruz y se concentro en otra parte.

A percepción de Veracruz se veía bastante adorable ver a su pareja poniéndose nervioso y tímido.

— Pero no digas cosas tan sexosas — seguía manteniendo su vista lejos de Veracruz.

Veracruz aprovechó esto y se acercó a Oaxaca hasta estar a centímetros de él. Coloco una de sus manos en la cintura ajena para terminar de apegarlo a él, la otra mano la utilizó para levantar el rostro de Oaxaca y obligar a este a verlo a los ojos. El pulgar de la mano que sostenía el mentón del más bajito comenzó a acariciar los suaves y rojos labios de Oaxaca.

— Es mi manera de decirte lo mucho que te quiero y te deseo — su voz salió en un susurro pero para Oaxaca fue lo más provocador que le había dicho.

Sus labios estaban muy cerca, así sus rostros se fueron acercando poco a poco hasta terminar en un beso.

Afuera de la cocina era todo un caos.

Algunos estaban muy sorprendidos mientras que otros celebraban bajito.

México apareció cerca de ahí viendo todo el desastre, la mayoría de los Estados acaban de levantarse y estaban muy despiertos.

ᵃⁿᵈᵃʳ ᶜᵒⁿᵐⁱᵍᵒ - ᵛᵉʳᵃᵒᵃˣ - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora