3 - Esperanza

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¡Muchísimas gracias por el apoyo! Espero me disculpen, e estado ocupada con exámenes de la escuela, pero ya puedo regresar a escribir mas~ espero les guste <3

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El momento que Poseídon cruzo aquel portal, se sentenció a tomar la decisión más difícil de su vida.

Su hijo seria arrebatado de su lado, y posiblemente nunca lo vuelva a ver...pero, esto era lo correcto. La vida de Seiya dependía de esto.

Hades le había rogado que se fueran con el a su reino, donde podrían tratar de esconderlos, o que se quedarán en el Olimpo con Zeus, donde podrían estar todos juntos.

Lo que no entendía, era que si Seiya se quedaba en cualquiera de esos lugares, el ser que lo acechaba no tendría problema en buscar ahí.

Zeus había estudiado las visiones con sumó cuidado, y también había logrado sentir el cosmos del maligno. Cualquier cosa que poseía ese poder, no debería ser tomado a la ligera.

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Poseídon había sido transportado de inmediato donde estaban los demás. Su mirada se nublaba al ver como los Dioses estaban sentados en sus tronos con miradas tristes, llenas de pensamientos profundos, discutiendo en lo que podrían hacer.

Todos menos Zeus, quien aún estaba en su posición en la ventana. Perdidos en sus propios pensamientos.

Trataban de idear un plan para protegerlos, pero no podían pensar en algo que pondría darle al pequeño protección absoluta.

"Hermano..." dijo Hades al verlo, caminando hacia el, abrazándolo con cuidado para no lastimar al pequeño quien estaba dormido en los brazos del otro.

Poseídon se aferraba lo más que podía a Hades, en verdad que necesitaba estar con ellos.  Su alma se derrumbaba por dentro, y los demás eran los que lo mantenían funcionando.

Huh..que curioso...

Los Dioses parecían ser como los pilares de su reino, y su pequeño Seiya...era su gran soporte principal.

"Ven.." dijo Hades al guiarlo a su respectivo trono. Los demás Dioses se levantaron, uno por uno tomaron turnos en abrazar a Poseídon.

Zeus se acercó hacia el, abrazándolo en silencio, su corazón caía en pedazos al ver el pequeño Seiya aferrándose a su padre. Como si el mismo supiera lo que iba a pasar, como si supiera lo que venía por su vida.

El silencio en verdad los atormentaba a todos. Cada pequeño ruido se escuchaba, y más los de Seiya, quien respiraba pequeños ronquidos al dormir.

Será una estupidez, pero para Poseídon ese sonido le recordaba que su hijo estaba aqui. Bueno...por lo menos por ahora.

Zeus se arrodillo en frente del trono de Poseídon, sintiendo más dudas en si mismo.

Quería que el tiempo se detuviera.

Que todo volviera a la normalidad.

Que pudiera ver a Poseídon feliz de nuevo, con esa sonrisa que parecía alumbrar la oscuridad más siniestra.

Como debería de ser.

El Hijo de Poseídon: La Perla Pérdida // Saint SeiyaWhere stories live. Discover now