RESUMEN: Becas de estudio que hacen mudar y extrañar a alguien con quién jamás se tuvo algo.
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Siempre me ha gustado el ballet, lo he practicado desde pequeña, su estética, la forma en la que se ve en los recitales, la ligereza que se siente al practicarlo es maravillosa.
Y cuando la academia de ballet en New York abrió sus inscripciones yo me presente solo porque me gustaba, no tanto para aplicar.
Pero ese día que llegue de la escuela y estaba mi madre con una gran tarta esperando a darme la noticia de que habían llamado y me ofrecían una beca de estudios y una titulación en ballet profesional no lo podía creer.
De inmediato llame a Eddie para contarle la gran noticia y las veces que el me felicitó y me dijo lo orgulloso que estaba fueron demasiadas.
Conocí a Eddie en una muestra de talentos, él se presentó junto con su banda y yo bailé una canción de Kate Bush.
Desde ahí empezó a ser mi amigo, después poco a poco se ganó el puesto de mejor amigo.
Y hace unos cuantos veranos me di cuenta de lo enamorada que estaba de él.
Pero jamás le dije nada, porque yo sabía que no soy su clase de chica y jamás intentaría serlo.
Aun así, secretamente me emocionaba cuando pronunciaba mi nombre con tanta delicadez o cuando tomaba mi mano o cuando me iba a ver a los ensayos.
Mamá también había llamado a todos mis amigos para partir la tarta y festejar mi ingreso a una academia prestigiosa de ballet.
Y fue cuando ese día caí en cuenta de que Indiana y New York se encontraban a 978,03 km de distancia y que la ruta más corta era de 1.113,74 km y que eran 13 horas con 5 minutos conduciendo.
Lo que significa que tendría que mudarme y que mamá tendría que buscar un nuevo trabajo y Amy una nueva escuela.
Todo porque yo había aplicado para convertirme en una gran estrella, ¿Me sentía culpable? Un poco.
Pero eso no era lo que me mantuvo despierta toda la noche, lo que realmente me dejó sin dormir fue saber que me alejaría de Eddie.
No me imagino a Eddie estando solo, sé que estuvo solo mucho tiempo, él me lo dijo, también me dijo que detestaba la idea de que solo sus pensamientos lo comieran vivo.
Siempre me ha gustado estar para él, dejar mi ventana sin seguro para cuando se sintiera mal llegará a mitad de la noche a consolarse conmigo, no me importaba mantenerme despierta con tal de estar acariciando sus rulos.
Me gusta que llame a casa y que le pida permiso a mi mamá para que me deje salir a comer con él.
Dialogar de la vida, de lo que creíamos que significaba, de la muerte, de si creíamos en un poder superior y esas cosas.
