𝐋𝐎𝐕𝐄𝐆𝐀𝐌𝐄! ⸻emiliano "dibu" martinez

#04: Secreto entre amigos

#04: Secreto entre amigos
lovegame by malfhoe

Benjamin se quejó cuando sintió la palmada fuerte de su compañero mediocampista en su espalda, estaba lleno de transpiración de pie a cabeza por lo que lo último que quería era sentir aún más el pegoteo de su piel contra la camiseta. Estaban entrenando mucho más que la vez anterior pero manteniendo la unión en el equipo, a pedido del entrenador y del mismo capitán que no había dejado de insistir que debían confiar plenamente en el otro.

—Estás re serio, relajá —le habló Otamendi terminando a su lado la elongación para darla la finalización del entrenamiento.

Paredes, el que le había dado el golpe en la espalda se reía con su grupo pero se desvió un poco para verlos y asentir con su cabeza para darle la razón al defensa.

—Tene' que dejar que todo fluya —el acento porteño de Rodrigo se hizo presente y Benjamin solo rodó los ojos.

—¿Fluir que? La patada en el culo que te voy a dar va a estar fluyendo —le contestó mientras se levantaba.

—Bue... no se puede decir nada ahora —hacía puchero el de cabello corto y se cruzaba de brazos.

Una risa escapó de los labios del castaño al igual que del defensor central, claramente burlándose por completo del jugador con la camiseta número siete.

—¿Por qué hace' así la cara? Re de puto —se rió Licha contra el mediocampista mientras le daba un zope.

El comentario lo tomo desprevenido al correntino e intentó esconder cómo lo había tomado, como si estuviera acusándolo de algo cuando ni siquiera se había dirigido hacia su persona. Su rostro había abandonado el color a la par que su ritmo cardíaco había comenzado a acelerarse, los malos recuerdos inundando sus pensamientos a la par que las voces de su interior se hacían presente. Era un comentario inofensivo, no podía estar tan pendiente de ello.

Era algo normal, algo que nunca terminaría de desaparecer del todo por más que lo intentara cada persona.

"¿Quieren saber algo? Benjamin es re puto, me quiso chupar la pija", la voz resonaba del recuerdo de aquella vez en la que había sido expuesto en los vestuarios tras un partido ganado, como si se tratara de contar algo tan simple como lo era decir que se había comprado un auto caro en ese tiempo donde la economía era pésima para muchos.

Odiaba que un pequeño comentario pudiera desencadenar algo malo en su cuerpo, que pudiera hacerle recordar como todos le pedían que fuera a su casa para poder asearse o que llegara antes para cambiarse, por su disconformidad. 

Benjamin lo había hecho de todas formas porque necesitaba jugar y, en ese entonces, merecía irse aún más del club.

—¿'Tas bien, Benja? —preguntó el cordobés, con quien compartía habitación,  colocando una mano sobre su hombro preocupado—. Te pusiste re pálido, amigo.