2- Un Peso Menos

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--Bien. Entonces después de la escuela usted puede venir a darle tutorias a mi hijo...-- Afirmó la chica, cruzandose de brazos y clavando su mirada con los ojos del pelirrojo. --Puede encargarse de él mientras yo no esté, ¿no?

Eso era lo que faltaba. Alguien que le quitase parte del peso a su espalda, a lo mejor aquello le ayudaría a restar el estrés y tener días más tranquilos.

El mayor no parecía tan convencido, aunque no le molestaba la idea. Se encontraba levemente confundido con el pequeño detalle que la mujer había añadido.

--Claro, no hay problema, señora.-- Terminó diciendo, con una sonrisa dibujada en los labios.

Una vena hizo presencia en la frente de la de cabellos (c/c). ¿Acaba de llamarle "señora"?

Sintió cómo alguien le tocaba el muslo y dirigió su mirada hacia su pierna, notando cómo su hijo le veía con una sonrisa de oreja a oreja.

--¿Ahora pasaré tiempo con Shanks-sensei, mami?-- Cuestionó el menor, con cierta curiosidad en su rostro.

--Si, pequeño, Makino-san me había comentado anteriormente que estaba agotada de tener que cuidarte casi todos los días.-- Explicó la oji-(c/o), desordenandole los cabellos al niño. --Dime, ¿estás de acuerdo con que este señor se encargue de ti mientras no estoy?

Le regaló una mirada llena de confianza, para que el menor se pudiese sentir seguro con negarse con aquella decisión, pero él parecía estar de acuerdo.

Asintió para que su madre pudiese estar más tranquila, pues quería dejar de dar problemas.

--¡Shanks-sensei es muy bueno conmigo! Él no me grita o se molesta conmigo cuando no entiendo el trabajo.-- Comentó su hijo dando pequeños saltitos de emoción.

El pelirrojo sonrió ante las palabras del menor y luego volvió a dirigir su mirada a la mujer, ésta le veía con seriedad, le parecía algo intimidante, pero decidió mostrarse amable frente a ella.

--Haré mi mayor esfuerzo para hacer que (N/O) pueda mejorar sus calificaciones.-- Declaró Shanks, ésta vez utilizando un tono firme. --Gracias por su tiempo.

(T/N) asintió y le guió hasta la puerta principal. Una vez el pelirrojo se fué, la joven suspiró con alivio.

--¿Por qué no me avisaste que ese tipo iba a venir? No estoy demasiado presentable en este momento...-- Se quejó ella, caminando hacia la cocina, seguida del menor.

--Lo siento, mami, no sabía que quería hablar contigo hasta el final de las clases.-- Escuchó como su madre suspiraba y abrazó su pierna. --Pero, te ves bien.

Una sonrisa se formó en sus labios, casi de forma inconsciente. El menor seguía pegado a su pierna, y a pesar de que aún le dolían los pies y estaba cansada, se quedó de pie sin moverse. Disfrutaba aquel tierno abrazo.

Un abrazo sincero con amor puro.

Acarició los cabellos (c/c) de su hijo, sin decir una sola palabra y cerró los ojos.

No era algo que sucedía a diario, pero los pequeños gestos de cariño que su hijo le daba era de sus cosas favoritas del mundo.

(...)

Abrió la puerta lentamente, la casa se encontraba en un cómodo silencio, la esencia del lugar era agradable. Era un lindo hogar.

Mientras caminaba por el pasillo, notó como habían unos muebles con algunas fotos. Se acercó con algo de curiosidad para ver las fotos de cerca y sonrió un poco.

La mujer intimidante que había conocido hace unos días, se encontraba sonriendo alegremente con algunas personas.

En una de las fotos aparecía (T/N) con su brazo alrededor de los hombros de otra chica, la cual era pelinegra con una coleta alta y unas gafas. Al parecer se encontraban en la playa, y también lucían un poco más jóvenes.

En otra de ellas, la peli-(c/c) se encontraba junto a un varón alto, de cabellos negros y algo desordenados, unos ojos de color gris que te veían de manera intensa y ojeras debajo de éstos. Él tenía su tatuado brazo alrededor de la mujer y sonreía de forma burlona, mientras ella le veía con el ceño fruncido.

En la última foto que le había llamado la atención, aparecía nuevamente la mujer, pero era muchísimo más joven, era una pequeña niña, y se encontraba con el mismo varón de antes, quién también era un niño. Y ambos se encontraban sentados en las piernas de un hombre de cabellos rubios, de ojos grises intensos y un maquillaje algo llamativo.

--Ese es el abuelo Cora-san.

Shanks, algo sorprendido, giró hacia el menor que veía directamente a la última foto que él se encontraba viendo.

--¿Abuelo?-- Replicó él, aún con su corazón latiendo rápido por la sorpresa que se había llevado cuando el niño le había hablado.

--Si, nunca le he conocido, pero mami dijo que era muy buena persona.-- Comentó (N/O), quién aún tenía sus ojos puestos en aquella foto. --¡Oh, y ese es el tío Law!

--¿Tío Law?

El menor señaló a la segunda foto que el pelirrojo había visto anteriormente.

--El tío Law es genial, siempre viene los fines de semana y juega conmigo.-- Hablaba con ilusión y esa adorable sonrisa en sus labios. --Y ella es Tashigi, es amiga de mi mami.

Ésta vez se refería a la foto donde la de cabellos (c/c) aparecía con aquella pelinegra de lentes.

--Ya veo...-- Murmuró Shanks, se giró para hablar con el menor, éste aún se encontraba algo pensativo. --¿Qué tal si empezamos?

El niño asintió con su cabeza, guiando al pelirrojo a su habitación y comenzaron las tutorías.

Mientras Tanto...


Podía sentir aquella intensa mirada en sus piernas, sus ojos le tocaban como si de manos se tratasen, por más incómoda que se sintiese, no podía hacer nada, después de todo, ella era la presa.

--Hiciste un buen trabajo hoy, (T/N).-- Dijo a su oído, con su voz ronca y usando aquel tono de superioridad. --Puede que te deje ir a casa más temprano de lo normal.

Le regaló una falsa sonrisa, aunque se sentía un poco aliviada de poder irse a casa rápido.

--Gracias.

--Solamente encárgate de que tu falda sea un poco más corta.

CONTINUARÁ...

Antes De Ti (Shanks x Lectora)Where stories live. Discover now