Seiya por desgracia nunca conocío a su familia. Aveces se preguntaba en porque lo abandonaron. ¿Acaso el era algo que sin despecho pudieron tirar a la basura?
Poseídon, dios de los mares, fue bendecido con la vida de su pequeño príncipe, que a tan t...
El océano era una vez, un lugar feliz. Un lugar en donde toda la gente marina vivía en paz. Pero todo cambió un día.
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"Mi señor!" Anunció Thetis al entrar a la sala de trono.
"Hm?" dijo Poseídon sin levantar la mirada. Estaba algo ocupado con cierta personita en sus brazos. Una manita pequeña se apoderó de su dedo, aferrándose hacia el.
"Mi señor, an llamado desde el Olimpo, desean verlo." dijo Thetis al arrodillarse frente a Poseídon. Una sonrisa se postró en su rostro al escuchar una pequeña risa que provino del príncipe.
El pequeña príncipe Seiya.
"P-papa!"
Poseídon sonrío y le dio un beso en la frente de su hijo, levantándose de su trono.
"Vamos a ver a tus tios~" le sussuro con cariño. Su pequeño le respondió con un llanto de emoción, aferrándose a su padre. Se acurrucó en su pecho, listo para el viaje.
"Thetis, tu y los marinos están a cargo."
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~ Olimpo ~
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Al llegar al Olimpo, no tardo en escucharse los gritos de alegría de cierta persona.
Hades, el rey del Infierno, y tío del pequeño príncipe.
Poseídon apenas y salio de un portal que lo trajo hacia aquí, antes de ser atacado por su hermano mayor, que casi de inmediato le quito a su hijo.
"Cuidado!" Le grito a su hermano, quien ya se había ido con su pequeña perla.
Hades apenas y le hizo caso, ya que en sus brazos tenía un pequeño quien le estaba dando la mirada y sonrisa más bonita de todas. Sus manitas en el aire, llenas de alegría, y llenando la sala con llantos de emoción por estar con su tío favorito.
"T-tioo!" grito el pequeño, aferrándose a la cara del mas grande con sus manos pequeñas en sus mejillas.
Poseídon se postró con sus brazos cruzados, riéndose al ver esa escena. Aveces parecía que su hijo preferiría a su tío, que traviesos esos dos en verdad.
"Ah ahí estas" dijo una voz mayor. Era Zeus, quien venía con una gran sonrisa y los brazos abiertos, dándole un gran abrazo.
