Conan Freeman vive bajo las reglas de unos padres egoístas que solo quieren aceptación social y mantener su estatus de familia honorable a costa de la pulcritud con la que han criado a su hijo; Roy Beckman le importa poco lo que piensen de él y solo...
اوووه! هذه الصورة لا تتبع إرشادات المحتوى الخاصة بنا. لمتابعة النشر، يرجى إزالتها أو تحميل صورة أخرى.
—¡Amelia, baja, Roy y Amanda ya llegaron! —exclamó la señora Hills una vez abrió la puerta a los invitados con una gran sonrisa para hacerlos pasar, saludándolos cálidamente.
Los pasos apresurados de la susodicha bajaron las escaleras como un torbellino, llevaba puesto un bonito vestido púrpura y unos tacones bajos del mismo color que no le impedían moverse con libertad.
—¡Qué bueno que llegaron! ¡¿Dónde está mi postre?!—reclamó emocionada, lanzando un gritito cuando Roy le extendió la caja del postre que le había ayudado a su madre a hacer .
—Espero que te guste, lo hice con mi sangre, sudor y lágrimas—le dijo el castaño viéndola tomar la cajita con ojos brillantes.
—Iugh—se quejó al escucharlo, haciendo que se riera—mejor siéntanse, va a ser un muy muy feliz cumpleaños para mí—comentó yendo de saltito en saltito hacia el comedor donde su mamá alistaba la mesa.
—¿Por qué tanta emoción? Además ¿No ibas a invitar a más personas? —dijo Roy mientras Amelia sonreía picarona y le daba una probada al postre.
—Solo digo que hoy estoy de humor—contestó fingiendo inocencia, Roy le jaló una de sus mejillas a lo que ella se quejó.
—Nada de travesuras, Amelia Hills.
—¡Tú siempre eras el promotor de ellas! ¿Cómo puedes estar prohibiendo ahora que no sea yo quien las planee? Aprendí del mejor, pensé que estarías orgulloso—Roy rodó los ojos ante su tono convencedor e inocente antes de darle un manotazo suave en la cabeza.
—Más te vale no hacer una travesura nueva que pueda generarme envidia—replicó el castaño con mofa, la chica se rió entre dientes.
—Bueno, quien sabe, quizá mi nueva travesura pueda hacerte explotar la cabeza —le guiñó un ojo con perspicacia saliendo del comedor con un gesto de victoria al tiempo que Roy no escondía una expresión de desconcierto y curiosidad por la misteriosa actitud de su amiga.
اوووه! هذه الصورة لا تتبع إرشادات المحتوى الخاصة بنا. لمتابعة النشر، يرجى إزالتها أو تحميل صورة أخرى.
—¡Roy! —la castaña corrió eufórica hacia él, que se hallaba en la cocina con la señora Hills ayudándola a agregar salsa en el pollo al horno—necesito un favor, sube y ve por mi bolsa a mi habitación.
