Capítulo 8 Padre

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Hasta hace unas semanas el cambio en ella fue notorio en casa del patriarca. Sin duda Maiko fue la primera en fijarse en cambio de su nieta.

Al principio Pucca se mostraba discreta, con un perfil bajo; no se mostraba estar ansiosa, ni siquiera mostraba en sus ojos lo emocionada que estaba en tales días; sus entrenamientos al fin le servían de algo; solo que lo único que no pudo ocultar, eran las ocasiones en las que su mirada se perdía en alguna parte de la casa, no escuchaba nada, ni presenciaba nada, solo se mantenía quieta recordando a ese chico del rio y el día en el que supo su nombre.

/flash back/

Ambos se encontraban en el rio, justo después de haberla ayudado a cruzar el rio, ninguno de los dos se había movido del lugar, y al parecer no planeaban hacerlo.

Pucca: ¿Qué? [pregunto nerviosa]

El chico frente a ella no dejaba de mirarla, y algo muy extraño para ella era que no podía controlarlo, cosa que estaba acostumbrada, después de todo siempre la miraban en sus entrenamientos.

Garu: nada... [sonríe] Estas muy bonita.

Aquello le hizo sonrojarse; sus nervios revolotearon por todo su cuerpo y el cosquilleo en su estomago hizo que su mano que sostenía la de él, fijará el agarre que había entre ambos. Cosa que hizo que a Garu le fuera más fácil notar de lo que le había causado a la chica.

El silencio había vuelto a estar entre ellos, pero ya no era del todo incomodo, para ambos les era reconfortante; no era nada parecido al silencio de sus hogares.

Pucca: ¿Puedo, preguntarte algo? [pregunto tratando de quitar el silencio entre ambos]

Garu; claro.

Pucca: ¿Me dirías tu nombre?

Ninguno de los dos había notado la presencia del otro en sus aldeas, ni siquiera en clanes vecinos, lo más probable que ambos pensaron era que deberían provenir de aldeas civiles, y si era así, ninguno de los dos quería contar sus apellidos, no querían arruinar lo poco que había entre ambos con la reputación de los clanes a los que pertenecían.

Garu: solo, si tu me dices el tuyo. [propuso]

Con eso, ambos se conformaban con solo saber sus nombres no hacia falta lo demás.

/fin de flash back/

Con el paso de los días su actitud comenzó a mostrarse cada vez más, tanto que hasta su padre se fijo en ello.
En sus entrenamientos era común que utilizara peinados que recogieran todo su cabello, pero tras finalizar, siempre terminaba por utilizar otros tipos de peinados, además de eso, cada que volvían a su casa la chica ya no hacia tanto caso a los comentarios de los jóvenes de su edad, incluso había notado sus ansias de volver y arreglarse, nada extravagante claro, pero siempre se cambiaba su ropa y pintaba sus labios a colores claros, además de peinarse, se mostraba más femenina ante la gente. – Los rumores de su belleza no tardaron en correr por las calles –. Cada que la miraba, juraba ver el retrato de su difunta esposa, a pesar de mostrarse seria ante él.

Debía admitirlo; la belleza de su hija, más los halagos que recibía de la gente le hizo sentir un poco de celos; y aun más, cuando su suegra había mencionado que no tardarían en recibir otro miembro a la familia. Aquello le había dolido, no estaba listo para soltar a su pequeña niña, aun quería pasar tiempo con ella.

Aquello le hizo pensarlo un poco; para lo único que pasaban tiempo era para entrenar y supervisar sus avances, ni siquiera recuerda haber hablado con ella en el comedor, estaba dispuesto a cambiar eso, solo que ese día no le sería posible, tenia mucho que arreglar, para eso trabajaría hasta tarde para poder pasar el tiempo con su hija. 

Otra Historia de AmorWhere stories live. Discover now