Capítulo 9 ¿Sospecha? ½

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/En Sanada/

Reiko aun estaba algo resentida con lo que había pasado en la cena con el rechazo de su hijo hacia ella, y pensó que tal vez seria posible hablar con él en el desayuno.
Espero hasta la mañana y le pidió a Saya que prepara la mesa para cuando su hijo bajara mientras que ella lo esperaba en el comedor.

No tardo en escuchar como su hijo bajaba por las escaleras; quería correr a esperarlo, pero debía guardar las apariencias, así que espero a que Saya lo fuera a buscar.

Saya: Garu.

Garu: ¿Qué pasa nana? [dijo mientras pasaba junto a ella]

Saya: tu madre te espera...

Garu: [suspira y la mira] debe estar en su despacho. [dijo para sí mismo]

Saya: esta en el comedor esperándote.

Garu: [ríe] si como no. [dijo sin creerle]

Saya: no estoy jugando, tu madre pidió que preparáramos la mesa.

Ante las palabras de su nana, Garu solo se mantuvo en su lugar mientras la miraba con atención, esperando obtener alguna señal de que estuviera mintiendo. Solo que, al no tener resultados, no tuvo de otras que preguntar.

Garu: ¿Es enserio? [pregunto casi en susurro]

Sin que Saya pudiera responderle, Reiko salió por la misma puerta por la que salió Saya, dando a demostrar que no estaba mintiendo.
Su madre se mostraba seria; como siempre; además de fingir que no escucho la conversación de ambos, salió del comedor con tal de evitar que su hijo la rechazara por segunda vez.

Reiko: Garu... [dijo, notando el cambio en su mirada] hijo, vamos a comer.

Sin decir nada más, volvió a entrar al comedor con la esperanza que le siguiera por el mismo camino.

Por otro lado, Saya, al ver que el chico no se movía, le llamo con tal de que reaccionara.

Garu: ¿Qué le pasa? [dijo sin poder creerlo]

Saya: no lo sé, esta así desde ayer. [se va]

Garu: ¿Ayer? [susurro]

Camino hasta el comedor, en donde presencio que su madre le estaba esperando, con la comida ya servida.

Al principio el inicio fue incomodo, tanto que Saya y Ohara salieron de la habitación para dejarlos hablar, cosa que Garu igual quería hacer, quería salir de ahí, le era incomodo tener a su madre así de cerca y más por su extraño comportamiento.
Reiko al notar el comportamiento de su hijo, hablo con tal de poder aligerar el ambiente.

Reiko: ¿Cómo vas con tu entrenamiento? [pregunto sin mirarlo]

Garu: am... bien, estoy... ¿progresando?

No sabia ni como responderle, mientras más rápido termine su desayuno, más rápido podría irse.

Reiko: estaba pensando en ir contigo al dojo. [propuso]

Para su hijo fue una sorpresa, hacia tiempo que ella no hacia eso, y solo lo hacia para ver sus avances o para enseñarle alguna otra cosa.

Garu: ¿Vas a mostrarme algo más?

Reiko: si, quiero ver que tan bueno eres con el combate cuerpo a cuerpo.

No le preocupaba, a pesar de no haberlo aprendido de ella, admitía que Pucca le había enseñado muy bien como hacerlo, no por nada admiraba a su amazonas, – aunque no sabía si sería adecuado decirle así, aun no llegaban a algo formal –.

El silencio entre ellos volvió hacerse presente, ninguno tenia nada más que decir.
Mientras Reiko tenia un ataque de nervios, por no saber que más preguntarle a su hijo, Garu se la pasaba tranquilo mientras recordaba cada encuentro que había tenido con Pucca, además de los momentos que pasaban entrenando, enseñándoles al otro algunos de sus trucos.

Cuando al fin habían terminado de comer, Reiko había llamado a su amiga para que hiciera el favor de levantar la mesa.
Una vez lo había dicho, fue la primera en levantarse, pero al hacerlo tuvo un ligero mareo.

Garu; ¿Qué tienes ma? [pregunto mirandola]

Reiko: nada, solo me levante muy rápido. [dijo sin más]

Con solo decirlo, le pidió a su hijo irse al dojo para poder entrenar.
Por otro lado, Saya no estaba muy tranquila con la excusa que había dado la matriarca.

/En Tanabe/

Como era de esperarse, el desayuno lo estaban pasando en familia, solo los tres, en silencio, como siempre.

Pero al menos para Pucca ya no le era un problema, hace unos días había dejado de fijarse en eso. Lo único que hacia cada día, era el tratar de hacer sus tareas lo más rápido posible para poder tener la tarde libre. Solo que esta vez no contemplo, era que su padre esperaba pasar tiempo con ella, incluso había sorprendido a Maiko.

Pucca: pero, ¿No tienes trabajo? [pregunto sin poder creer en las palabras de su padre]

Ichiro: si tengo, pero hoy no hay como otros días. [continúa comiendo] Pensé que seria bueno aprovechar.

Sin creer en lo que dijo, y tras mirar de forma extraña a su abuela, continuo con su comida hasta terminar.

Ese día su padre pensó que seria más conveniente no ir al dojo de la aldea, entrenarían en el patio trasero.
Ichiro había ordenado que les trajeran un par de espadas de madera, con ellas le enseñaría a su hija a manipular un arma.

Ichiro: debes tomarlas de esta manera... [le muestra] Esta es la forma correcta.

Pucca: se como se hace. [hace lo mismo que él]

Al ver la iniciativa de su hija, supuso que debía saberlo por su amiga, aquella chica, Ching.

Ichiro: muy bien, quiero que me ataques primero. Después afinaremos tu estilo.

Sin que su hija dijera nada, espero a que ella fuera la primera en hacer le primer movimiento, iba a dejarle la ventaja esta vez.
Por otro lado, Pucca espero en su lugar a la espera de que su contrario hiciera el primer movimiento, tal y como le sugirió Garu, y tras ver que permanecía en su mismo lugar, decidió en ir y atacarlo ella primero.

Al principio demostró su poca habilidad con el arma, cosa que le pareció normal a Ichiro y a Maiko que los miraba desde lejos; pero, tras ver el rostro confiado de su padre, comenzó atacar más rápido y preciso. Le había hecho una finta, idea de otro consejo de Garu, engañar a tu enemigo.
Aquello les había sorprendido a ambos mayores, Pucca no tenía ningún conocimiento en este tipo de armas como para poder manipularla de tal forma.

El combate siguió, hasta que Ichiro resulto ser el ganador tras haber derribado a su hija, era buena, pero podía mejorar. Pero lo que no cabía en ninguno de los dos, era la tan particular forma en la que se movía, aquellos movimientos solo los habían visto en una persona; Masaki Sanada.

/En Sanada/

Del mismo modo se encontraba Reiko al ver los movimientos que había hecho Garu, esos mismos movimientos los había visto en Ichiro. Eran típicos de un Tanabe.

Reiko: ¿De dónde aprendiste eso? [dijo sorprendida]

No podía decirlo y ni debía contar sobre su relación con la chica. Y al juzgar por la reacción de su madre debía ocultarlo si quería seguir viéndola.

Garu: ¿No era así? [pregunto fingiendo dudar por lo que hizo]

Sin haberle respondido, Reiko salió del dojo con la mismaimpresión, estaba molesta, al recordar a ese hombre su molestia arruino el díaque había planeado.
Desde la puerta, Saya había presenciado todo, y no dejaba de mirar a su hijo dela misma forma que lo hizo su madre.

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