1🐺: "sonrie a la camara pero no muestres tus dientes"

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—Ok Enid, puedes hacerlo.—exhalé

Este era mi primer año asistiendo a la afamada Academia Nunca Más o Nevermore. Academia en la que me había anotado recientemente como escape para salir del entorno familiar tan tóxico en el que estaba inmersa.

Provengo de una familia algo disfuncional, configurada en una comunidad de licántropos, es decir, que mi natalicio y origen fue en una robusta manada de lobos. Pero a pesar de ello, había una excepción en mi existencia que tenía una particularidad a diferencia de mi círculo familiar. Y es que por alguna razón, primeramente, tenía actitudes dulces para lo que implica ser una criatura salvaje, pero además, a diferencia de mis hermanas, a pesar de estar en mi etapa adolescente de desarrollo, aún no me había enlobado.

En esos años en los que aún vivía en mi casa conviviendo con todos, absolutamente todas las miembros femeninas de mi familia ya habían vivido la experiencia de desarrollarse, menos yo. A lo largo de la vida consulté con diversos especialistas respecto al tema que siempre daban la misma respuesta agria.

—Enid, tal vez nunca llegues a enlobarte.—esa frase fue un balde de agua fría tanto para la familia como para mi, que lo debía de vivir en carne propia.

A raíz de ello contraje una depresión crónica gravísima por largos años. La cual luego logré superarla con ayuda psicológica, aprendiendo a convivir con tal problemática. Pero ahora el problema actual, era mi familia.

Mi entorno familiar, pero específicamente mi madre, estaba decepcionada de que aún no hubiera logrado enlobarme tal como el resto de la manada al punto de compararme constantemente con las demás

—Hija, como es posible que aún no te hayas enlobado. Tu prima menor lo alcanzó mucho antes en un campamento licántropo, y tú aún nada. ¿No quieres enlobarte? ¿No te ilusiona? ¿Que sucede? ¿Porque no eres como las demás?—Siempre me echaba en cara la misma situación dolorosa.

—No, no es eso. Es que...—No pude terminar de hablar. Gracias a que mi madre interrumpió.—¿Entonces que?—enervada, jugué con mis dedos.

—Se que siempre el desarrollo ha sido el honor de la familia, pero, vivir presionada por ustedes, que continuamente están afanados por ello, no ayuda en absoluto...—agregué.—Todos se sumieron en un absoluto silencio

—Si me enlobo será en el tiempo correcto, y si no lo hago, tendré que convivir con eso—contesté con aires de firmeza.

A la matriarca de la manada, del susto se le cayeron todos los anuncios de "coacheo para enlobarse." Para una familia de lobos con gran estirpe, tener una mujer en su familia que no se enloba, era equitativo a traicionar el honor del linaje, como una mancha negra estorbando su tan respetado nivel

Suspiré fuertemente para calmarme, para ordenar las ideas, al adquirir claridad mental, fue así como tomé el bolso más grande que tenía, y me fui lejos de aquel lugar que alguna vez llamé "hogar".

Con mi aguda audición licántropa pude oír a mis hermanos llorar. Nunca habían estado sin mi, ni yo sin ellos. Pero lamentablemente, no podía seguir allí. Me estaba ahogando

Así llegué a la academia oscura, sobrenatural, con arquitectura gótica, creada para aquellos denominados como extraños, llamada Nevermore. Allí me recibió la directora Weems. Una mujer ya mayor, con vestimenta formal, pelo blancuzco como nieve, con un maquillaje cargado pero a la vez elegante.

—Bienvenida querida señorita Enid Sinclair.—me dió una cálida bienvenida, acompañada de su dulce sonrisa.

Agradecí humildemente cada gesto, mientras ella continuaba sentada detrás del computador. Un computador de gran pantalla, que tapaba completamente su cara.

Werewolf | Enid Sinclair Where stories live. Discover now