C23: La cura.

12 2 1
                                    

Cuando tenía doce años me enfermé de la vesícula, tuve que ir a cirugía y lloré desde el pre hasta el pos, repitiéndome a mí misma que moriría en cualquier momento, que lo haría mientras dormía, que lo haría una mañana al desayunar, que pasaría en la noche o por las tardes cuando quería leer un libro.

Lo que realmente me aterraba de morir, era el hecho de hacerlo sin que mi padre estuviera a mi lado, sin tener respuestas de su parte, sin averiguar qué habría pasado. Tenía doce, la curiosidad al máximo, una mente madura y desarrollada para mi edad, algo que en realidad me causó más inseguridades que felicidad; las personas suelen creen que cuando los niños pequeños son sometidos a diversos traumas propuestos por su entorno y son empujados a madurar rápido gracias a esas situaciones significa inteligencia, buena percepción y poder decirles, luego de una oración de "madurez" por parte del pequeño «ay, qué linda, parece una mujer adulta.». La realidad es que, una niña pequeña no debe pensar cómo alguien adulto, por más que lo haga, por más que lo entienda, su inteligencia emocional no es lo suficientemente capaz de asegurarle una estabilidad.

A esa edad yo sentía entender todo lo que pasaba a mí alrededor, pero en las noches, al momento de analizarlas nuevamente esas mismas cosas que yo decía comprender, me causaban emociones muy difíciles de sobrellevar; me sentía insegura, con miedo constante de ser desechada o abandonada, no quería hacer amigos, me negaba a compartir con chicos o chicas por miedo a que alguno me llegaran a gustar y verme en la situación de no saber manejar esa emoción.

No quería terminar como él me había dejado cuando se fue, nunca se está preparada para vivirlo nuevamente.

Entonces lo veo sonreír a mi lado, contándome cosas de su niñez, abriendo su alma, su mente y su corazón hacia mí, con su abrigo rodeando mis hombros y con una bolsa de palomitas en mis manos que habían sobrado de la función. No para de hablar sobre lo mucho que le gustó la película, la quinta que hemos visto esta semana luego de nuestras prácticas en el canal, nos habíamos propuesto vernos todo el listado de películas en cartelera y lo estamos logrando. Sus ojos azules brillan cada vez que me mira, o al menos eso es lo que parece desde los míos; tal vez solo sea al revés, pero mi mente quiere cubrirse las espaldas para no quedar como la villana en medio del centro comercial.

Nos subimos a su auto, callados, como si ambos estuviéramos procesando esta última semana, pero sin nada que decir, hasta que él silencio comienza a carcomer mis oídos, entonces decido inclinarme en el asiento del copiloto y poner una de las canciones en su lista: Cupid, Amy Winehouse.

-Oh, amo esa canción -rompo el hielo, moviéndome al ritmo de la música.

-¿Amy Winehouse? -alza una ceja-. Tienes un gusto muy peculiar.

-¿Hablas de que me familiarizo con aquellos que han, literalmente, muerto por amor? -lanzo una carcajada-. Nunca me he enamorado como para saber lo que se siente morir por ello.

Mi mirada se pasa por las calles oscuras de la ciudad, solitarias y tranquilas, falta un cuarto para la una y no solo el cine estaba casi abandonado, si no también las carreteras.

-No sé que es más triste, si el hecho de que no te has enamorado o aquello de morir por lo mismo.

Volteo a verlo, dejando descansar mi espalda en el asiento.

-Alguna vez me dijiste que tú tampoco te habías enamorado nunca -menciono, recordando nuestra antigua conversación.

-A veces la vida y los significados se vuelven confusos -confiesa.

-Lo sé -suspiro, llevando mis ojos a él.

No tengo ni idea de por qué últimamente su presencia me genera tanta calidez y paz, es sencillamente una sensación de encajar tan bien con alguien, de sentir que realmente alguien está tomando en consideración el hecho de que todos los días, después de la tercera clase, me escapo al baño para no ver a mi media hermana, mientras lloro sin parar y como chocolates en el segundo cubículo, rogando para que nadie entre y me escuche quejarme y sufrir por mi largos problemas familiares.

Código de Amigas [#1]Where stories live. Discover now