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-¡Gracias, gracias gracias gracias! ¡Por Merlín, están todos aquí, gracias!- Molly gritó en cuanto vio a todos entrar por la puerta y Harry se preguntó cuanto tiempo llevaba esperando a que llegarán.

En definitiva, la final de Quidditch había sido memorable, pero tal vez no por las razones adecuadas.

Lo que había visto Delilah en el cielo no había sido cualquier imagen, sino que era la marca tenebrosa usada por los séquitos de Voldemort para llamarse entre ellos y las personas en capuchas que incendiaron el campamento, ellos eran mortífagos.

Después de que Delilah se recuperará, Cedric y ella se encontraron con Ron, Hermione y Harry siendo rodeados por asistentes del Ministerio que creyeron, por alguna razón, que Harry había iniciado la marca en el cielo. Arthur tuvo que salir a su rescate y apelar por él, pero eso había creado confrontaciones con el mismo Ministerio.

Al final, Cedric regresó a su hogar con su padre, se despidió del resto y la familia Weasley junto con Delilah, Harry y Hermione regresaron a la Madriguera.

-Sí mamá, te lo dijimos en la carta- dijo Ron con el ceño fruncido mientras su madre lo bañaba de besos en el rostro y acariciando su cabello.

Harry creyó que sería inmune a los afectos de la madre de los Weasley, pero en cuanto pasó por la puerta lo jaló hacía ella lo consoló de la misma forma.

-¿Aún tienen ese teléfono muggle?- preguntó Hermione- Voy a avisarle a mis padres lo que ocurrió- dijo con una mueca y se retiró del cuarto, si bien sus padres no entendían del todo sobre el mundo mágico, ella se sentía responsable de avisarles lo que había ocurrido después de todo, era muy unida a su familia.

Delilah notó las lágrimas de Molly y Arthur al abrazar a sus hijos, ver el cariño de unos padres era algo que Delilah sólo había podido apreciar de manera externa, como una tercera persona, jamás como la protagonista. Lo veía como un evento trascendente y lejano, pero incluso a ella se le acalambraba el pecho al ver la escena, aún que no fuera sobre ella.

Antes de que alguien pudiera agregar algo más, se escuchó una puerta azotarse y unas pisadas bajando desenfrenadamente por las escaleras.

Remus tenía su cabello corto desordenado, como si apenas hubiera despertado en aquel segundo, su ropa estaba mal puesta y eso confirmaba la teoría que estaba dormido antes de decidir lanzarse a las escaleras.

Lucía preocupado y aliviado al mismo tiempo de ver a todos ahí, pero su vista se plantó en Delilah y ella vio como sus hombros cayeron con tristeza. Se acercó a ella y se puso de rodillas para tomar su rostro en sus manos, queriendo observarla con detenimiento.

Si bien todos los que habían ido al torneo regresaron intactos, Delilah en definitiva había sido la menos afortunada, los minutos que fue empujada en el piso y pisada le habían ocasionado un labio roto y una pequeña cortada en el pómulo izquierdo, un sangrado en la nariz que ya se había limpiado, pero la marca roja aún podía notarse si uno se acercaba y finalmente un moretón en el ojo.

Remus tragó saliva al notar todas aquellas heridas y a Delilah se le cerró la garganta al ver los ojos de él amartillados.

-Oh, Delilah- dijo en un susurro para él

-No te preocupes- dijo Delilah también voz baja, el resto estaban ocupados hablando, pero este momento entre ellos se sentía tan personal- No es mi primer ojo morado- bromeó intentando disipar las emociones.

La mirada de Remus se agudizó inmediatamente y Delilah contempló que no fue el mejor comentario.

-Eso no es gracioso Delilah- dijo él con la mandíbula tensa

Delilah Jolet-2 (Harry Potter & Draco Malfoy)Where stories live. Discover now