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Los días de celo de Sana ya habían finalizado, y por primera vez se sintió satisfecha en uno de sus celos.
Mejor dicho, fue el mejor de todos.

No tuvo ningún contacto sexual con un Alfa, pero no lo necesitaba, solo necesitaba el aroma de su Tzuyunnie para poder estar más tranquila.

—¿Ya estás mejor, cachorra?-Dijo la Alfa viendo a su hija tallando sus ojos con sus puños

—Si mamá, ya estoy mucho mejor, el dulce aroma de Tzuyunnie me ayudó demasiado.-Dijo la Omega viendo a sus padres con sus ojos adormilados

—Pequeña, ¿No te duele el cuerpo o algo?-Dijo su madre Omega sirviendo el desavuno

Sana sabía a lo que se refería su mami, Sana en sus tres días de celo no había usado el consolador, de hecho ni le interesó, solamente con el aroma de Tzuyu por toda su habitación estaba más que contenta y satisfecha.

-No mami, no utilice el consolador, como le dije a mamá, con solo el aroma de TzuTzu me basto para estar calmada esos tres largos días de celo.-Dijo Sana tomando asiento junto a sus padres.

Sus madres se miraron complices, su pequeña cachorra estaba enamorada de esa Alfa que no necesito del placer para calmar su calor.

No, ella solo necesito del dulce aroma de su Alfa para estar tranquila, ambas serían una pareja hermosa.

Jennie se encargo de servir el desayuno para su familia, después de tres largos días sin ver a su cachorra estaban más que contentos.

Sana era la alegría del hogar, y no solo eso, también era la alegría del corazón de cierta Alfa amante del rosa.

Tzuyu ya estaba parada al frente de la casa de Sana, un ramo de flores en su mano y un pequeño collar, el cual compró con sus ahorros.

A Tzuyu no le molestaba gastar su dinero, sabía que todo ese dinero gastado era por un bien, un bien que si estaba dando frutos.

A penas vió el mensaje de Sana de buenos días, diciéndole que ya estaba bien y que ya podía venir a verla, salto de su cama, se puso la ropa más rosada que tenía y fue a la casa de su Omega.

Tzuyu estaba dispuesta a pedir perdón, por no ser una buena Alfa y pasar el celo de su Omega junto a ella, Tzuyu sentía que su pancita daba y daba demasiadas vueltas. Quería que nada malo pasará entre ella y la Omega.

Sana bajo ya arreglada para abrirle la puerta a su Alfa, Sana estaba tan emocionada por verla. Pero lo que vió le partió el corazón.

En tan solo un minuto, Tzuyu rompió en llanto, tenía miedo de que Sana ahora la rechazara por no haberla ayudado con su calor.

Tzuyu se sentía que ya no merecía ser llamada Alfa, aunque claro, nadie se lo decía.

—M-Mi amor, ¿Q-qu-qué te está pasando?-Dijo Sana tartamudeando al ver a la Alfa llorar

—Perdóname, pequeña, perdóname por ser tan mala e inútil Alfa, no pude estar para ti en tú celo, no estuve para cuidarte y atenderte como te lo merecías.-Dijo Tzuyu abrazando a la Omega, aún con los detalles en su mano

—Tzu-Tzuyunnie.-Dijo Sana sintiendo como la gran Alfa la estaba abrazando y derramando sus lágrimas en su nuca

—Lo siento, entenderé que ya no quieres que yo siga con el cortejo, pero quiero que sepas que y-yo t-e amo.-Dijo Tzuyu sin parar de llorar

Sana no quería que Tzuyu dejara de cortejearla, amaba los detalles y mimos de Tzuyu, ¿Por qué aquella tonta Alfa estaba así?

—Tzu, mi amor, cálmate, no voy a rechazar tú cortejo.-Dijo Sana separandose lentamente de Tzuyu.

—P-pero, te deje sola, sola con todos esos malditos pedazos de tela y no pude venir yo personalmente a ayudarte.-Dijo Tzuyu limpiando sus lágrimas con la manga de su abrigo

—Corazón, tranquila, yo en ningún momento me sentí sola, al contrario, me sentí la Omega más afortunada, mi Alfa se preocupo por mí y me mandó sus ropas con su dulce aroma impregnado en ellas.-Dijo Sana tomando una de las mejillas rojas y abultadas de Tzuyu.

—Pero de igual manera, no pude pensar y dormir tranquila todos estos días pensando en que ya no me amarás.-Dijo Tzuyu haciendo un puchero mientras alguna que otra lágrima se escapaba por sus ojos

—Cariño, está todo bien, tú me ayudaste a pasar mi celo de la mejor manera posible, ningún consolador o supresor me ayudó más que tú dulce aroma.-Sana se acercó y le dió un beso a Tzuyu en los labios.

Tzuyu quedó impresionada, a pesar de que ambas se demostraban amor, eran simples abrazos y besos en las mejillas o en la frente, nunca se habían besado aún en los labios.

Pero a Tzuyu no le importó, ahora más que nada necesitaba que la Omega calmara su dolor.

Y Sana lo supo, supo que debía tranquilizar a esa dulce Alfa que tenía enfrente de ella.

Ambos correspondían su beso lentamente, un beso lleno de amor y ternura, un beso con el cual ambas sabían que ya era hora de dar el siguiente paso.

Y aunque claro, era un poco torpe su beso, puesto que era el primero en toda su vida, si en los labios hablamos.

—Mi amor, te traje estos regalos y quisiera invitarte a una cita.-Dijo Tzuyu sonrojada y jugando con sus deditos

-Gracias, voy a dejar esto adentro y ya salgo para que ambas podamos ir a nuestra cita.-Sana recibió los regalos y fue adentro de su casa.

Supo que en la cajita había un collar, así que lo saco y se quedó viendo enamorada aquella joya, un corazón con las iniciales de ambas grabadas en el centro.

No dudo en colocarlo en su cuello y salir con el.

Los corazones volaban a su alrededor cuando ambas estaban juntas.

sweet alpha - SaTzuWhere stories live. Discover now