003

134 21 0
                                    

Los meses habían pasado, y con ello, la dulce Omega Minatozaki Sana estaba entrando en celo, estaba encerrada en su habitación temblando y diciendo una y otra vez que necesita el aroma de aquella dulce Alfa.

—Cariño, tranquilo, espera unos momentos más y todo va a estar bien.-
Dijo Jennie intentando calmar a su hija temblando y lubricando

—Mami... La necesito, necesito a Tzuyunnie cerca.-Dijo la Omega viendo todo el desastre que había causado, previamente.

Sana había asegurado que tenía una chaqueta de Tzuyu en alguna parte, saco toda su ropa del closet buscándola, lubricante por todos lados y sus cosas desorganizadas.

Sumando a eso, pensó que tal vez aquella prenda estaba en el cuarto de lavandería, por lo que también había ido a ese cuarto a buscar la chaqueta.

Pero nada, tal vez ya se la había dado a Tzuyu y no se había dado cuenta.

Sana estaba tan desesperada por tener a la Alfa cerca de ella, quería sentir su aroma para que esté pudiera tranquilizarse.

Por la desesperación de su cachorra, Lisa y Jennie decidieron llamar a Tzuyu para que trajera bastante ropa de ella.

Tuvieron que explicarle que Sana estaba en celo, Tzuyu rápidamente dijo que ya iba en camino.

Tzuyu no quería que su Omega estuviera mal, sabía que si no tenía algo de la Alfa con la que estaba, la Omega podía enfermar o estresarse mucho. Algo que a Tzuyu hizo suspirar enamorada, Sana necesitaba de su aroma.

—Mami, por favor Mami, ayúdame.-Decía Sana con lágrimas en sus ojitos

Sana sentía su interior arder demasiado, en sus celos anteriores nunca había sentido eso, hasta que Tzuyu inicio el cortejo.

—Tranquilo cachorra, Mamá y Mami ya tienen algo en mente, solo estamos esperando que eso llegué rápido.-Dijo la Omega acariciando la cabellera de su cachorra

—Mami, por favor, siento mi cuerpo arder demasiado, ya tomé un supresor pero no hizo efecto, Mami, ayúdame.-La Omega lloraba mientras grandes chorros de lubricante bajaban por sus piernas.

Jennie solo miro triste a su pequeña hija necesitado, sabía que Sana necesitaba a Tzuyu en este momento, aunque aún no eran oficialmente pareja, ambas habían creado un vínculo demasiado fuerte y lleno de amor.

-

Tzuyu ya había llegado, estaba preocupada por su pequeña Omega que haría todo lo que fuera por ella.

—Señora Minatozaki, aquí está la ropa que ustedes me pidieron.-Dijo Tzuyu con dos bolsas en sus manos.

—Gracias Tzuyu, damélas, le diré a Sana que le mandaste esto.-Dijo Lisa tomando las bolsas

—¿No puedo pasar a verlo?-Preguntó la jóven Alfa viendo a la Alfa mayor

—Tzuyu, una vez que Sana te vea no te va a dejar irte, y posiblemente ambas terminen haciendo algo que no van a querer.-Dijo la Alfa rascando su nuca

—Está bien señora Minatozaki, gracias, espero que cuando Sanie se mejore pueda sacarla a una cita.-Dijo la Alfa sonriendo

—Y estoy más que segura que a Sana le gustará salir contigo cuando esté mucho mejor.—Dijo Lisa tocando el hombro de la jóven Taiwanesa

—Bien, nos vemos señora Minatozaki, espero que mi linda ardilla se recupere pronto.-Tzuyu hizo una reverencia y se dirigía al auto de sus padres.

Tzuyu sabía manejar, por lo que varias veces llevaba a Sana a citas románticas por varios lugares hermosos de la ciudad.

La taiwanesa encendió el auto y partía rumbo a su hogar, tenía el corazón en la boca, estaba realmente preocupada por su Omega, no quería que se sintiera rechazado ya que prefirió llevarle su ropa que a él mismo.

Por su parte, Lisa llamo a su Omega para que le diera la ropa de Tzuyu, Lisa no quería acercarse a su cachorra en celo.

—Listo cariño, aquí están las ropas de Tzuyu, dáselas a Sanie para que se sienta mucho mejor.-Dijo la Alfa entregándole las bolsas a Jennie.

—Está bien, enciende el auto, debemos dejar a Sanashine tener un rato sola.- Dijo la Omega tocando el hombro de su Alfa

—Está bien, por favor dales las advertencias a Sana sobre lo que puede hacer.-Dijo Lisa viendo preocupado a su Omega.

—Tranquila, Sanashine sabe lo que tiene que hacer, si ella quiere hacerlo lo hará, y si no quiere entonces no hará nada.-Dijo la Omega dándole una mirada comprensiva a la Alfa.

Si algo estaban seguras, la jóven Omega si quería o no utilizar las ropas de Tzuyu para su placer, podía hacerlo.

Y si no quería, simplemente construiría un nido con la ropa de esta y estaría ahí por bastante tiempo.

Lisa y Jennie eran concientes que su pequeña cachorra ya tenía y sentía más cosas con aquella Alfa, incluso ya necesitaba de su aroma para poder calmarse un poco.

Jennie subió al segundo piso, se adentro al cuarto de su cachorra en celo y ahí lo vió, apenas entero con aquellas bolsas vio como su cachorra comenzaba a olfatear el aire.

Sana sintió el dulce aroma de la Alfa que tanto amaba cerca, logro localizar el dulce aroma en esas bolsas.

Sana sintió como su calor disminuía un poco, el dulce aroma de Tzuyu logro calmar a Sana.

sweet alpha - SaTzuWhere stories live. Discover now