Capitulo 1:

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Linternas y estrellas:

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Oaxaca tenía un plan.

Habia estado enamorado de Veracruz durante un par de años, afortunadamente sabía disimular perfectamente, agradecia esa parte de él.

Veracruz aún no se habia percatado de sus sentimientos, un gran alivio y pesar al mismo tiempo.

Anhelaba poder compartir con el momentos inolvidables, deseaba poder tomar su mano, entrelazarlas, poder sentarse tranquilos en una tarde de películas, encerrarse en su burbuja sin que ningún asunto del exterior los molestara. El pensar en eso lo molestaba un poco ¿Cómo podía tener esa clase de pensamientos? Agh, que molesto.

Lo admitía, al principio tardo en darse cuenta que no tenía el sentimiento de amistad, sino amor, en parte fue culpa de su orgullo, ese maldito orgullo que llegaba a molestar a los demás en algunas ocasiones, pero no importaba, el no dependía de lo que dijeran los demás, las opiniones no era relevantes para el a menos que las pidiera.

Estaba nervioso, sus manos habían comenzado a sudar, se sentían frías.

Era de noche, antes Veracruz lo había invitado a ver las estrellas, esa noche abría un acto de luces que él no se queria perder, al parecer no sabía a quién mas llevar que pudiera apreciar esto y la primera persona que cruzó por su mente había Sido Oaxaca.

Oaxaca no estaba seguro, Veracruz tenía un mejor amigo, Tamaulipas, por lo que no esperaba cruzar por la mente de la persona que amaba, hasta le parecía sospechoso, aun así, con ese sentimiento en su corazón decidió aceptar, si ese era el caso no importaba, podría pasar tiempo con él, a solas, simplemente disfrutan del acto de luces y después de las estrellas.

El acto de luces había sido precioso... Claro, si dejaba de lado el hecho de que se había quedado observando el perfil de Veracruz quien observaba todo sin percatarse de la mirada llena de amor del Oaxaqueño.

De verdad anhelaba poder entrar en su corazón, lo amaba y apreciaba demasiado, eso tambien tenia mucho que ver con sus sentimientos, no quería arruinar la relación que tenía con el Veracruzano por una confesión amorosa.

Lo que quería en esos momentos era simple, observaria a Veracruz aún más, buscaría la manera de entrar en su corazón o de ver si la confesión podría terminar bien o más o menos, si las cosas no iban por el camino correcto, seguiría ocultando sus sentimientos de las misma manera en la que lo habia hecho en los ultimos años.

Seria doloroso, pero ¿Importaba más que la relación actual que tenía con Veracruz? Para nada, no se arriesgaría a tanto, no tentaria su suerte.

Concideraba su suerte demasiada buena, había logrado conocer a Veracruz desde muy jóvenes, lo cual lo alegraba demasiado, si bien tenía una parte de sus recuerdos de la infancia bloqueados tenía muy clara su relación con el chico de cabello largo, negro como la tinta.

Oh, dios, su cabello, le encantaba eso de Veracruz, lo recordaba en sus tiempos de cabello corto, siempre lo había tenido tan precioso, era lacio y bien cuidado, brillaba, nunca lo había visto esponjado o desordenado, algo que agradecia demasiado era tener el placer de poder peinarlo, al parecer a Veracruz le gustaba que hiciera eso.

Sus ojos, maldita sea, esos ojos verdosos, tan expresivos y bellos, tan llenos de vida, una más de sus debilidades, le encantaba verse reflejado en ellos, sentía muy en el fondo, que a los ojos de Veracruz, él era muy importante, inclusive que lo amaba, pero estas solo eran falsas ilusiones, lo sabía, las pestañas de Veracruz eran largas, cuando descendían y chocaban con sus mejillas se veía aún más hermoso, afortunadamente debajo de sus ojos hermosos casi no tenia ojeras... A comparación de él.

A Oaxaca no le gustaba mucho su cabello chinito, odiaba tener que desenredarlo todas la mañanas y buscar la manera de mantenerlo peinado, era muy difícil tratar con él, además se esponjaba mucho, había pensado en más de una ocasión cortarlo por completo, más no se atrevía, esos rizos tenían algo que se lo impedía.

- ¿Oax? - preguntó Veracruz con su típico tono de voz tranquilo -

Oaxaca salió de sus pensamientos, se había perdido completamente en ellos sin notar que Veracruz llevaba un rato hablándole, maldición.

- ¿Qué pasa? - preguntó pareciendo normal -

- Eso quería preguntarte, llevas un buen rato perdido en tus pensamientos -

Veracruz tenía esa duda, en todo el tiempo que llevaba de conocer a Oaxaca, rara vez lo vio perderse tan profundamente en sus pensamientos, cuando más lo veía de esa forma era al momento de hacer estrategias.

Oaxaca sonrió débilmente, un sonrisa tan bonita que solo le gustaba dedicarsela a Veracruz.

- No es nada, vamos, aún hay algo que quieras ver ¿No? - preguntó cambiando de tema rápidamente.

Veracruz se distrajo, olvidando su duda, sin pensarlo más tomó la muñeca de Oaxaca, y lo jalo al siguiente lugar que quería ver.

Oaxaca seguía manteniendo la misma sonrisa en su rostro.

Ojalá... Y lo tomara de la mano...

ᵃⁿᵈᵃʳ ᶜᵒⁿᵐⁱᵍᵒ - ᵛᵉʳᵃᵒᵃˣ - Where stories live. Discover now