—Deberían rendirse de una vez.

El comentario fue acompañado de una carcajada que le helo la piel, era un sonido afilado, rasposo, como si la persona que se estuviera rendo tuviera la garganta destrozada y aun así se estuviera obligando a hablar. Convencida de que alguien más había entrado en la habitación, Avril se puso de pie y se dio la vuelta de un salto, sus manos en posición para comenzar a comenzar una pelea, pero solo permaneció de pie mirando hacia los dos chicos. Alistar tiene los ojos cerrados, apretados, como si se negara a mirar, cosa que se acentúa con la forma en la que desvía el rostro. Recostada sobre el regazo del chico, quien aún mantiene las manos lejos de ella, Zoey mira a Avril mientras ríe.

La imagen es de verdad aterradora, porque sus ojos permanecen cristalinos, no parecen enfocar lo que hay delante de ella, y sus extremidades caen flácidas y sin fuerzas a sus lados, es como una muñeca de trapo que alguien más usada para hablar.

—Puedo verlos —la risa volvió a salir de forma rasposa de la garganta de Zoey, quien rodó fuera del regazo de Alistar—. Son realmente malos jugado a las escondidas—. Se incorporó sobres sus brazos y comenzó a avanzar hacia donde se encontraba Avril, arrastrando sus piernas detrás de sí, como si tuviera ambas extremidades rotas—. Debo decir que estoy decepcionado, conejito blanco, vas de prisa sin cuidar quien va detrás de ti. Pero no te preocupes, ya casi llego.

Avril comenzó a retroceder de forma torpe a causa de la impresión, tropezado con sus propios pies hasta que su espalda se pegó al muro, al fondo de la habitación, Alistar balbuceaba una y otra vez algo que sonaba como una disculpa, Zoey siguió avanzando, abrió la boca en una mueca que pretendía ser una risa esturando una de sus manos. Avril cayó al piso, incapaz de defenderse o de decir algo al respecto, solo mirando cómo era que la prima de su amiga se congeló de repente, como si hubiera olvidado como moverse, como si estuviera congelada en el tiempo. Un chillido agonizante pareció escapar de la boca desencajada de Zoey, salvo que el sonido no provenía de ella. Avril se cubrió los oídos, La voz de Alistar subió hasta convertirse en un grito que competía con el chirrido de la puerta al tiempo que se abría.

—Debiste saltar dentro de tu agujero, conejito, no eres muy buena jugando al héroe.

Avril volvió la vista en dirección a la puerta que ahora estaba abierta de par en par, los ojos de la chica de posaron sobre un lustroso par de zapatos negros, que contrastaban de forma ridícula con la casa y la forma en la que vestía el resto de las personas que vivían junto a él en aquel agujero. Al subir la mirada puede notar el traje gris, hecho a la medida, la chaqueta cerrada ajustada a la cintura, la blanca y suave piel de su rostro está decorada con una fina barba rojiza, que hace juego con la mata de rizos que coronan su cabeza. Pero lo que más atrae su atención son sus ojos, aquellos ojos color menta, que la miran llanos de diversión. Calando hasta su alma, Rebuscando en su cabeza...

Es instintivo, un agujero se abre en el suelo y se la traga, sin decoro o previó aviso, solo se hunde. El segundo portal se abrió en el techo, a pocos metros de donde estaba de pie el chico, las manos de Avril se sujetó del borde del portal y sus piernas salieron despedidas hacia delante, apuntando a la cara del chico, escuchó el sonido que su nariz produjo al romperse y lo vio trastabillar hacia atrás, sosteniéndose el rostro. Avril aterrizó al lado de Zoey, aun atrapada en su aterradora pose. Le paso el brazo sobre los hombros, pero ella no pareció reaccionar. Una risa histérica hizo que la chica se estremeciera, la voz de Alistar se elevó de forma frenética, pidiendo, rogando misericordia. Desde el otro lado del corredor, el chico pelirrojo reía, al tiempo que lamía los labios empapados en sangre.

—Ella es mía... —su voz era dulce, jodidamente empalagosa, y Avril sintió que se ahogaba en ella—. Igual que lo serás tú si no te vas pronto conejito.

Avril sintió un tirón que comenzaba en la base de su estómago, una punzada dolorosa que la hizo llevar sus manos a su abdomen para intentar detenerlo, al sentirlo el poco color que había en su piel pálida desapareció. Levantó lentamente la mirada hacia el chico. Aterrada. Él estaba sonriendo.

—Necesitan comer.

Con manos temblorosas, Avril se levantó la roída playera y bajo la mirada, no quería hacerlo, no quería ver. Adherido a la base de vientre, mordiendo su piel para hacerse espació para entrar, había un gusano gris y viscoso. Avril dejó escapar un grito, pareció dudar por un momento, pero, cuando otra punzada de dolor le recorrió el cuerpo, sujetó con ambas manos a la criatura y se la arrancó, dejando escapar un alarido. El chico pelirrojo soltó una risa.

—Puedes llevártela si quieres —comentó apuntando a Zoey—. ¿Quieres que probemos que pasa cuando lleves a alguien intestado con pequeños amigos a esa casa tuya que tanto quieres proteger?

Avril jadeaba, adolorida y asqueada por lo que acababa de ocurrir. El alma se le cayó a los pies. No podía hacer eso, no podía llevarla y arriesgarlos a todos, no valía la pena. Pero no podía dejar de pensar que era la prima de Kass, que seguramente estaría devastada cuando se enterara dónde estaba su prima, qué estaba ocurriendo con ella. El pelirrojo se puso de pie, Zoey giró la cabeza en dirección a la otra chica, asustándola y provocado que Avril cayera una vez más al piso.

—Por favor... no me dejes... no me dejes con él...

—¿Esa fue ella o fui yo? —él chasqueo la lengua— No lo sé —volvió a soltar una risa.

Avril maldijo cuando Zoey le lanzó los brazos encima, retrocedió a toda prisa alejándose de la chica que sollozaba pidiendo su ayuda. Alternando la vista con el tipo que caminaba a paso tranquilo en su dirección, Era como si ya hubiese ganado incluso si ella se iba, él tenía justo lo que quería. Apretó los labios, trastabillando en dirección a Alistar que seguía inmóvil contra el muro, no podía culparlo, después de ver lo que había visto, ella también estaría aterrada en su lugar. No, no podía.

—Lo siento...

Los labios de Zoey se convirtieron en una sonrisa demente que contrastaba con sus ojos cuajados en lágrimas. Su cuerpo se dobló en un anguilo que no podía calificarse como posible y se lanzó detrás de ellos, Avril se alejó corriendo, tomando de los hombros, esperaba no joderle demasiado el brazo, pero no tenía tiempo para ser delicada. En el muro que estaba a espaldas del chico se abrió un agujero y Avril lo empujó hacia el interior.

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⏰ Terakhir diperbarui: Jan 13, 2023 ⏰

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