—¿Qué pasa? ¿Dónde estabas? Entiendo que quieras estar sola, pero lo mejor es estar juntos, como familia...

—Acabo de matar a Michael Blake. —Suelto sin más.

Silencio.

Silencio.

Y más silencio.

Nada sale de su boca, no veo expresiones en su rostro, no pestañea, no reacciona. Me obligo a respirar profundo o acabaré por ahogarme. Los temblores en mis manos aumentan.

—Dime algo, por favor.

Mi barbilla tiembla, y por más que quiera no puedo evitar las lágrimas que salen empapando mis mejillas.

—No sabía que... que eras capaz de matar.

—No lo era. No lo era hasta que a Ethan Fernsby se le ocurrió amenazarte y le disparé, él no murió, pero un tipo trató de secuestrarme y yo... no encontré como más defenderme y le disparé a la cabeza.

Le confieso. Se pone de pie y suelta el teléfono satelital. Se pasea por la habitación mientras se pasa las manos por el pelo y respira profundo varias veces.

—¿A cuántas personas has matado?

—Dos. Te lo juro.

Se arrodilla frente a mí y toma mi cara entre sus manos apartando las lágrimas.

—¿Lo disfrutas? ¿Cómo Matteo?

—No lo sé... yo... —Miro sus ojos que son un reflejo de los míos—. Sentí paz luego de matar a nuestro abuelo y quise ir a matar a...

Me trago el nombre que iba a salir de mi boca. Aun no quiero que nadie lo sepa.

—¿A quién?

—Eso no es importante ahora, solo necesito a mi hermano, necesito un abrazo.

No lo duda y me pega a él estrechándome entre sus brazos y haciéndome caer de rodillas como él. Sentir la calidez y el aroma de mi hermano es lo único que podría calmarme ahora, lo necesito, lo quiero, es mi otra mitad y es en quien más confío en el mundo.

Por eso me muestro frente a él y decido desahogarme.

—Zaid, tengo que contarte algo.

—¿Qué pasó? —No me aparta de sus brazos.

—No puedo más, siento que tengo un puñal enterrado en el corazón que solo me hace sangrar más con cada minuto que pasa.

Hablo entre llantos, nos sentamos a los pies de la cama y se limita a escucharme en total silencio.

—Es demasiado para mi...

—Entonces comparte tu carga conmigo.

—Matteo se está drogando, eso lo está matando cada día más, está cada vez más absorto en eso. Nuestros abuelos acaban de morir, Ethan trata de matarnos y ahora resulta que a la única persona a la que decido darle la oportunidad de estar conmigo, de compartir mi vida y sentimientos con él, me fue infiel.

—¿Qué?

—Justo hoy me acabo de enterar que Matteo me engañó con Ileana, se acostó con ella y no tengo la más puta idea de cuantas veces más ha pasado.

Cubro mi rostro con mis manos evitando que me vea llorar como toda una maldita dramática. Pocas han sido las veces en que me ha visto llorar y hoy lo he hecho como nunca.

Se levanta rápido de mi lado y me pongo alerta evitando que salga de la habitación, me atravieso entre él y la puerta.

—¿A dónde vas?

Mío.Where stories live. Discover now